El Parlamento Europeo quiere mano dura con Reino Unido. Así lo indica una propuesta de resolución firmada por los líderes de los principales grupos políticos de la Eurocámara -populares, socialistas, liberales y verdes- que expone las condiciones de la asamblea comunitaria para la aprobación del acuerdo final del brexit.
La propuesta será debatida y votada la próxima semana en Estrasburgo. Aunque no sería vinculante desde el punto de vista legal, constituiría toda una declaración de intenciones por parte de la institución que tiene la última palabra sobre el acuerdo de divorcio entre el Reino Unido y la UE.
Aquí los puntos principales de la resolución [disponible aquí], que contempla que Reino Unido recule en su propósito de abandonar la Unión:
- La Eurocámara no tolerará que la “degradación” de los derechos de los expatriados comunitarios en Reino Unido, incluido el acceso a la residencia, por lo que los que se trasladen al país isleño en los próximos dos años deberán poder quedarse indefinidamente en el país.
- Subraya que sólo se podrá concluir un acuerdo sobre la relación futura entre el Reino Unido y la UE una vez el Estado miembro haya abandonado la Unión y no antes de producirse el brexit. Concede, sin embargo, la posibilidad de discutir posibles acuerdos transitorios si se producen avances de cara al de divorcio, aunque estos no podrán durar más de tres años.
- Enfatiza que un Estado que sale de la UE no puede tener los mismos beneficios que un Estado miembro y, por tanto, “no consentirá ningún acuerdo que contradiga esto”.
- Alerta de que, si el Reino Unido negociara acuerdos comerciales con terceros países mientras forma aún parte de la UE, sus esperanzas de lograr un acuerdo comercial con el bloque de 27 se esfumarían.
- Recuerda al Gobierno británico que debe cumplir todas sus obligaciones y compromisos “legales, financieros y presupuestarios”.
- Afirma que, independientemente del resultado, no se puede utilizar como baza negociadora la cooperación en seguridad interior y exterior.
- Indica que el Tribunal Europeo de Justicia, de cuya jurisdicción quiere huir el Reino Unido, será responsable de interpretar y hacer cumplir el acuerdo de divorcio y que dicha institución se encargará de resolver cualquier disputa legal durante la fase de transición.
- Avisa de que, si el Reino Unido quisiera dar marcha atrás a su salida, el proceso se haría de acuerdo con “condiciones establecidas por los 27” para que el brexit no se utilice como un mecanismo para obtener más ventajas dentro de la UE.
Pese a la contundencia de las demandas, el Parlamento reclama una negociación basada en la cooperación, la transparencia y la buena voluntad de las partes.
En rueda de prensa, el presidente de la institución, Antonio Tajani, ha advertido a Reino Unido de que una salida ordenada de la UE es “un requisito absoluto y una condición previa a cualquier posible asociación futura entre la UE y el Reino Unido”.
Las palabras de Tajani hacen eco a las pronunciadas por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras recibir la notificación de salida del Gobierno británico. “Nuestro objetivo es claro: minimizar los costes para los ciudadanos, empresas y Estados de la UE”, aseveró.
La UE ha buscado mandar un mensaje de unidad y rigidez en sus posturas al Reino Unido, que en su carta de divorcio ha deseado “éxito y prosperidad” a la Unión a 27 pero reclamando que los términos de su salida y futura relación comercial con el bloque sean negociados al mismo tiempo.
“Reconocemos que alcanzar un acuerdo tan amplio dentro del periodo de dos años diseñado en el Tratado para los diálogos de salida será un desafío”, lee la carta. “Pero creemos que es necesario acordar los términos de nuestra futura asociación junto con los de nuestra salida de la UE”.