Al menos 19 personas han muerto y más de 50 han resultado heridas tras una explosión en un concierto de la cantante Ariana Grande en Manchester. La Policía ha confirmado que de momento se está investigando como un incidente terrorista, por lo que se trataría del peor ataque perpetrado en Reino Unido desde los atentados suicidas de Londres de julio de 2005, en el que cuatro musulmanes británicos asesinaron a 52 personas.
La explosión tuvo lugar alrededor de las 10.40 de la noche en el Manchester Arena, un popular recinto donde se celebran conciertos y eventos deportivos situado en el centro la ciudad, a pocos metros de la estación Victoria. La Policía británica sigue investigando qué causó la detonación, que se produjo al poco de finalizar la actuación de la cantante (según un representante, Ariana Grande se encuentra en buen estado). Aunque en un principio se habló de dos explosiones, de momento las fuerzas de seguridad sólo han confirmado una.
La Policía británica ha acordonado la zona de la explosión y ha advertido a los ciudadanos de que eviten acercarse al centro de la ciudad. Grupos de personas se han arremolinado durante la noche alrededor de los cordones policiales para conseguir más información o buscar a sus seres queridos. Alrededor de la 1.30 de la madrugada, agentes policiales llevaron a cabo una explosión controlada de un dispositivo sospechoso en un parque cercano al recinto, pero según la Policía resultó ser ropa abandonada.
Muchas de las personas que se encontraban en el estadio (con capacidad para 21.000 personas) eran adolescentes y niños, pero las identidades de los muertos y heridos todavía no ha sido confirmada. El servicio de ambulancias de la zona ha confirmado que ha recogido y llevado a hospitales cercanos a 59 víctimas del Manchester Arena.
En el Holiday Inn, uno de los hoteles más próximos al Manchester Arena, varios grupos de personas toman refugio tras la noche de terror que han sufrido. Entre ellas se encuentran dos adolescentes que se estaban en el pabellón. Ambas explican que escucharon una fuerte explosión al terminar la actuación de la cantante en la parte trasera del estadio, por lo que niegan que este sonido pudiese ser producido por un altavoz defectuoso en el escenario (una de las primeras teorías que fueron barajadas durante la noche).
Una madre con sus dos hijas, que también se encontraban en el estadio, confirma que la explosión se escuchó en el vestíbulo trasero, donde antes de la actuación se sirvieron la comida y las bebidas. “Todo el mundo entró en pánico y echamos a correr en dirección a la salida”, explica.
El supuesto atentado, que se produce apenas dos meses después del ataque en el puente de Westminster, tiene lugar en un momento en el que Gran Bretaña se encuentra en estado de alerta terrorista grave, lo que significa que un ataque es muy probable. También se produce apenas dos semanas antes de las elecciones generales británicas, que se celebran el próximo ocho de junio. El líder del partido laborista Jeremy Corbyn y la primera ministra Theresa May han expresado su pesar a través de las redes sociales, y se espera que el gobierno convoque una reunión de emergencia para este martes.