A los dirigentes de la Unión Europea les frustró que el expresidente estadounidense Barack Obama les arrebatara su tradicional liderazgo en la lucha contra el cambio climático durante las negociaciones del acuerdo de París. Ahora que su sucesor, Donald Trump, se desentiende de las medidas para frenar el calentamiento global, Bruselas aspira a recuperar el protagonismo y lo hará todo para salvar el pacto climático. Es la primera vez que la UE escenifica su independencia respecto a la nueva administración de Estados Unidos y su búsqueda de alianzas alternativas, en este caso con China.
En la UE se esperaba ya este desenlace después de la negativa de Trump a firmar en la cumbre del G-7 en Italia del pasado viernes un comunicado de apoyo al acuerdo de París. Los socios europeos habían planificado una estrategia conjunta de presión para tratar de convencer al presidente estadounidense de que rectificara. Pero fracasaron. "Tenemos una situación de seis contra uno", se quejó la canciller alemana, Angela Merkel.
La frustración por la actitud de Trump durante las cumbres del G-7, la UE y la OTAN -no sólo sobre cambio climático, sino también sobre comercio, gasto militar o Rusia- ha llevado a Merkel a proclamar la independencia respecto a Estados Unidos. "Los tiempos en los que podíamos confiar plenamente en otros han quedado atrás. Eso es lo que he experimentado en los últimos días", dijo la canciller durante un mitin el domingo. Los europeos "debemos asumir nuestro destino en nuestras propias manos".
La UE no tiene plan B
La primera traducción práctica de esta nueva actitud será garantizar la supervivencia del acuerdo de París pese a la retirada de Estados Unidos. "En Europa no tenemos un plan B. Estamos convencidos de que esto es muy importante, no sólo para el futuro del planeta, sino también para el futuro de la humanidad", ha resaltado este miércoles el vicepresidente de la Comisión encargado de Energía, Maros Sefcovic.
“Si (los norteamericanos) deciden retirarse, sería una decepción, pero no va a cambiar el curso de la humanidad. Lo que estamos viendo es que nuestros socios en todo el mundo –en África, en Asia, en China- esperan que Europa asuma el liderazgo en este esfuerzo y nosotros estamos dispuestos a hacerlo”, asegura Sefcovic. “El mundo puede contar con Europa para mantener el liderazgo climático a nivel internacional. Juntos, vamos a apoyar y a defender el acuerdo de París”, ha escrito en su cuenta de Twitter el comisario de Cambio Climático, Miguel Arias Cañete.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, sostiene que la llegada al poder de Trump ha ayudado a los europeos a entenderse mejor entre ellos y a unirse. "Si EEUU quiere retirarse del acuerdo de París, seremos firmes. El pacto continuará aplicándose", ha dicho Juncker durante un debate en Berlín. La UE tampoco pondrá fácil a Washington su marcha: le costará hasta cuatro años.
Para el líder de los socialistas europeos, Gianni Pittella, la decisión de Trump "es un golpe histórico y terrible para el futuro de la humanidad y las próximas generaciones". "El mundo es ahora más frágil. Europa, los ciudadanos y los políticos europeos, deben finalmente aprender la lección antes de votar a los movimientos populistas, cuyas acciones totalmente irresponsables pueden empujarnos al borde del desastre", afirma Pittella. Sin embargo, el PP europeo no comparte este catastrofismo y cree que "sea cual sea la decisión, el acuerdo de París sobrevivirá a Donald Trump".
China, un aliado improbable
Para salvar el pacto, Bruselas cuenta con un aliado improbable: China, el país que emite un mayor volumen de gases de efecto invernadero, por delante de EEUU y la propia UE. En apenas un par de años, Pekín ha pasado de rechazar participar en el esfuerzo mundial de reducción de emisiones a ser uno de los principales valedores del acuerdo de París. La UE y China exhibirán este frente común contra EEUU en la cumbre que celebran en Bruselas este jueves y viernes.
En este encuentro, los dirigentes europeos y el primer ministro chino, Li Keqiang, tienen previsto firmar una declaración conjunta sobre energía y cambio climático en la que reiterarán su compromiso con el acuerdo de París y explicarán de forma detallada cómo piensan aplicarlo. El texto se pactó antes de que se conociera la decisión final de Trump de retirarse, pero ahora adquiere una importancia renovada.
“No hay una referencia a la retirada de Estados Unidos. Pero por supuesto, el acuerdo sigue siendo válido independientemente de que uno de los grandes emisores se retire o no”, explica un alto funcionario europeo que ha participado en las negociaciones con China. La declaración conjunta de Bruselas y Pekín “es una señal fuerte de dos firmantes destacados del acuerdo de París de que seguirán avanzando en su aplicación sin importarles si otros se retiran”, subraya el diplomático.
La nueva entente entre China y la UE no se limita al cambio climático, sino que cubre otras áreas como el comercio. Frente a la política proteccionista que defiende Trump, Bruselas y Pekín manifestarán su apoyo al sistema comercial internacional y la apertura de mercados. Y eso pese a las quejas de los europeos por la competencia desleal que ejerce China en sectores como el acero. Pero la oposición común al presidente de Estados Unidos ha logrado que sea posible este entendimiento.