La familia de Ignacio de Echeverría, el español desaparecido tras el atentado de Londres, se dispone a pasar otra noche en vela sin saber ni dónde ni cómo está su hijo, un joven empleado de banca en HSBC que había empezado el año pasado una nueva vida en la capital británica.
La casualidad quiso que Ignacio y su grupo de amigos se cruzara la noche del sábado con los tres terroristas que atropellaron y acuchillaron a decenas de personas en una concurrida zona de bares junto a London Bridge.
A través de los testimonios de sus compañeros, Joaquín Echeverría, padre del joven madrileño, ha podido reconstruir los últimos pasos de su hijo. “Lo único que sé me lo han contado sus amigos, que lo acompañaban por la zona de Borough Market y vieron cómo uno de los terroristas apuñalaba a una mujer. Ellos salieron corriendo y mi hijo, quizá pensando que se trataba de una pelea callejera, se enfrentó a uno de los atacantes con su monopatín para tratar de defenderla”.
Dos días sin noticias suyas
Tras los primeros minutos de pánico, el grupo de amigos de Ignacio volvió sobre sus pasos para tratar de localizarlo en el punto donde se produjo el atentado. “No lo encontraron y desde entonces nosotros también lo buscamos sin éxito”, cuenta entre la entereza y la angustia Joaquín.
Desde el momento en el que tuvieron noticia del suceso, la familia Echeverría se ha movilizado para dar con el paradero de Ignacio. La hermana, que también vive en la capital británica, no ha parado desde la madrugada del sábado. Hospitales, comisarías y llamadas a las líneas que las autoridades británicas y españoles han habilitado para los afectados. Nadie a esta hora ha resuelto sus dudas.
“Puedo entender que las autoridades hayan dado prioridad a la investigación antes que a la información a las familias de los afectados”, comenta a EL ESPAÑOL Joaquín Echevarría, que resta importancia a la actitud heroica de su hijo: “Uno nunca sabe cómo va a reaccionar ante estas situaciones".
A oscuras frente a la burocracia británica, la familia ha utilizado las redes sociales para difundir su desesperada búsqueda de respuestas. A través de varios mensajes en Facebook, han compartido diferentes fotografías de imágenes y detalles de su vestimenta la fatídica noche del 5 de junio. “Llevaba una medalla con cadena de oro, zapatillas ‘vans’ negras, pantalones vaqueros y jersey oscuro”, detalla uno de los posts.
El transcurso de las horas y la escasez de noticias claras hace mella en la incertidumbre de una familia que sólo espera unas noticias que no terminan de llegar. "Nos han pedido las huellas dactilares. No es una buena señal", relataba el padre este lunes, que al mismo tiempo se resiste a pensar en lo peor: “Me niego hablar de mi hijo en pasado”.
En conversación con este periódico, el padre de Ignacio ha asegurado que "no le consta" la información transmitida este lunes por el ministro del Interior. En una intervención en la Cadena Ser, Juan Ignacio Zoido indicaba que "lo más probable es que haya sido operado de urgencia y que esté sedado". "Lo cierto es que nosotros no sabemos nada nuevo", ha zanjado Joaquín Echevarría.
"Lo último que nos han dicho en Exteriores es que la policía británica no dará más información durante este lunes... desde el consulado nos transmiten que la petición de las huellas puede acelerar la identificación", explica.
De hecho, Alfonso Dastis sólo ha acertado a declarar ante los medios que su Departamento está haciendo “todo lo humanamente posible” para averiguar el paradero del español. "Estamos esperando acontecimientos, confiamos en que no ocurra nada malo", ha añadido durante una declaración a periodistas en el Instituto Cervantes.