Bruselas

Los europeos que hayan llegado a Reino Unido antes del brexit tendrán facilidades para obtener el estatus de residentes permanentes y gozarán de los mismos derechos que los ciudadanos británicos en materia de sanidad, educación, prestaciones sociales y pensiones. Esta es la oferta que ha realizado la primera ministra británica, Theresa May, al resto de líderes europeos para acabar con la incertidumbre de los más de tres millones de ciudadanos de la UE que residen en estos momentos en territorio británico, según han informado fuentes británicas.

Si embargo, la propuesta de May sobre derechos de los ciudadanos no aclara cuál es la fecha de corte del brexit, ni qué pasará con los familiares de los europeos. Además, la primera ministra dice que tienen que ser la justicia británica, y no el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) como pide Bruselas, la que actúe de supervisora. En la actualidad, los ciudadanos británicos tienen menos derechos que los europeos residentes en Reino Unido, por ejemplo en materia de reagrupación familiar. Eso significa que, en la práctica, los europeos perderían derechos adquiridos.

May ha asegurado al resto de líderes europeos que "a ningún ciudadano de la UE que reside actualmente de forma legal en Reino Unido se le pedirá que se marche en el momento del brexit". "Reino Unido no quiere que nadie tenga que irse, ni tampoco que las familias se separen", ha agregado, sin dar más detalles.

A todos los europeos con cinco años de residencia legal se les concederá el estatus de "asentados en Reino Unido". Y el objetivo es que se les trate "como si fueran ciudadanos británicos para sanidad, educación, prestaciones y pensiones". A los que lleven menos de cinco años en el momento del brexit, se les dará tiempo para acumular todo el plazo y lograr todos los derechos.

En cuanto a la fecha de corte, la propuesta de May especifica que debe estar entre el momento en que Reino Unido activó la cláusula de divorcio (el pasado 29 de marzo) y la fecha de de salida de la UE (el 29 de marzo de 2019). La prensa británica había especulado con que Londres fijaría la fecha más temprana, pero May se muestra dispuesta a negociar.

La UE, más generosa

La oferta está condicionada a que la UE garantice la "reciprocidad" con el millón y medio de británicos que residen en el continente. May pide alcanzar un acuerdo lo antes posible. Todos los detalles de la posición británica se harán públicos el próximo lunes.

La UE ya presentó hace unas semanas su propio plan para garantizar el derecho a quedarse de los ciudadanos, que es mucho más generoso que el británico. Bruselas pretende que el acuerdo cubra no sólo a los que residen y trabajan en Reino Unido ahora, sino también a los que lo han hecho en el pasado o a los que lo hagan antes de la fecha de salida, es decir, el 29 de marzo de 2019, así como a sus familiares. Y que se les aplique de por vida.

Los derechos adquiridos comprenden, según la UE, no sólo el de residencia, sino también el de acceso al mercado de trabajo, la educación, la sanidad y las prestaciones sociales o el reconocimiento de diplomas. El garante de que se respetan debe ser, también de por vida, el TJUE.

En lo que sí coinciden Londres y Bruselas es en que esta es la primera cuestión que hay que resolver en las negociaciones del brexit. En la primera ronda de conversaciones celebrada el pasado lunes, las dos partes acordaron crear un grupo de trabajo dedicado exclusivamente a esta materia. La siguiente ronda de diálogo se celebrará la semana del 17 de julio.

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