"No es fácil y cuesta caro. Pero se trata de saldar las cuentas, como se hace en cada separación". El negociador jefe de la UE, el conservador francés Michel Barnier, no ha eludido este miércoles la confrontación directa con el ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson. El jefe de la diplomacia británica dice que los líderes europeos pueden "irse a tomar viento" si esperan que Londres pague la "exorbitante" factura de 100.000 millones que le exige Bruselas por el brexit. Barnier le ha replicado que Reino Unido debe reconocer las obligaciones financieras que ha asumido con la UE si no quiere que las negociaciones se rompan.
"No oigo ningún viento soplar. Lo que sí oigo es un reloj que corre", ha resaltado el negociador jefe de la UE. La segunda ronda de conversaciones del brexit comienza el próximo 17 de julio en Bruselas, pero Londres todavía no ha presentado su posición de partida sobre la factura de salida, la frontera con Irlanda o los otros asuntos de la separación. Barnier ha vuelto a dejar claro que, si no hay avances en estos asuntos, la UE no aceptará negociar el futuro acuerdo de libre comercio que le pide May.
"Hay que saldar las cuentas del pasado antes de hablar del futuro", ha insistido el político francés. La factura de salida se explica porque la UE funciona con presupuestos de siete años. El actual marco financiero cubre el periodo 2014-2020, pero algunas de las ayudas se gastarán mucho más tarde, después de que Reino Unido se haya ido. "Podemos discutir de tal o cual línea presupuestaria. Pero deben reconocer que han asumido obligaciones". Esto es una condición previa para crear confianza y poder avanzar.
¿Ciudadanos de segunda?
El único tema del acuerdo de divorcio sobre el que Reino Unido ha presentado hasta ahora una oferta es el que se refiere a los derechos de los ciudadanos. Pero Bruselas considera que se trata de un plan insuficiente que convertiría a los europeos residentes en territorio británico en ciudadanos de segunda. "No permitiría a las personas afectadas continuar viviendo su vida como hoy", asegura el negociador de la UE.
"Queremos que los europeos tengan los mismos derechos que los británicos que viven en España y la posición británica no permite esta reciprocidad", ha insistido Barnier. El plan de May significaría que los europeos quedan sujetos al derecho británico, que impone restricciones por ejemplo en materia de reagrupación familiar. Además, la legislación de Reino Unido puede cambiar con el tiempo, poniendo en riesgo otros derechos adquiridos. Bruselas reclama finalmente que el Tribunal de Justicia de la UE sea el garante del acuerdo y que se reduzca la burocracia.
Estas son algunas de las cuestiones que se discutirán a partir del lunes. Bruselas ya ha publicado nueve documentos con sus posiciones de partida. El negociador de la UE todavía espera que Londres le envíe más papeles en los próximos días sobre la factura de salida u otros asuntos de la separación. "Estoy dispuesto a trabajar día y noche y durante el fin de semana", ha dicho. Este jueves recibirá en Bruselas al líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
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