La primera sesión del juicio contra 17 periodistas, abogados, gerentes y empleados del diario turco Cumhuriyet, uno de los pocos periódicos independientes que quedan en Turquía y opositor al Gobierno de Erdogan, se ha celebrado este lunes en el Palacio de la Justicia de Estambul.

La expectación ha sido enorme. Decenas de personas marcharon durante la mañana desde la sede del diario hasta el tribunal, ante el que se congregaron con pancartas pidiendo justicia, gritando lemas como "Libertad para periodistas", y finalmente soltando globos de colores delante del edificio.

Los congregados leyeron un manifiesto que tilda el juicio de ataque a la libertad de prensa y pide la inmediata puesta en libertad de los detenidos. De los 17 acusados, once llevan en prisión preventiva desde hace casi un año y a los otros seis se les juzga bajo el régimen de libertad condicional.

La Fiscalía pide para ellos penas que oscilan desde los 8 años y medio hasta los 43 años. Están acusados de "colaborar con una organización terrorista, sin ser miembro", aunque no se les ha especificado con cuál exactamente, según EFE. Mientas, el anterior redactor jefe del diario, Can Dündar, a quien pudo entrevistar este diario, se encuentra actualmente exiliado en Alemania.

El escrito de acusación, no obstante, les atribuye vínculos tanto con la cofradía del predicador islamista Fethullah Gülen, a la que Ankara responsabiliza del fallido golpe de Estado del verano pasado, como con la guerrilla kurda y con grupúsculos ultramarxistas.

En riesgo la libertad de prensa

El diario Cumhuriyet, fundado en 1924 y con una tirada de 40.000 ejemplares, no es uno de los periódicos más leídos de Turquía, pero sí uno de los más prestigiosos. Tanto el diario como su ex redactor jefe, Can Dündar, fueron galardonados el año pasado con el Right Livelihood Award, conocido también como el "Nobel alternativo".

El Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés), una organización a favor de la libertad de la prensa con sede en Viena, ha recordado que que no sólo estas tres organizaciones están abiertamente enfrentadas entre ellas, sino que además el periódico Cumhuriyet ha acostumbrado a criticar explícitamente a las tres.

Aparte del IPI, también otras organizaciones, como Reporteros sin Fronteras, la Federación Europea de Periodistas (EFJ), la Federación Internacional de Periodistas (IFJ) y el club PEN, amén de numerosos sindicatos y organizaciones cívicas turcas, han enviado observadores al juicio.



El diputado Veli Agbaba, vicepresidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), segundo en el Parlamento y fundado por el primer presidente de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, denunció al Gobierno por "etiquetar a los periodistas como terroristas potenciales, aterroriza la prensa libre".

Un año del golpe de Estado

La noche del 15 al 16 de julio de 2016, hace poco más de un año, unos aviones del ejército comenzaron a volar anormalmente bajo sobre las calles de Ankara y Estambul. En esta última, los militares tomaron y cerraron los puentes de acceso sobre el río Bósforo, además de intentar tomar el aeropuerto.

El golpe de Estado fue paralizado por iniciativa del presidente Recep Tayyip Erdogan, quien acusó al predicador Fethullah Gülen, antiguo socio, del intento del golpe de Estado. Desde entonces, Erdogan ha aumentado su poder con el objetivo de estabilizar Turquía. El pasado mes de abril consiguió la aprobación de la sociedad civil mediante referéndum de convertir el país en un república presidencialista.

Asimismo, desde que se decretó el estado de emergencia, el 20 de julio del año pasado, se han sucedido las purgas en la Administración para destituir a funcionarios supuestamente cercanos a la cofradía de Gülen. Esta situación ha generado una profunda fractura social en Turquía.

Desde entonces, las relaciones con Europa se han caracterizado por la tensión. Desde Alemania, el motor del Viejo Continente, se defiende endurecer la política ante la deriva autoritaria de Turquía. Para mayor colofón, el presidente turco ha declarado recientemente en la BBC que "sería un alivio si la UE decidiera no aceptar a Turquía", por lo que todo apunta a que las tensiones continuarán en los próximos meses.

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