Sentado en su despacho del Instituto para la Demoscopia Allensbach, uno de los referentes en la realización de encuestas de intención de voto en Alemania, el analista Thomas Petersen, tiene sensación de déjà vu. Cuando piensa en la opinión pública y la campaña para las elecciones generales de Alemania que se celebrarán el próximo 24 de septiembre, Petersen asiente ante los resultados de los estudios que dirige en la organización afincada en la pequeña población de Allensbach (sur germano).
“La situación está bastante clara, vuelve a pintar muy bien para Angela Merkel y su Unión Cristiano Demócrata (CDU)”, dice Petersen a EL ESPAÑOL. “La situación es muy parecida a la de hace cuatro años, la intención de voto a los principales partidos es la misma, incluso la popularidad de Angela Merkel es casi igual a pesar de las crisis que ha habido”, añade. Petersen alude, especialmente, a la crisis de los refugiados vivida entre 2015 y 2016. En ella llegaron a suelo alemán cerca de 1,5 millones de demandantes de asilo, procedentes en su mayoría de la enquistada guerra civil siria.
Esa crisis se da en Alemania como algo superado. Ahora la prioridad de las autoridades es la integración de esos inmigrantes. En este contexto, la canciller las tiene todas consigo para repetir al frente del Gobierno durante otra legislatura. Un cuarto mandato consecutivo de Merkel como líder del Ejecutivo germano es un escenario del que casi nadie se atreve a dudar. Petersen mostraba pocas dudas al respecto poco después del reciente inicio de la fase decisiva de la campaña electoral.
Apena faltan cinco semanas para la cita con las urnas y Angela Merkel puede estar tranquila. Su partido será claramente el más votado. Al menos eso es lo que indican por ahora las encuestas. A la CDU se le atribuye entre un 38% y un 40% de la intención de voto. Al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los estudios más favorables le dan el voto de uno de cada cuatro electores.
Como ya ocurriera en las elecciones de 2013, la CDU apuesta fuerte por presentar a Merkel como su principal activo electoral. En uno de los carteles más vistos por ahora en la campaña se ve a la canciller ante un fondo con los colores de la bandera alemana. “Por una Alemania en la que vivimos a gusto y bien”, reza el mensaje que acompaña al busto de la jefa del Gobierno germano. La frase hace referencia a la situación económica del país, envidiable para muchos en Europa. El paro se encuentra en un 5,6% y el crecimiento económico en 2017 estará entre el 1,4% y el 1,8%, según las previsiones de organismos públicos.
Merkel, la madre de la nación alemana
“Siempre que la CDU ha presentado a su canciller como candidato a renovar el mandato, las campañas siempre han estado bajo la influencia de esa figura, como ocurre ahora con el caso de Merkel”, recuerda Oskar Niedermayer, politólogo de la Universidad Libre de Berlín. “La CDU tiene una estrategia clara, que consiste en presentar, como ya ocurriera en 2013, a Merkel con una imagen de madre de la nación que guía a los alemanes a través de las crisis internacionales y nacionales, de líder que cuenta con experiencia, de alguien en quien se puede confiar”, agrega Niedermayer.
No en vano, según datos de finales de julio del instituto de estudios de opinión Infratest Dimap, Merkel cuenta con una imagen prácticamente inmejorable frente a Martin Schulz, el candidato a canciller del SPD. El 77% de los encuestados la consideraba a ella una líder más fuerte, el 67% la veía más competente y el 55% más creíble. Los pobres porcentajes atribuidos a Schulz hablan de sus escasas opciones para acabar arrebatando el cargo a la lideresa cristianodemócrata. Sólo un 12% aseguraba que Schulz tenía un mejor perfil de líder, un 13% lo veía más competente y un 21% más creíble.
“Angela Merkel está en una muy buena posición en este inicio de campaña”, asegura en vista de estos porcentajes Niedermayer. “La situación de la CDU y de Merkel es muy cómoda”, coincide en señalar Jan Müller, politólogo de la Universidad de Rostock, en el noreste alemán.
Tentativas sin éxito del SPD
A él, sin embargo, “le resulta difícil explicar” las diferencias entre la CDU y el SPD en lo que respecta a la intención de voto. “Esta legislatura ha estado marcada por la crisis de los refugiados, por las críticas y el auge de Alternativa para Alemania (AfD)”, apunta Müller a EL ESPAÑOL, que no se olvida del llamado 'Efecto Schulz'. Éste apenas duró unas semanas, en las que CDU y SPD estuvieron al mismo nivel en las encuestas de intención de voto.
El pasado mes de mayo dejó de tener sentido hablar de ese efecto, tras la derrota socialdemócrata en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia. Esa fue la tercera decepción electoral consecutiva para Schulz y compañía, que también salieron derrotados en las regiones de El Sarre (suroeste) y de Schleswig-Hostein (norte).
Frente a CDU que presenta un programa centrado en conceptos como “seguridad y prosperidad”, el SPD apuesta por “la justicia social”. Pero con esas ideas, según critica Niedermayer a los socialdemócratas, “no se pueden ganar elecciones”. “El problema del SPD es que ahora mismo hay muy poca gente que dice estar en una situación económica negativa, en este contexto, no se pueden ganar las elecciones con el tema de justicia social”, sostiene el profesor de la Universidad Libre de Berlín.
El pasado jueves el SPD desvelaba la segunda parte de su campaña electoral, sin ofrecer grandes cambios en su estrategia. Pese a sus esfuerzos por presentar temas en el debate público, ya sean las consecuencias del trucaje de los motores diesel en la industria alemana del automóvil o el eventual recrudecimiento de la llegada de demandantes de asilo, el SPD está lastrado. Acusa haber formado parte en esta legislatura de una gran coalición con la CDU de Merkel.
“En muchos temas la CDU y el SPD han defendido lo mismo, por eso es muy difícil encontrar asuntos que resulten controvertidos en la campaña, me refiero a esos temas en los que es posible establecer diferencias”, comenta Niedermayer. “Martin Schulz lo está intentando, pero sin resultados”, agrega.
Típica campaña “a lo Merkel”
De resultas, se vive con tranquilidad el debate político en estos días de supuesta intensa confrontación. Mathias Müller von Blumencron, periodista del diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, se ha referido a la actual competición política que vive el país como una “típica campaña a lo Merkel”. A saber, una campaña “sin acentos ni provocaciones”.
De aquí al 24 de septiembre aún es posible que se altere el curso de la campaña. “Elementos externos podrían tener una influencia”, recuerda Müller, el politólogo de la Universidad de Rostock. Aunque los comicios no generen tensión por saber quién ganará, a buen seguro habrá suspense por saber qué partidos formarán Gobierno.
Aunque, según las encuestas, falte intriga a la hora de saber quién ganará los próximos comicios, lo cierto es que, tras el 24 de septiembre, seguro que habrá incertidumbre antes de darse a conocer si CDU y SPD vuelven a formar una gran coalición. Los pequeños partidos también podrían contribuir a la formación de un Gobierno sin uno de los grandes.
En esta lógica, atendiendo a las previsiones de los sondeos, sólo parece que se pueda plantear una mayoría formada por conservadores, los ecologistas de Los Verdes y los liberales Partido Democrático Libre (FDP). A ecologistas y liberales los sondeos les atribuyen actualmente entre un 7% y un 9% de la intención de voto. En una horquilla más reducida – entre un 7% y un 8% – se sitúa a los populistas de AfD. Para los izquierdistas de Die Linke los valores oscilan entre el 8% y el 10%.