Se las prometía muy felices a principios de año Martin Schulz al tomar las riendas del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Sin embargo, después de la derrota encajada el domingo en Renania del Norte-Westfalia, en el SPD hay razones para estar deprimido. “Estoy realmente afectado”, reconocía Schulz el domingo tras darse a conocer los resultados de la cita con las urnas del domingo en el Land del oeste alemán, una pieza clave en el panorama político teutón.

Renania del Norte-Westfalia es la región más poblada de Alemania, con unos 18 millones de habitantes. Se la considera el bastión de la socialdemocracia germana. No obstante, el domingo, el Land caía en manos de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel. La CDU se impuso contra todo pronóstico, logrando un 34,5% de los votos, según las primeras estimaciones. Al SPD, que venía gobernando la región desde 2010, se le atribuía un 30,5%.

Schulz no ocultaba su decepción por una “sonora derrota”, según decía el propio aspirante a canciller de los socialdemócratas. Hannelore Kraft, la presidenta de la región y líder del SPD en Renania del Norte-Westfalia, anunciaba su dimisión como jefa de los socialdemócratas en el Land del oeste germano como consecuencia del duro golpe del domingo.

Su partido perdió allí casi un 9% de los votos respecto a los comicios de 2012. La CDU había ganado el domingo un 8,1% respecto a la última cita con las urnas. Los sondeos habían previsto para el domingo unos resultados igualados. No se había previsto una victoria cristianodemócrata tan contundente.

“Es un golpe muy duro para el SPD, una derrota dramática dada la tradicional importancia de la región para el SPD”, dice a EL ESPAÑOL Stefan Marschall, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Düsseldorf. “Martin Schulz se había implicado mucho en la campaña aquí, para él la derrota es severa y supone un freno a su deseo de movilizar a los electores para las elecciones generales de septiembre”, agrega. “Tenemos que pensar qué parte [de responsabilidad] tengo”, señalaba un Schulz que no podía ocultar su decepción.

La derrota del domingo en Renania del Norte-Westfalia, región de la que procede el propio Schulz, es la tercera consecutiva este año del SPDLos socialdemócratas también salieron derrotados en el Land de El Sarre en marzo y, la semana pasada, en Schleswig-Holstein. Esos resultados adversos invitaban a cuestionar el llamado 'efecto Schulz', es decir, el empuje del SPD en las encuestas de intención de voto de cara las elecciones generales de septiembre.

Este nuevo golpe en Renania del Norte-Westfalia parece incluso acabar con los planes socialdemócratas de llevar a Schulz a la Cancillería Federal. “Las elecciones de septiembre se presentan muy difíciles para el SPD ahora mismo”, afirma a EL ESPAÑOL Mathias Albert, politólogo de la Universidad de Bielefeld. “Las esperanzas del SPD de tener un canciller tras las próximas elecciones generales se han esfumado”, agrega este experto.

MARTIN SCHULZ NECESITA UN MILAGRO

Su análisis coincidía con las primeras conclusiones presentadas en los medios de comunicación germanos. “Martin Schulz necesita ahora un milagro”, indicaban desde el semanario progresista Der Spiegel en su cobertura de las elecciones del domingo.

Si bien la campaña electoral en Renania del Norte-Westfalia estuvo marcada por cuestiones de política regional y por el descontento con los años de Gobierno del ejecutivo Kraft, esta tercera derrota tendrá para el SPD efectos a todos los niveles. “Los socialdemócratas tienen que ganar claridad en lo que respecta a las políticas que defienden”, según Albert.

Las permanentes alusiones de Schulz y compañía por una mayor “justicia social” y las recientemente planteadas apuestas por mayores “inversiones” no han impedido que el 'efecto Schulz' haya terminado desinflándose.

En junio está previsto que los socialdemócratas – y el resto de partidos – presenten sus programas electorales para los comicios de septiembre. Esto ofrece al SPD una posibilidad de ganar claridad. Sin embargo, después de tres derrotas en los comicios regionales registradas en este año de elecciones generales, en lo que tienen que pensar los socialdemócratas es en si “quieren gobernar de nuevo en una gran coalición con Angela Merkel como líder o regenerarse como principal fuerza de la oposición”, según Albert.

En la oposición ante un probable Gobierno liderado por Merkel seguramente estará a partir de septiembre Alternativa para Alemania (AfD), partido de ultraderecha fundado en 2013. El domingo AfD lograba un 7,6% de los votos en Renania del Norte-Westfalia. Gracias a esos resultados, AfD lograba entrar en su décimo-tercer parlamento regional. Por delante de AfD en Renania del Norte-Westfalia quedaba el partido liberal de FDP, tercera fuerza política en ese Land gracias a un 11,9% de los votos.

Está por ver qué tipo de coalición acabará gobernando la región, pero en la tarde-noche del domingo había un claro mensaje en contra del SPD y a favor de la CDU. La continuidad del dominio de Angela Merkel en la política germana parece asegurada. Con Martin Schulz, el SPD ha podido soñar por unos meses con cambiar esa hegemonía. Pero la derrota en Renania del Norte-Westfalia acaba con las esperanzas socialdemócratas. “No soy ningún mago”, reconocía un Schulz apenado tras darse a conocer los resultados del domingo.

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