La primera ministra británica, Theresa May, ha tratado este viernes de desbloquear las negociaciones del brexit con una oferta de concesiones hacia sus socios de la UE. En un discurso en Florencia, May ha anunciado que Reino Unido seguirá contribuyendo al presupuesto comunitario hasta el año 2020, es decir, dos años después del brexit. Aunque no ha dado cifras, eso equivale a una aportación de 20.000 millones de euros.
La primera ministra británica ha reclamado al resto de líderes de la UE un periodo de transición de dos años tras el brexit para dar tiempo a ciudadanos y empresas a adaptarse. Y ha abogado por "soluciones creativas e innovadoras" para lograr un acuerdo.
El discurso de May en Florencia constituye una oferta de paz a sus socios europeos, un intento de desatascar las conversaciones de divorcio, que apenas han avanzado desde que Londres activó en marzo la cuenta atrás de dos años hacia el brexit. La cuarta ronda de diálogo comienza el próximo lunes en Bruselas. Pero de momento no hay "progresos suficientes", según los socios europeos, en los tres temas de la separación: los derechos de los ciudadanos, la factura de salida y la frontera con Irlanda.
El negociador jefe de la UE, el conservador francés Michel Barnier, se quejaba este jueves de la "gran incertidumbre" de la posición británica. "Para hacer progresos, estamos esperando compromisos claros por parte de Reino Unido", avisó. De lo contrario, la UE aplazará las negociaciones sobre la relación futura, el nuevo acuerdo de libre comercio con Londres que es la prioridad para May. Estaba previsto que esta segunda fase del brexit comenzara en octubre. Pero si no hay avances la semana que viene, podría retrasarse hasta diciembre.
Sin embargo, May ha tenido que trazar en su discurso un equilibrio difícil, ya que ni siquiera dentro de su gabinete hay acuerdo sobre qué significa el brexit. Su ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, le ha desafiado abiertamente esta semana con un artículo en el que defiende una ruptura total con la UE y rechaza cualquier factura de salida. Estas son las principales novedades del discurso de May y lo que piensa de ellas la UE.
Un pago de 20.000 millones
La primera ministra británica ha anunciado que Londres seguirá contribuyendo a las arcas comunitarias hasta el fin del actual periodo presupuestario, es decir, hasta 2020, dos años después del brexit. Eso significaría una aportación adicional de alrededor de 20.000 millones de euros. "Los países de la UE no tendrán que pagar más ni recibir menos en lo que queda del actual plan presupuestario", dice May.
Lo que piensa la UE. Para Bruselas es una buena noticia que Reino Unido reconozca por fin que debe pagar una factura de salida. En la última ronda celebrada en agosto, el equipo del negociador británico, David Davis, rebatió la base jurídica de las demandas de la UE. Sin embargo, la oferta de May todavía está muy lejos del cálculo que ha hecho el equipo de Barnier, que cifra en 100.000 millones de euros los compromisos asumidos por Londres que debe saldar antes de marcharse.
Un periodo transitorio hasta 2021
La primera ministra británica cree que esta transición de dos años es necesaria para que los ciudadanos y las empresas puedan adaptarse al brexit. Y reclama a la UE un acuerdo sobre esta cuestión lo antes posible para acabar con la actual incertidumbre.
Lo que piensa la UE. El negociador europeo está dispuesto a discutir un periodo transitorio después del 29 de marzo de 2019, la fecha del brexit, en el que Londres mantendría su acceso al mercado interior y la unión aduanera. No obstante, avisa de que este periodo deberá ser necesariamente corto. Y mientras dure, Reino Unido debe aceptar la libre circulación de personas, el control del Tribunal de Justicia de la UE y los pagos al presupuesto comunitario. La única diferencia con la situación actual será que los británicos ya no tendrán ni voz ni voto en la elaboración de las leyes europeas que deberá respetar.
Más garantías para los europeos que se queden
"Queremos que os quedéis, os valoramos y agradecemos vuestra contribución", ha sido el mensaje de May para los europeos que residen en Reino Unido. "La garantía de derechos que ofrezco es real", asegura la primera ministra. El futuro acuerdo entre Bruselas y Londres sobre derechos de los ciudadanos se incorporará a la legislación británica. Y los tribunales británicos serán los responsables de controlar que se cumpla. No obstante, en caso de incertidumbre, tendrán en cuenta la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
Lo que piensa la UE. Barnier sostiene que los 3,3 millones de europeos que ahora residen en Reino Unido deben poder continuar viviendo igual tras el brexit, con los mismos derechos y salvaguardas. Y eso sólo puede lograrse si el garante de esos derechos es el TJUE y no los tribunales británcios.
Un acuerdo comercial a medida de Londres
May ha sostenido que tanto el modelo de Noruega como el de Canadá serían insatisfactorios para Reino Unido. A su juicio, se necesita un acuerdo comercial mucho más ambicioso, diseñado a medida de Londres: "una solución creativa para una nueva relación económica". El nuevo pacto deberá incluir un mecanismo de resolución de disputas, ya que ni el TJUE ni los tribunales británicos pueden ser neutrales, ha dicho la primera ministra. También ha ofrecido cooperación incondicional con la UE en materia de seguridad y política exterior.
Lo que piensa la UE. Los europeos han avisado reiteradamente que no habrá un divorcio a la carta. Reino Unido no puede quedarse con los beneficios que conlleva pertenecer a la UE sin cumplir ninguna obligación. El traje a medida que reclama May tiene muy pocas posibilidades de prosperar en Bruselas.