La isla de Santorini es un paraíso terrenal, una perla volcánica bañada por aguas cristalinas de color añil que se funden con el cielo, bordada por la arena de las calas y defendida por los altos barrancos que un día vieron a Ulises, el héroe heleno de la Odisea de Homero, partir hacia Ítaca. Situada al sur del Mar Egeo, en Grecia, su singularidad, sus casas blancas de estilo oriental adornadas con los característicos pórticos y ventanas azules, y su ambiente nocturno, hacen que esta isla de apenas 12.000 habitantes reciba durante la temporada estival a unos 8.000 turistas diarios, una cifra que roza el millón en total cada verano.
Este año, Grecia ha contratado 20.000 profesores sustitutos, los cuales son destinados a los diferentes colegios del país para cubrir una baja. La decena de profesores que han sido enviados a Santorini, al igual que en Ibiza, han tenido serios problemas para encontrar un hogar debido al crecimiento turístico masivo y descontrolado en la isla.
Aquí el precio medio de una vivienda es de unos 700 euros mensuales mientras que el sueldo de los profesores ronda los 800 euros. Por este motivo, muchos de ellos han tenido que pagar cifras astronómicas y compartir habitaciones en hoteles con otros compañeros de profesión, unos han encontrado hospedaje en la casa de otros profesores, y algunos han tenido que dormir en una tienda de campaña, en un camping o en su propio coche. Hasta se rumorea que algunos maestros de escuela han tenido que dormir en las playas a la intemperie, aunque las autoridades desmienten esta versión.
Tal es la magnitud de este problema, que además se reproduce en otras islas como Mykonos, Syros, Corfú y Cret, donde también médicos y enfermeros tienen problemas para pagar los elevados precios de la vivienda local, que el alcalde de Santorini, Nikos Zorzos, ha propuesto a sus vecinos que “adopten un profesor”.
Con esta iniciativa, el consistorio hace un llamamiento a los habitantes de la isla pidiéndoles que acojan a un maestro en sus casas hasta que se solucione el problema. "Algunos llamaron al ayuntamiento para poner a su disposición pisos. La reacción ha sido mejor de lo esperado. El problema es que en Santorini no hay suficientes viviendas de alquiler. Todo son pisos turísticos", se lamenta Zorzos a Efe.
Profesores en pie de guerra
Desde la Asociación Helénica de Profesores Sustitutos de Colegios de Primaria, denuncian a EL ESPAÑOL esta situación. Aseguran que el Gobierno sólo avisa con tres días de antelación para preparar el viaje. Tres días en los que deben “dejar sus hogares y sus familias” y hacer frente a una serie de problemas como programar el desplazamiento, encontrar un alojamiento, ajustarse a su nuevo entorno, y “estar listos para los estudiantes sin saber si podrán seguir trabajando el próximo año y dónde”.
Este año ha sido particularmente complicado porque la cantidad de maestros contratados a principios de septiembre ha sido “mayor que nunca”, lo que ha provocado una aglomeración de demandantes de vivienda un tanto inusual. Esto se debe a que al inicio del curso había una carencia significativa de docentes de diferentes especializaciones y asignaturas.
Desde la organización sostienen que “no hay apartamentos para alquilar”, y los disponibles no están alcance del salario medio de un profesor. “Muchos han pedido ser trasladados a otras islas debido a la falta de alojamiento”, explican. También hay casos donde los profesores, ante la imposibilidad de hospedarse, renuncian y pierden sus trabajos.
Actualmente el 70% han encontrado alojamiento, mientras que los demás deben buscarse la vida compartiendo habitaciones. Desde el ayuntamiento han prometido tomar cartas en el asunto, aunque los educadores aún están esperando una solución.
Airbnb: el agravante
A este cóctel explosivo que tiene como ingredientes principales la turistificación desmedida y los contratos precarios, hay que sumarle el impacto de Airbnb, que ha hurgado aún más en la llaga. El aterrizaje de la economía colaborativa en las islas, como en otros tantos lugares del mundo, ha removido los cimientos y puesto la casa patas arriba.
Ioannis Spilanis, profesor de la Universidad del Egeo en el Laboratorio de Desarrollo Local e Insular del Departamento de Medio Ambiente, explica a EL ESPAÑOL que los profesores y otros funcionarios ocupaban las viviendas que quedaban vacías durante la temporada baja. Sin embargo, estas residencias ahora son “gestionadas por estas plataformas”, como Airbnb. De este modo, el propietario obtiene más beneficio alquilando su casa a diferentes personas durante todo el año que a un profesor unos meses.
Un portavoz del Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME por sus siglas en griego), uno de los principales sindicatos de Grecia, cuenta a este periódico que están “pidiendo medidas para albergar y ofrecer sustento” a los profesores de Santorini. “Exigimos al Ministerio de Educación, Religiones, Cultura y Deportes “intervenir y cooperar” con el municipio, pues además “están obligados por ley” a hacerlo, y además piden un “subsidio” para todos los maestros. Tal y como defiende la organización, “sin casas para los maestros, no hay educación para nuestros hijos”.