Bruselas

Pese a las buenas palabras que los líderes europeos han prodigado a Theresa May durante la cumbre de Bruselas, las negociaciones del brexit no es ya que estén en punto muerto sino que han entrado en un callejón sin salida. La canciller alemana, Angela Merkel, abandera la línea dura contra la primera ministra británica y le avisa de que debe pagar más si quiere un divorcio amistoso. Ella responde que, antes de abrir la cartera, quiere garantías de que tendrá un acuerdo comercial a medida con la Unión Europea para cuando deje el club. Un círculo vicioso para el que no hay soluciones a la vista.

La factura de salida sigue siendo por tanto el punto de discordia insalvable entre Bruselas y Londres. May ha ofrecido 20.000 millones de euros y promete asumir otros compromisos financieros, pero se niega a cuantificarlos. Sus socios dicen que les debe hasta 100.000 millones.

En un tiempo récord de 90 segundos. Tal y como estaba previsto, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 han constatado este viernes que en las cinco rondas de diálogo del brexit celebradas hasta ahora no ha habido "progresos suficientes" en los tres temas del divorcio: además de la factura, los derechos de los ciudadanos y la 'frontera invisible' que se pretende diseñar en Irlanda para no poner en riesgo el acuerdo de paz del Ulster. Por ello, la UE deniega a May su petición de pasar a la segunda fase del brexit: hasta que no se concluya una separación amistosa no puede hablarse del futuro.

La canciller Merkel, durante su rueda de prensa en Bruselas Geoffroy Van Der Hasselt/Reuters

Pero los líderes europeos han tratado de ofrecer a May al menos gestos alentadores. No quieren debilitar todavía más su precaria posición tras haber perdido la mayoría tory en las elecciones de junio, ni dar alas a los más radicales de su gabinete, como el ministro de Exteriores Boris Johnson. Por eso, los 27 han acordado también este viernes iniciar ya los preparativos internos para la segunda fase. Es decir, discutirán entre ellos (y todavía no con Londres) cómo debe ser el futuro acuerdo comercial y el periodo transitorio.

"Las informaciones que hablan de un bloqueo entre la UE y Reino Unido se han exagerado", ha asegurado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la rueda de prensa final tras dos días de reuniones. En sus discusiones internas, Bruselas tendrá en cuenta las propuestas que hizo May en su reciente discurso de Florencia. "Y como todos estamos trabajando activamente para un acuerdo, espero que podamos pasar al a segunda fase de nuestras conversaciones en diciembre", asegura Tusk.

Diferencias irreconciliables

Los dirigentes comunitarios se han esforzado en disipar la imagen de aislamiento de May en el Consejo Europeo. El jueves, Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, la acompañaban en su entrada a la sala de reunión de la cumbre y charlaban con ella para dar tiempo a los fotógrafos a tomar imágenes. Un esfuerzo fallido porque este viernes la primera ministra británica ha vuelto a ser fotografiada completamente sola sentada ante una enorme mesa con sillas vacías a su alrededor mientras esperaba a Tusk.

Merkel, May y Macron, en el Consejo Europeo Unión Europea

Pero más allá de las señales conciliatorias, han sido las ruedas de prensa tras la cumbre las que han evidenciado que las posiciones de Bruselas y Londres son irreconciliables y que un brexit caótico y sin acuerdo es ahora la hipótesis más probable.

La primera en hablar ha sido May, que ha participado en el desayuno de trabajo con el resto de líderes de la UE, pero que ha sido invitada a marcharse sobre las 11:30 de la mañana para que los 27 pudieran discutir entre ellos sobre el brexit. "Debemos trabajar juntos para lograr un resultado que podamos apoyar y que funcione para todos nuestros ciudadanos", ha reclamado a sus socios europeos.

Sobre la cuestión del dinero, la primera ministra británica explica que Reino Unido está examinando "línea por línea" la factura que le ha presentado Bruselas. Pero también deja claro que no pondrá sobre la mesa su contraoferta final antes de pasar a la segunda fase del brexit. "El arreglo financiero total sólo llegará como parte del acuerdo final sobre las relaciones futuras", sostiene May.

Pero para sus socios europeos, la cuestión del orden es fundamental: primero el dinero y luego ya se hablará del pacto comercial y de la transición. Las dos cosas no pueden mezclarse. Un divorcio agrio, sin acuerdo para saldar las cuentas entre la UE y Londres, impediría tener buenas relaciones en el futuro.

La canciller Merkel ha hecho de portavoz de los 27 en su réplica a la primera ministra británica. Le deja claro que no podrá pasar a la segunda fase del brexit si no hace más concesiones monetarias. "Theresa May ha estado hablando con varios Estados miembros en los días previos a esta cumbre y hemos sido muy claros en por qué no se han hecho progresos suficientes en los compromisos financieros. Está muy claro lo que debe hacer", ha dicho Merkel.

La UE ni siquiera aceptará hablar sobre la prórroga que pide May para dar tiempo a empresas y ciudadanos a adaptarse al brexit si no hay una solución previa sobre la factura de salida. "El periodo transitorio de dos años es una idea interesante, sin duda, pero estamos en la fase uno de las negociaciones. Volveremos a ello en algún momento. Pero ahora tenemos tres temas en la agenda: Irlanda del norte, los compromisos financieros y los derechos de los ciudadanos. El periodo transitorio no es el tema decisivo ahora", alega la canciller.

El presidente francés ha coincidido plenamente en la línea dura de Merkel contra May. "Estamos lejos de llegar a los compromisos financieros necesarios para iniciar la segunda fase del brexit", ha subrayado Macron, para quien está claro que "Reino Unido debe hacer todavía un esfuerzo importante" en este capítulo.

El tiempo apremia. La cuenta atrás de dos años hacia el brexit, que se materializará el 29 de marzo de 2019, avanza imparable. May ha dicho este viernes que todavía es optimista sobre las posibilidades de un acuerdo entre Bruselas y Londres. Pero también deja claro que el Gobierno británico va a prepararse para el escenario de una salida caótica.

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