El Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) ha condenado este miércoles al ex comandante serbobosnio Ratko Mladic, conocido popularmente como 'el carnicero de los Balcanes', a cadena perpetua por el genocidio de la población bosniaca en Srebrenica, así como por los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos cometido durante el conflicto armado (1992-1995).
De los once cargos que pesaban contra Mladic, ha sido declarado culpable de diez de ellos, incluido el del genocidio de Srebrenica, el más importante. No obstante, se ha librado del cargo de genocidio por buscar el exterminio de la población bosniaca y bosniocroata.
El presidente del TPIY, Alphons Orie, que ha leído el veredicto, ha afirmado que Mladic intentó crear territorios "étnicamente limpios" de bosniacos (musulmanes) y bosniocroatas y le ha responsabilizado "personalmente" de lanzar una "empresa criminal" para aterrorizar a la población civil de Sarajevo durante el largo asedio a la capital bosnia.
Crisis de hipertensión
Durante la sesión sufrió una "crisis de hipertensión" mientras escuchaba su sentencia. Mladic pidió una pausa de cinco minutos al tribunal para acudir al baño, pero el excomandante permaneció en los servicios del tribunal durante más de 40 minutos.
Al reiniciarse la sesión, su equipo de abogados pidió aplazar la sentencia para otro día dada la situación de salud del acusado, pero la corte insistió en finalizar de leer el veredicto.
Ante esta negativa, Mladic comenzó a gritar y protestar señalando a los jueces, y ante la tensión, el magistrado Alphons Orie pidió a seguridad que le retirase de la sala y le trasladase a otra para escuchar su sentencia.
EXTENSO PLIEGO DE CARGOS
Mladic estaba acusado de dos cargos de genocidio por la masacre de Srebrenica -en la que los militares bajo su mando mataron a más de 8.000 niños y hombres bosniacos en los primeros días de julio de 1995- y por promover la eliminación de los bosniocroatas y los bosniacos durante el conflicto armado.
También pesaban en su contra cinco cargos de crímenes de lesa humanidad -persecución, exterminio, asesinato, deportación y por actos inhumanos- y cuatro de crímenes de guerra -asesinato, terror, ataques ilegales contra civiles y toma de rehenes-.
En concreto, ha sido procesado por asesinato y por sembrar el terror con las fuerzas militares bajo su mando mediante el asedio de Sarajevo, un sitio que se prolongó de mayo de 1992 a noviembre de 1995 y que incluyó el bombardeo del mercado de la capital bosnia, en el que murieron 66 civiles que intentaban conseguir alimentos.
El general serbobosnio, de 74 años de edad, fue detenido en Serbia en mayo de 2011 tras haber pasado más de una década como fugitivo. Desde entonces, ha intentado numerosas tretas legales para frenar el proceso judicial en su contra, esgrimiendo, entre otras cosas, motivos de salud.
Sin embargo, la Fiscalía ha logrado impulsar el caso hasta sus últimas consecuencias. La acusación pedía cadena perpetua porque, según su escrito, no cabe duda de que Mladic perseguía la "destrucción física" de bosniocroatas y musulmanes bosnios.
UN FALLO HISTÓRICO
La causa contra Mladic tiene una especial carga simbólica para la población bosniaca, que le considera el brazo ejecutor de la masacre de Srebrenica, un genocidio reconocido como tal por la comunidad internacional, por Naciones Unidas y por el TPIY, pero que Serbia y la República Srpska (la entidad serbobosnia de Bosnia) siguen negando.
También se sigue con atención entre la población serbobosnia, que le considera un héroe de guerra. El presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, ha insistido en las últimas horas en que no debía ser condenado porque solo cumplió su deber "como patriota" y advirtió de que, si había una sentencia en su contra, "el mito seguirá creciendo".
El veredicto contra el general Mladic llega después de que en marzo de 2016 el TPIY, con sede en La Haya, condenara a 40 años de prisión por genocidio y crímenes de lesa humanidad al antiguo líder de la República Srpska de Bosnia Radovan Karadzic.
Además, este fallo ha sido el último dictado por el TPIY, que dejará de funcionar el 31 de diciembre, tras más de 20 años en los que ha juzgado un total de 161 casos. Los recursos que queden pendientes, como el de Karadzic o el que pueda presentar Mladic, quedarán a cargo de un tribunal menor creado también por Naciones Unidas.