El socialista portugués Mário Centeno (51 años) ha sido elegido este lunes como nuevo presidente del Eurogrupo para un periodo de dos años y medio prorrogable. El luso se ha impuesto en la tercera vuelta de la votación celebrada en Bruselas al luxemburgués Pierre Gramegna, el eslovaco Peter Kazimir y la letona Dana Reizniece-Ozola. Sustituirá al holandés Jeroen Djsselbloem, que ha dirigido las reuniones de los ministros de Finanzas de la eurozona en los últimos cinco años, cuando éste deje el puesto el próximo 13 de enero.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha votado desde la primera ronda por Centeno. Guindos era el "candidato natural" al Eurogrupo del Partido Popular Europeo y uno de los favoritos para el puesto, pero ha renunciado a postularse. Finalmente, los populares no han presentado a ningún candidato porque ya controlan las presidencias de la Comisión (Jean-Claude Juncker), el Consejo (Donald Tusk) y la Eurocámara (Antonio Tajani). "El señor Centeno es un buen ministro de Portugal, es un buen economista, creo que entiende perfectamente los retos de la zona euro y la verdad es que yo estoy muy contento", ha dicho Guindos.
Con la elección de Centeno, la presidencia del Eurogrupo se mantendrá así en manos de los socialistas europeos. Pero se produce un vuelco en los equilibrios geográficos: la vara de mando pasa de un país del norte como Holanda, donde incluso los socialistas defienden una línea dura de disciplina fiscal, a un país del sur como Portugal, que ha sufrido la crisis en carne propia y es más partidario de la flexibilidad presupuestaria y de las políticas de crecimiento. El Gobierno de Lisboa fue el más crítico con Dijsselbloem por sus palabras sobre los países del sur, hasta el punto de pedir su dimisión la pasada primavera.
Contra la austeridad ciega
El ministro portugués se ha marcado como prioridad promover el "crecimiento inclusivo", la reducción del paro y la "prosperidad". "Siempre hay alternativas, hay que buscarlas. Hay muchas ideas por ahí y vamos a tratar de cogerlas todas y poner un nuevo guión" con el fin de "poner fin a un periodo que fue muy difícil para Europa", ha dicho Centeno tras su elección en un castellano casi perfecto.
"La elección de Centeno como presidente del Eurogrupo es una victoria de Europa contra la austeridad ciega", ha asegurado el presidente del grupo socialista en la Eurocámara, Gianni Pittella. "Ha tenido éxito a la hora de aplicar una política económica creíble en Portugal restaurando la salud de las finanzas públicas y recuperando el crecimiento. Confiamos en que esto representará un punto de inflexión para el desarrollo futuro de la eurozona y de toda Europa", ha agregado.
Centeno ha sido definido por Wolfgang Schäuble como "el Ronaldo del Ecofin" por haber consolidado la recuperación económica en Portugal tras el rescate de 78.000 millones de euros que recibió en 2011 de la UE, a la vez que saneaba las cuentas públicas del país. Portugal crecerá este año a un ritmo del 2,6%. El paro ha bajado desde el 16,4% en 2013 al 9,2%, mientras que el déficit se ha reducido desde el 7,2% hasta el 1,4% actual.
Economista de profesión, Centeno forma parte del Gobierno socialista de Antonio Costa, apoyado por los comunistas y el Bloque de Izquierda, desde noviembre de 2015. Como argumento en contra de su elección se esgrimía su falta de peso político. Una vez que la crisis de deuda ha quedado atrás y el crecimiento alcanza velocidad de crucero, su principal tarea al frente del Eurogrupo será llevar a cabo las reformas que necesita la eurozona para corregir sus defectos estructurales y prevenir futuras turbulencias.
Despedida de Dijsselbloem
¿Cuál es el consejo de Dijsselbloem para su sucesor? El principal es no caer en la complacencia. "Particularmente en estos (buenos) tiempos, es muy fácil relajarse. Pero todavía quedan temas pendientes en todos nuestros países, ya sea en el frente presupuestario, de reformas o en los bancos", ha dicho el presidente saliente.
Sus peores momentos al frente del Eurogrupo fueron dos. En primer lugar, el turbulento rescate de Chipre en marzo de 2013, semanas después de su llegada al cargo, en cuya tramitación se sopesó hacer pagar a todos los depositantes. Dijsselbloem asegura que fue un error de comunicación, posteriormente corregido, y que al final todo salió bien.
El otro instante crítico de su mandato fue la crisis griega de verano de 2015, que estuvo a punto de saldarse con la salida de Grecia del euro. Pero también aquí se consiguió finalmente salvar la integridad de la eurozona. El logro del que está más orgulloso es el avance en la construcción de una unión bancaria. Una iniciativa que según ha dicho es urgente completar.