Diputados conservadores rebeldes se unieron este miércoles a la oposición en la Cámara de los Comunes para forzar al Gobierno de la primera ministra, Theresa May, a someter el futuro acuerdo del brexit a una votación en el Parlamento.
Por 309 a favor y 305 en contra, la Cámara Baja británica aprobó una enmienda a la ley que guiará la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) que impide al Gobierno comenzar a implementar el pacto que firme con Bruselas sin el visto bueno del Parlamento.
El diputado conservador Dominic Grieve, antiguo fiscal general británico y defensor de la permanencia en al UE antes del referéndum de 2016, impulsó la propuesta que ha provocado la primera derrota parlamentaria de May como primera ministra.
El Gobierno ya se había comprometido a someter al escrutinio del Parlamento los términos de salida que acuerden Londres y Bruselas, pero había advertido que un eventual voto en contra no detendría en brexit.
La oposición laborista calificó esa propuesta como una votación "simulada", mientras que Grieve y el resto de conservadores disidentes exigieron un compromiso por escrito de que el voto sería "significativo".
Sin ese aval legal, argumentaron, el Ejecutivo podría implementar medidas incluidas en el acuerdo con Bruselas a través de leyes secundarias, incluso si el Parlamento rechazara el acuerdo de forma global.
Golpe para la autoridad de May
La derrota en la Cámara de los Comunes supone un golpe para la autoridad de May un día antes del inicio de la cumbre de la UE en la que los 27 socios comunitarios restantes deben decidir si dan su visto bueno para avanzar a una segunda fase de las negociaciones sobre el brexit.
Desde el traspiés electoral de junio, la primera ministra necesita el apoyo parlamentario del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), un respaldo que le otorga una frágil ventaja de 13 diputados en los Comunes.
La jefa de Gobierno trató de desactivar la rebelión de los conservadores durante la sesión parlamentaria de la mañana, en la que insistió en su compromiso de someter a votación en ambas cámaras (la de los Comunes y la de los Lores) el futuro acuerdo con Bruselas.
"Para ser claros, el acuerdo final estará listo antes de nuestra salida (de la UE) y los Honorables Miembros (del Parlamento) tendrán la oportunidad de votarlo", afirmó May.
La primera ministra advirtió sin embargo de que la enmienda de Grieve, que impide al Gobierno poner en marcha cualquier medida del acuerdo hasta que el Parlamento tramite por completo un proyecto de ley para dar su visto bueno, puede dificultar el proceso del brexit.
"Eso podría significar que no somos capaces de acometer la salida ordenada y suave de la Unión Europea que esperamos que se produzca", alertó la primera ministra.
Las concesiones de May no lograron cambiar el sentido del voto de Grieve y el grupo de tories rebeldes, que se alinearon con el Partido Laborista, el Partido Liberaldemócrata y el Partido Nacionalista Escocés (SNP).
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