Es una auténtica revolución en las normas que regulan el Impuesto de Valor Añadido (IVA) en la Unión Europea. La Comisión ha propuesto este jueves dar libertad total a los Gobiernos de los países miembros para aplicar tipos reducidos a los productos que deseen. Una iniciativa que abre la puerta a rebajar el IVA en España a los pañales, los preservativos y los productos de higiene íntima femenina, como tampones y compresas, como ha pedido reiteradamente el Congreso con el apoyo de todos los grupos políticos salvo el PP.
Bruselas autoriza además a aplicar un IVA reducido a los coches eléctricos, híbridos o de hidrógeno (que ahora están gravados con el tipo general del 21%), pero no a los que funcionan únicamente con gasolina o gasoil. La reducción de impuestos al coche eléctrico es también una de las reivindicaciones tradicionales del sector para impulsar las ventas y contribuir así a cumplir los objetivos de reducción de emisiones de la UE.
En la actualidad, el IVA de los pañales para bebés en España es del 21%. Por su parte, los productos de higiene íntima femenina y los preservativos están gravados con el tipo reducido del 10%. El Congreso ha reclamado varias veces al Gobierno de Mariano Rajoy (la última a finales de 2016) una rebaja en ambos casos al tipo superreducido del 4%. En el caso de compresas y tampones, los grupos políticos denuncian que se trata de una tasa rosa que penaliza a las mujeres por el hecho de serlo.
Hasta ahora, las normas de la UE no permitían rebajar el IVA a los productos de higiene íntima femenina en aquellos países que no contaran con una derogación específica, entre los que no está España. Una restricción que ha provocado quejas al máximo nivel, especialmente por parte del exprimer ministro británico, David Cameron, que se quejó del IVA de los tampones durante un Consejo Europeo cuando se negociaban las condiciones para que Reino Unido se quedara.
Dos restricciones
La Comisión propone ahora un vuelco total en las reglas del impuesto. Si se aprueba la reforma, los Gobiernos tendrán vía libre para rebajar el IVA a los productos y servicios que deseen. Podrán aplicar incluso un tipo del 0%, una posibilidad que no existe actualmente en España pero sí aplican otros Estados miembros para productos de primera necesidad.
Sólo hay dos restricciones. En primer lugar, habrá una lista de artículos a los que no se le podrá aplicar un IVA reducido: metales preciosos, bebidas alcohólicas, juego, teléfonos inteligentes, servicios financieros, carburantes, armas, tabaco, electrodomésticos o productos electrónicos.
La segunda limitación es que el tipo medio ponderado del IVA en cada país no puede ser inferior al 12%. Bruselas no quiere que la reforma cree un agujero en las finanzas públicas de los Estados miembros. En el caso de España, esta restricción es especialmente importante, ya que se trata de uno de los países que recauda menos por IVA. La Comisión ya le ha recomendado varias veces a Rajoy que suba el IVA a algunos de los productos a los que ahora se aplican tipos reducidos. Cualquier rebaja adicional debería compensarse con un aumento de ingresos en otras partidas.
En todo caso, la reforma tiene todavía un recorrido largo y complicado. Para que se apruebe se requiere la unanimidad de los 28 países miembros. Y los Gobiernos son siempre muy recelosos con cualquier propuesta en materia fiscal. De hecho, Bruselas propuso hace más de un año equiparar el IVA de las publicaciones electrónicas al que se aplica al papel. Pero la norma está atascada en el Consejo de ministros desde junio del año pasado por el veto de República Checa.