Nueva derrota en la batalla legal del fundador de Wikileaks, Julian Assange. La Justicia británica ha desestimado el recurso para retirar la orden de detención que pesa sobre Assange, que lleva refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012.
La sentencia de la Corte de Magistrados de Westminster, que se puede apelar ante instancias superiores, respalda una orden que se dictó cuando Assange violó las condiciones de su libertad condicional en el Reino Unido al entrar en la legación diplomática.
Assange se refugió en la embajada hace más de cinco años para evitar ser extraditado a Suecia, que le reclamaba por supuestos delitos sexuales, aunque la justicia del país nórdico cerró el caso el pasado mayo.
Depresión y problemas de higiene
La decisión de la Justicia británica acaba con casi todas las esperanzas para que Assange recupere la libertad y salga de su encierro voluntario. Los abogados han advertido en numerosas ocasiones que su estado de salud es cada vez más delicado.
En concreto, Assange sufre "depresión y tiene un terrible dolor de muelas", según los argumentos que aportaron los letrados para intentar tumbar la orden de arresto. Además, su entorno está preocupado por la falta de higiene del activista. Según revelaba hace unas semanas el diario The Times, el personal de la embajada ecuatoriana estaba preocupado porque no se ducha ni se cambia de ropa a menudo como consecuencia de su estado depresivo.
En diciembre, el Gobierno de Quito concedió a Assange la nacionalidad ecuatoriana y pidió para él estatus diplomático, en un intento por desbloquear la situación y que el activista pudiera salir de su encierro.
El Ministerio de Exteriores británico negó ese estatus diplomático y señaló que el "caminó para resolver este problema pasa por que Julian Assange abandone la embajada y se enfrente a la justicia".