Bruselas

"Tendremos que aplicar recortes en la política agrícola común y en la política de cohesión si queremos llegar a todas las nuevas prioridades que nos hemos fijado. Pero no estoy a favor de recortes brutales", asegura el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Sin embargo, Bruselas ha presentado este miércoles un documento con diferentes escenarios sobre los próximos presupuestos de la UE para el periodo 2020-2027 en el que plantea una disminución de hasta el 30% en las subvenciones agrícolas y regionales, las que más benefician a España.

Este ajuste podría ser imprescindible, alega el Ejecutivo comunitario, para cubrir el agujero que deja el brexit en las arcas comunitarias -alrededor de 14.000 millones de euros al año- y para financiar las nuevas tareas que quiere acometer la Unión, en particular el control de las fronteras y la defensa y seguridad interior. Bruselas lanza así el debate de cara a la cumbre de líderes europeos que se celebra el 23 de febrero con una tormenta de ideas. Pero su propuesta definitiva sobre el próximo presupuesto de la UE no llegará hasta el dos de mayo. 

España sería pues uno de los Estados miembros más perjudicados si se materializa este recorte. En el actual periodo presupuestario 2014-2020, nuestro país tiene asignados un total de 45.000 millones en subsidios agrícolas y 37.400 millones de euros en ayudas a las regiones. En el peor de los tres escenarios que plantea Bruselas sobre los fondos estructurales (un recorte del 33% en el conjunto de la UE), todas las comunidades autónomas dejarían de recibir subvenciones comunitarias. Los fondos se concentrarían en Portugal y los países del este. En el escenario intermedio, sólo Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia mantendrían algunas ayudas.

En el peor escenario, España perdería todos los fondos regionales

En cuanto a la política agrícola común (PAC), la opción más extrema que sopesa el Ejecutivo comunitario implicaría una disminución del gasto de 120.000 millones de euros (30%). "Este escenario podría implicar una caída media de los ingresos agrarios de más del 10% en algunos Estados miembros y bajadas incluso más pronunciadas en sectores específicos", asegura la Comisión.

España se convertirá por primera vez a partir de 2020 en contribuyente neto a las arcas comunitarias, es decir, tendrá que pagar a la UE más de lo que recibe, según ha admitido el secretario de Estado de Hacienda, Alberto Nadal. No obstante, el Gobierno anuncia que dará la batalla por las subvenciones agrícolas y regionales. "España y muchos países miembros defienden que los pilares fundamentales del presupuesto comunitario deben seguir ahí: el apoyo a la agricultura y a las políticas de cohesión", dijo Nadal en una visita a Bruselas en enero.

Más fondos para el control de fronteras

En contraste con los recortes en agricultura y regiones, la Comisión aboga por un fuerte incremento en el presupuesto para una política migratoria auténticamente común. Poner en marcha un sistema completo de gestión de fronteras en la UE implicaría una plantilla de 100.000 personas y un presupuesto de 150.000 millones de euros en siete años. Esta cantidad equivale al 14% del actual marco financiero, es decir, al presupuesto de la UE de todo un año.

Otras partidas que según Bruselas habría que reforzar son la dedicada a la defensa (10.000 millones frente a 3.500 en el periodo actual) o el programa de intercambio universitario Erasmus+ (hasta 90.000 millones de euros). El Ejecutivo comunitario apuesta además por duplicar la financiación destinada a I+D (hasta 160.000 millones de euros) o los fondos para impulsar la economía digital (hasta 70.000 millones).

Los países miembros tendrán que tomar decisiones difíciles, avisa el comisario de Presupuestos, el conservador alemán Günther Oettinger. Con el actual techo que limita el presupuesto de la UE al 1% del PIB comunitario, es imposible pagarlo todo. "O se mantiene la PAC y los fondos de cohesión y se financia menos en materia de seguridad e inmigración, o al contrario. Si se quiere financiar todo, habrá que aumentar el presupuesto de la UE", ha dicho Oettinger.

Para la Comisión, la cifra ideal estaría en alrededor del 1,2% del PIB. El nuevo Gobierno de coalición alemán -si se ratifica en los próximos días- ya ha dicho que está dispuesto a incrementar su contribución a las arcas comunitarias. Pero otros contribuyentes netos, como Holanda o Austria, se resisten a poner más dinero. Por otro lado, ningún país miembro quiere perder ayudas respecto a su situación actual. La batalla entre contribuyentes y receptores netos, aunque no gusta en Bruselas, ya está lanzada. Juncker pide que haya un acuerdo antes de las elecciones europeas de mayo de 2019.

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