Bruselas

El todavía ministro de Economía, Luis de Guindos, despeja el penúltimo tramite en su carrera hacia la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). La comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara ha dado este martes luz verde a su nombramiento como número dos del todopoderoso Mario Draghi por una mayoría de 27 votos a favor, 14 en contra y 13 abstenciones. El Parlamento Europeo rectifica así su posición inicial de hostilidad hacia Guindos -llegó a apoyar a su rival, el irlandés Philip Lane- por considerar que su candidatura puede politizar al BCE. La opinión no es vinculante, pero supone un espaldarazo político para el español.

En este vuelco ha sido determinante el cambio de posición del PSOE, que ha pasado del no a Guindos a una "abstención crítica" y ha arrastrado consigo a la mayoría de los socialistas europeos. A favor del ministro de Economía han votado los populares europeos, el grupo de los tories británicos y los liberales. Los parlamentarios de Izquierda Unitaria y de los Verdes han votado en contra. Además del riesgo de politización del BCE, critican los supuestos conflictos de intereses por el paso de Guindos por el sector privado y lo que consideran mala gestión de la economía española.

Pese a su visto bueno a Guindos, la Eurocámara expresa su inquietud "por el equilibrio de género, el proceso de selección, el calendario del nombramiento y la independencia política". En la actualidad, entre los 25 miembros del Consejo de Gobierno del BCE sólo hay dos mujeres. En el directorio de que formará parte el todavía ministro de Economía sólo hay una, la alemana Sabine Lautenschläger. Por todo ello, los parlamentarios reclaman a los Gobiernos europeos "diálogo" para mejorar el procedimiento de nombramientos para el BCE. Los socialistas amenazan con votar finalmente contra Guindos en el pleno, o con retrasar el dictamen, si el Ecofin no se compromete en los próximos días a reforzar el papel de la Eurocámara.

El relevo, en cuestión de días

Y es que el dictamen favorable a Guindos de la comisión de Asuntos Económicos debe ahora ser ratificado por el pleno de la Eurocámara en la semana del 12 al 15 de marzo. Antes, el 8 de marzo, el BCE publicará su propia evaluación que previsiblemente será también positiva. Los jefes de Estado y de Gobierno nombrarán definitivamente al español como número dos de Draghi en la cumbre del 22 de marzo.

La principal vulnerabilidad de Guindos en su examen ante el Parlamento Europeo ha sido que todavía no ha dejado el ministerio de Economía pese a haber sido elegido como vicepresidente del BCE el pasado 19 de febrero. El español insiste en que su relevo se producirá "en cuestión de días", mientras que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a retrasarlo hasta la semana que viene.

La elección de Guindos supone el primer paso en el objetivo que se ha marcado el Gobierno de Mariano Rajoy de recuperar la influencia perdida en la UE debido a la crisis económica y el rescate bancario. España se quedó sin su silla en el directorio del BCE en julio de 2012, en el peor momento de la recesión. Cuando la recuperación empezaba a consolidarse, el propio ministro de Economía intentó un asalto a la presidencia del Eurogrupo en julio de 2015, pero fue derrotado por el holandés Jeroen Dijsselbloem pese a contar con el apoyo de Alemania. Al segundo intento ha logrado su objetivo de hacerse con un puesto europeo de relieve.

El español sustituirá al portugués Vítor Constâncio para un mandato no renovable de ocho años. En Fráncfort cobrará un salario de 334.080 euros al año (cinco veces más que como ministro), más una ayuda para su vivienda. Será el escudero de Mario Draghi en las ruedas de prensa del BCE cada seis semanas para anunciar las decisiones de política monetaria y, si no hay cambio en el reparto de tareas, se encargará además específicamente de las áreas de Estudios y de Política Macroprudencial y Estabilidad Financiera, es decir, de regulación de los bancos.

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