El ministro de Economía, Luis de Guindos, llegaba vulnerable al examen al que le ha sometido este lunes la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara de cara a su nombramiento como vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Pese a su compromiso de dimitir lo antes posible, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, todavía no lo ha sustituido, lo que da munición a los que critican su nombramiento por la politización del BCE. El Parlamento era además territorio hostil para Guindos: apoyó a su rival irlandés y expresó dudas sobre su candidatura. Finalmente, el interrogatorio ha sido mucho más fácil de lo previsto. Los eurodiputados, incluidos los del PSOE, apenas han cuestionado su idoneidad para el cargo y se han centrado en preguntas técnicas. Sólo Izquierda Unitaria y los Verdes rechazan su nombramiento.
La Eurocámara votará este martes su dictamen sobre Guindos y todo apunta a que finalmente será positivo. Un giro que se explica fundamentalmente por el cambio de posición del PSOE, que ha pasado del no a la "abstención crítica". El ministro de Economía contará previsiblemente con los votos a favor del PP europeo, los liberales y el grupo de los euroescépticos británicos. La opinión del Parlamento Europeo no es vinculante, de hecho los jefes de Estado y de Gobierno, a quienes corresponde la decisión final, ya la han ignorado en el pasado. Pero supone un aval político importante para el candidato.
Por su parte, el propio BCE publicará su dictamen sobre la candidatura de Guindos el próximo 8 de marzo, según ha anunciado su presidente, Mario Draghi. También previsiblemente positivo. Draghi ha minimizado el riesgo de politización del BCE por el nombramiento del ministro español como su número dos. "La independencia del BCE está consagrada en el Tratado y quedará protegida más allá del perfil de cualquier candidato", ha dicho a los eurodiputados el banquero italiano minutos antes de la comparecencia de Guindos. En el equipo de Draghi explican que el nombramiento del español enriquece la variedad de perfiles profesionales representados en el directorio del BCE y que su falta de experiencia en política monetaria se compensa con sus conocimientos económicos.
"Yo espero que la evaluación del Parlamento acabe siendo positiva porque el Parlamento es especialmente relevante e importante", ha dicho Guindos a la prensa tras concluir el examen. ¿Le ha perjudicado venir aquí todavía como ministro? "Lo que es importante es que hay una fecha ya y que en los próximos días dejaré de ser ministro. Lo ha reconocido hoy el presidente del Gobierno y eso es lo fundamental. Esto es una cuestión de los próximos días. Voy a dejar de ser ministro inmediatamente", ha subrayado.
Durante su comparecencia de una hora y media ante la Eurocámara, Guindos se ha esforzado en resaltar -en castellano, inglés y francés- que en su nueva función de vicepresidente defenderá la independencia del BCE frente a las presiones políticas. "Trabajaré con lealtad e independencia para el beneficio y el bienestar de todos los ciudadanos europeos", ha proclamado. Y ha esgrimido su experiencia con el rescate bancario y la recuperación de la economía española como principales argumentos para apuntalar su nombramiento en el BCE.
Conflictos de interés
Pero lo cierto es que, pese a las reservas sobre su candidatura y las protestas por la ausencia de mujeres entre los aspirantes, a la hora de la verdad los eurodiputados apenas han apretado a Guindos: más bien le han tratado con guante de seda. El representante del PSOE, Jonás Fernández, se ha quejado de que "se ha perdido una oportunidad para haber hecho esta candidatura de país algo mejor", pero a continuación se ha limitado a formularle a Guindos varias preguntas técnicas.
La portavoz de los socialistas europeos, la francesa Pervenche Berès, le ha interrogado sobre su pertenencia a un partido que ha tenido asuntos con "sobres", en referencia a la corrupción que acecha al PP. "No he sido miembro de ninguna lista electoral y me enorgullece haber trabajado en el Gobierno de Mariano Rajoy", ha respondido Guindos. Y Berès no ha insistido sobre el tema. También ha sido muy suave el eurodiputado del PDeCAT, Ramon Tremosa, adscrito al grupo liberal, que se ha limitado a preguntarle si el retraso en su recambio "daña la apariencia de independencia del BCE".
Las únicas enmiendas a la totalidad que ha tenido que escuchar Guindos han venido de los representantes de Izquierda Unida, Paloma López, y de Iniciativa per Catalunya-Verds, Ernest Urtasun. López ha anunciado que su grupo votará contra Guindos por el "regalo a la banca" que a su juicio supuso el rescate de 60.000 millones de euros, por su "servilismo a los intereses de la derecha del norte de Europa" y por sus políticas de "devaluación salarial y precariedad laboral".
Por su parte, Urtasun considera un "precedente muy peligroso" para la independencia del BCE que un ministro en activo salte directamente a Fráncfort. También ha censurado los "posibles conflictos de intereses de su actividad privada" por haber participado en el diseño de las cuotas participativas de la CAM cuando dirigía la filial española de Lehman Brothers, por haber estado en el consejo del Banco Mare Nostrum y por haber intentado un rescate privado de Bankia. Guindos ha defendido su gestión y ha dicho que el principal activo que puede aportar al BCE es tener una "visión de conjunto" sobre la economía española.
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