Berlín

Una tienda de ropa deportiva normal en un barrio residencial. Ese es el aspecto de Tønsberg, la tienda de la marca Thor Steinar en la barriada de Weißensee, al noreste de Berlín. Aquí se venden camisetas con mensajes como “Democracia basura, no gracias” o escritos con las runas – letras de los alfabetos de las antiguas lenguas germánicas – que en su día fascinaran e inspiraran a los nazis. El símbolo de las temibles SS del III Reich eran dos runas sig.

En existencias, Thor Steinar tiene una camiseta en la que se lee “Rendimiento Nórdico”. En ella puede verse también un símbolo de gran parecido con el Wolfsangel. Este símbolo heráldico germánico también fue utilizado en su día por el III Reich. Más recientemente, desde que estallara hace unos años el conflicto del este ucraniano, utiliza esa simbología el Batallón Azov, un grupo militar donde han luchado neo-nazis de toda Europa contra las tropas independentistas pro-rusas.

Thor Steinar, la marca estrella en Tønsberg, no es un ejemplo aislado del éxito que experimentan desde hace ya años empresas de ropa que se mueven en los límites de lo que permite en Alemania la ley en materia de difusión de propaganda de organizaciones anticonstitucionales. El artículo 86 del Código Penal alemán recoge como delito la difusión de propaganda nazi. Portar insignias del III Reich o hacer apología del mismo se llega a castigar en Alemania con tres años cárcel.

Sin embargo, eso no ha impedido prosperar a marcas como Thor Steinar. Los mensajes de sus camisetas y sudaderas se dejan ver a menudo en las manifestaciones de organizaciones de extrema derecha en las que se vocifera, por ejemplo: “Merkel muss weg!” o “¡Merkel debe irse!”. Ese grito ha ganado eco desde que Europa comenzara a enfrentarse a la crisis de los refugiados, especialmente en manifestaciones como las de Pegida en Dresde. También ha estado en boca de militantes o figuras del partido de la ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), el principal partido de la oposición en el Bundestag.

Según explica a EL ESPAÑOL la socióloga Cynthia Miller-Idriss, marcas como Thor Steinar “llevan mensajes radicales y extremistas a la sociedad”. Lo hacen con mayor éxito que cuando esos mensajes aparecían en camisetas de cabezas rapadas porque, en el caso de Thor Steinar, esa ropa “parece más normal”, señala Miller-Idriss, profesora en la estadounidense American University de Washington. Esta neoyorquina es autora del libro The Extreme Gone Mainstream (Ed. Princeton, 2017), traducible como “El extremismo se hace normal”. El volumen estudia el impacto de marcas como Thor Steinar en los jóvenes alemanes y en qué medida pueden ser un factor de radicalización.

“En el norte de Europa, desde los años 80, existía un estilo muy identificable de lo que era ser de extrema derecha. Era fácil identificar a un cabeza rapada, pero lo que vemos ahora es una gran fragmentación en estilos distintos”, dice Miller-Idriss. En Alemania, la aparición de los Nacionalistas Autónomos, que copian la estética anarquista – vestimenta negra – “abrió la puerta a decir eso de que: 'no necesitamos llevar la cabeza rapada, una chaqueta bomber y botas militares'”, sostiene Miller-Idriss. “Por eso empezaron hacerse este tipo de productos”, abunda, aludiendo a los productos de Thor Steinar.

También produce este tipo de ropa más convencional la marca Ansgar Aryan. Por si la referencias a lo nórdico y a lo ario fueran poco indicador de a qué tipo de publico se dirigen los productos de esta otra empresa de ropa, basta con mirar esa camiseta de tirantes que ofrece esta firma en la que se lee “Svastika”. En alemán, el término para cruz gamada se escribe normalmente con “w”, no “v”.

En ese matiz seguramente esté la clave que permite a dicha camiseta estar a la venta, ahora en rebajas (19,99 euros). Uno de los modelos más populares de Ansgar Aryan es uno que utiliza la historia de España. En concreto, el capítulo de la Reconquista, proceso histórico de casi ocho siglos terminado en 1492 por el que los reinos cristianos acabaron con el dominio musulmán en la Península Ibérica.



Camisetas para reconquistar la Península Ibérica



“Tenemos una camiseta y una chaqueta con la palabra 'Reconquista'. Es una referencia a los hechos históricos de España contra los moros. No es cuestión de que volvamos a reproducir ahora punto por punto la Reconquista, pero hay una referencia a una mayor o menor sumisión al poder del Islam”, dice a EL ESPAÑOL un responsable de Ansgar Aryan. “Reconquista, European Resistance” o “Reconquista, resistencia europea”, se lee en la espalda de esta chaqueta que en la marca definen como una “chaqueta de combate”.



“La Reconquista es un símbolo que muestra que no queremos una sumisión al poder del Islam se reproduzca en Europa, queremos que Europa siga siendo Europa”, aseguran desde Ansgar Aryan. “La Reconquista no es un concepto que sólo utilicemos nosotros. A él se recurre bastante, especialmente a través del Movimiento Identitario”, abundan en esta empresa cuyos productos salen Oberhof, una pequeña población de Turingia, en el este germano.



En lo que otrora fue la comunista República Democrática de Alemania (RDA) también tiene su sede Thor Steinar. Concretamente en la pequeña ciudad de Königs Wusterhausen, situada muy cerca de Berlín, al sureste de la capital germana. Allí responden con un seco “sin comentarios” a las preguntas de este diario. Precisamente en el este alemán recibió AfD un masivo apoyo en las últimas elecciones generales. En lo que otrora fue la RDA, AfD fue el segundo partido más votado, sumando un 21,9% de los votos, sólo por detrás de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel (27,6%).

Interior de una de las tiendas alemanas que frecuentan los neonazis



Ropa para “activistas” de extrema derecha



Thor Steinar o Ansgar Aryan no son fenómenos exclusivos del este alemán. Tienen una vocación internacional. De ahí que en Phalanx Europa, otra marca de camisetas asociada al Movimiento Identitario, se presente como “una marca de ropa para los patriotas de Europa”. El Movimiento Identitario germano (IB, por sus siglas alemanas) forma parte del movimiento de jóvenes militantes de extrema derecha “Generación Identitaria”, surgido en Francia en 2012. Lo define, entre otras cosas, la puesta en escena de su ideología nacionalista y xenófoba al más puro estilo del activismo propio de organizaciones como Greenpeace.



El pasado verano, los “identitarios” llegaron a poner a “patrullar” a un barco en el Mediterráneo para impedir la llegada de inmigrantes ilegales. Phalanx Europa fabrica ropa para estos “activistas” de extrema derecha. Hay camisetas que llevan el nombre de aquel proyecto xenófobo del Mediterráneo, “Defend Europe”, o que celebran la Reconquista de la Península Ibérica.



Dando cuenta de las filias de esta marca y sus consumidores con AfD, destaca entre las existencias de Phalanx Europa una camiseta con la cara de Alexander Gauland. Él es uno de los líderes de AfD en el Parlamento. Gauland habló de ir “a la caza” de Merkel en la presente legislatura. En la camiseta de Phalanx Europa se lee: “Ésta es la salvaje y audaz caza de Gauland”.



La presencia de dos perros salchicha junto a un par de patos y escopetas podría servir para leer ese mensaje con ironía. Pero no. La presentación que se ofrece en la tienda online de esta camiseta no juega con recursos literarios. “Una nueva fuerza en la calle. Una nueva fuerza patriótica en el Parlamento. Juntos vamos de caza. Delante de nosotros jadean las élites establecidas, mientras nosotros pasamos por encima de los tabúes y los límites de la corrección política. Esta es la salvaje y audaz cada de Gauland”, se lee en la descripción del producto.



Por inofensivas que parezcan camisetas como esa, para Miller-Idriss, la socióloga estadounidense que ha estudiado en profundidad el fenómeno de la ropa neonazi ésta “puede ser un punto de entrada a la escena de extrema derecha”. “Aunque para muchos consumidores sólo sea algo contra-cultural, para otros puede ser un punto de entrada para acabar en acciones violentas”, apunta la autora de The Extreme Gone Mainstream.



Éxito comercial



Según datos recientes del Gobierno alemán, en 2017 se produjeron en Alemania cuatro ataques antisemitas al día. Los ataques xenófobos contra demandantes de asilo también han alcanzado preocupantes niveles. También se estima que el año pasado hubo en Alemania cuatro agresiones contra refugiados al día

Alimenten o no la violencia o la radicalización de sus consumidores, Thor Steinar, Ansgar Aryan o Phalanx Europa son empresas de éxito. Así lo cree al menos Miller-Idriss. Ninguna de estas empresas facilita datos de su negocio. “Estas empresas tienen una política muy marcada, consistente en no hablar públicamente de cómo producen su ropa o qué tipo de ropa es”, recuerda Miller-Idriss. Pero “todo indica que estas marcas están teniendo un éxito tremendo”, sostiene la socióloga.

En Ansgar Aryan confirman esa observación. Allí indican con aire optimista que las ventas van bien. “No nos podemos quejar”, dicen. “Debido a las preocupaciones existentes en Europa, especialmente en Alemania, recibimos viento a favor, por eso los números van creciendo”, añaden en Ansgar Aryan.

Con todo, Thor Steinar es el mejor ejemplo de este éxito. Fue fundada en 2002. Ahora cuenta con una decena de tiendas abiertas en Alemania. En Rusia tiene una veintena de establecimientos de venta al público. También está presenten con tres tiendas en países como la República Checa o Eslovaquia. Cuenta con dos locales en Croacia, Finlandia y Ucrania y tiene una tienda en Italia y otra en el Reino Unido. “Si el crecimiento en la visibilidad de estas marcas es un indicador de que económicamente están teniendo éxito, entonces, ese éxito existe”, concluye Miller-Idriss.