Bruselas

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha viajado a Sofía este martes -24 horas antes de que empiecen las reuniones de la Unión Europea- para mantener un encuentro bilateral con el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov. Este miércoles participa en la cena informal de jefes de Estado y de Gobierno de los 28. Pero justo cuando se celebra el evento más importante, una cumbre entre la Unión y los países de los Balcanes, la primera en 15 años, se vuelve a Madrid. Es el único líder europeo que no asistirá. El Gobierno justifica esta ausencia por la participación de Kosovo, cuya independencia unilateral de Serbia España no reconoce. En Bruselas se atribuye el boicot español a problemas de política interna: Rajoy quiere evitar a toda costa dar munición a los secesionistas catalanes, que han esgrimido el caso de Kosovo como precedente.

Rajoy boicotea en solitario la cumbre entre la UE y los Balcanes por Cataluña

"No quisiera establecer ninguna equivalencia entre Kosovo y Cataluña, pero esto es una decisión del Gobierno español y de su presidente", ha dicho Borisov durante su rueda de prensa conjunta con Rajoy. El primer ministro búlgaro ha destacado en todo caso que España apoya las conclusiones de la cumbre con los Balcanes y que Rajoy ha compensado su ausencia -que a su juicio no es ningún boicot- con esta visita de dos días a Bulgaria. "El único propósito de la cumbre es la paz permanente y la mejora en las condiciones de vida de los Balcanes", ha resaltado.

El presidente del Gobierno ha sido especialmente lacónico a la hora de justificar su posición. "La decisión que ha adoptado nuestro país de no asistir a nivel de presidente del Gobierno es la más coherente con la posición que todo el mundo conoce que hemos mantenido ya desde hace algunos años", se ha limitado a señalar. España estará representada en la primera parte del encuentro el jueves por la mañana por el embajador ante la UE, Pablo García-Berdoy, pero no tendrá ninguna presencia en el almuerzo informal de líderes de la UE y los Balcanes. "España siempre ha mantenido una posición constructiva en relación con los Balcanes Occidentales y apoya todas las medidas que contribuyan al desarrollo y la estabilidad de la región", asegura Rajoy.

Desde el Gobierno niegan que el agravamiento del desafío secesionista en Cataluña haya sido el factor determinante para boicotear la cumbre con los Balcanes. "Cataluña no ha tenido ningún papel. De lo que se trata es de mantener la coherencia de nuestra posición. Se trata de evitar cualquier acto que signifique un reconocimiento implícito de Kosovo por parte de España. Esto no depende de la crisis política en Cataluña. Si hubiera ocurrido hace cuatro años hubiera sido lo mismo y cuando se resuelva la crisis política catalana seguirá siendo igual", explican fuentes españolas.

Rajoy se queda aislado en la UE

Pero lo cierto es que los otros cuatro países de la UE que no reconocen a Kosovo (Grecia, Eslovaquia, Rumanía y Chipre) sí participarán al máximo nivel en la cumbre de los Balcanes. Rajoy se ha quedado aislado en su boicot. En Sofía estará incluso el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, el más afectado por la independencia unilateral, resaltan en Bruselas. "El Gobierno español fue claro desde el principio y nos dijo que debido a la posición de España sobre el estatus de Kosovo, el presidente Rajoy no estaba dispuesto a participar en la cumbre", explican fuentes europeas.

A los kosovares el veto de España les parece "desafortunado" y rechazan también los paralelismos entre su caso y el de Cataluña. "Nunca reconoceríamos la independencia de Cataluña. Kosovo y Cataluña no tienen nada en común, y establecer cualquier analogía es un sinsentido. Kosovo nació de la desintegración de la Federación Yugoslava, en un proceso sangriento de todos contra todos. No es el caso de España, donde se respetan los derechos civiles y políticos", ha dicho en una entrevista a El País el primer ministro de Kosovo, Ramush Haradinaj.

En realidad, Rajoy se limita a seguir la posición que fijó su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Kosovo declaró su independencia en febrero de 2008. Ya entonces se justificó la negativa de España a reconocerla por el hecho de que se hubiera llevado a cabo de forma unilateral, sin acuerdo con Serbia, lo que podría sentar un peligroso precedente para casos como el de Cataluña o el País Vasco. El Gobierno sólo se replanteará cambiar de postura si Pristina y Belgrado llegan a un acuerdo jurídicamente vinculante para normalizar sus relaciones. Y aun así le preocupan los problemas que podrían tener con la justicia los líderes kosovares si se confirman las sospechas de los tribunales internacionales sobre su participación en la guerra. 

Las instituciones de la UE tratan de quitar hierro al boicot de Rajoy. El portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, ni siquiera ha querido contestar cuando le ha preguntado un periodista italiano. "Lo importante es que hay una declaración sobre los Balcanes firmada por los 28, también por España y los demás países no reconocedores", resaltan fuentes comunitarias. Sin embargo, España vetó que el texto fuera firmado también por los líderes de los Balcanes, que también lo apoyan, porque se oponía a que figurara una rúbrica de Kosovo.

La declaración que saldrá de Sofía confirma el apoyo inequívoco de los líderes europeos a una perspectiva europea para los Balcanes. Pero no habla en ningún momento del calendario de entrada de estos países a la UE, como pretendía la Comisión. Ni tampoco se pronuncia sobre el estatus de Kosovo, como exigía España. En su lugar, los jefes de Estado y de Gobierno se comprometen a mejorar la conectividad en materia de transporte y energía. "Se dan situaciones en el que el viaje de una capital a otra de la región cuesta más que ir a Pekín o a Tokio", señalan las fuentes consultadas. Asimismo, la UE presionará a los dirigentes balcánicos para que aceleren las reformas con el fin de combatir la corrupción y el crimen organizado.

Las decisiones sobre la ampliación llegarán en el Consejo Europeo de junio. Bruselas ha propuesto iniciar las negociaciones de adhesión con Albania y Macedonia. Se sumarían así a Serbia y Montenegro, para los que el Ejecutivo comunitario ha fijado 2025 como fecha de entrada. Bosnia Herzegovina y Kosovo se quedan como los dos más rezagados. Pero muchos Estados miembros son escépticos. En el caso de Macedonia, le exigen que llegue a un acuerdo con Grecia en la disputa sobre el nombre en las próximas semanas. Por lo que se refiere a Albania, Francia, Bélgica y Holanda exigen más medidas para luchar contra el crimen organizado.

España todavía no ha fijado su posición sobre estos dos países. Pero avisa de que la ampliación de la UE no puede utilizarse como arma geoestratégica, sino que debe basarse en el cumplimiento estricto de los criterios exigidos por parte de los países candidatos. Y para el Gobierno de Rajoy está muy claro que Kosovo "no reúne los requisitos mínimos ni siquiera para ser candidato".