Ni un paso atrás. Recién llegado al Gobierno, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se ha lanzado a una carrera de fondo en un sprint continuo. El último acelerón es la propuesta para censar a los gitanos residentes en el país. “¡Yo no cedo y voy siempre de frente! Primero los italianos y su seguridad”, dijo este martes en Twitter, ante el aluvión de críticas recibidas. Entre los más escépticos están sus propios compañeros de Ejecutivo, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), que ven cómo Salvini se ha apoderado completamente de los resortes del poder.
La iniciativa para desmantelar los campamentos de gitanos es una de las propuestas históricas de la Liga, que consiguió incluir en el programa de Gobierno firmado junto al M5E. Sin embargo, el hecho de realizar un censo simplemente por el hecho de ser romaníes está fuera de todo ordenamiento jurídico. Salvini planteó expulsar a los irregulares, mientras “a los italianos, por desgracia, hay que quedárselos”, dijo. “La regla general es que no es legal expulsar a un ciudadano europeo sobre una base étnica”, le advirtió el portavoz de la Comisión Europea, Alexander Winterstein.
Medida electoralista
Las asociaciones de gitanos denuncian además que sería inútil tratar de expulsar a los gitanos, ya que el 43% son italianos, mientras que entre el resto hay mayoría de rumanos, es decir, ciudadanos comunitarios que pueden permanecer libremente en Italia. Por tanto, la medida parece tener fines únicamente electoralistas. Según la prensa italiana, el primer ministro, Giuseppe Conte, aseguró al conocer la noticia: “Esto es verdaderamente demasiado, supera todos los límites, así no vamos a ninguna parte”.
Conte, que ya tiene un poder limitado bajo la doble vicepresidencia de Luigi Di Maio y Matteo Salvini, fue elegido por el M5E. Pero ni él ni Di Maio, líder de los grillini, cuentan demasiado en la comunicación del Ejecutivo. En los últimos días, el capo del M5E y ministro de Trabajo ha centrado su discurso en la política laboral, pero el debate migratorio y las salidas de tono de Salvini han convertido a éste en la verdadera estrella de la política italiana.
Apenas unas horas después de jurar el cargo, el líder ultraderechista ya estaba en Sicilia asegurando que se le había “acabado la buena vida a los clandestinos” y llamando “vicetraficantes” a las ONG que salvan vidas en el mar. Ese mismo día anunció que su país se opondría a la última propuesta de reforma migratoria planteada en los despachos europeos y señaló al primer ministro húngaro, Victor Orbán, como el hombre con el que reformar la UE.
Pero su momento le llegó cuando el barco Aquarius de la ONG francesa SOS Méditerranée se disponía a llevar a un puerto italiano a 629 personas rescatadas en el mar. “Cerramos los puertos”, sentenció en Twitter el ministro del Interior, acompañando el mensaje con una foto con cara de pocos amigos. El responsable último de la gestión portuaria es el titular de Infraestructuras, Danilo Toninelli, del M5E. Si bien, éste se limitó a seguir la estrategia diseñada por Salvini y a responder ante la prensa que no había fisuras en el Ejecutivo. La línea marcada por el líder de la Liga, que establece que las ONG no pueden atracar en Italia mientras que los barcos del Estado italiano sí cuentan con permiso, no ha sido aprobada por ningún proyecto de ley. Simplemente ha sido refrendada por Salvini en las redes sociales.
El M5E ya compartía este discurso de “frenar la inmigración ilegal” durante la campaña, aunque fue la Liga la que hizo bandera de este asunto. Por tanto, con la llegada del verano y el consecuente incremento de las llegadas por mar de migrantes, el partido ultraderechista se ha puesto al frente de un Gobierno bicéfalo a base de declaraciones a cuál más polémica.
Respaldo en las encuestas
Según las encuestas publicadas estos días por la prensa italiana, cerca del 60% de los italianos respaldan la gestión de la política migratoria que está realizando el nuevo Gobierno. La Liga avanza gracias al desencanto provocado tras años de percepción de que Europa les había abandonado y gracias a la luna de miel en la que vive todavía el Ejecutivo de nuevo cuño.
El manual de todo gobernante establece que primero se toman las medidas impopulares y más adelante habrá tiempo para congraciarse con el público. Por tanto, algunos analistas señalan que en los próximos meses le tocará el turno al M5E, que ha centrado más el tiro en las políticas de garantía social. Sin embargo, no es ésta una ecuación sencilla, ya que en el Palacio Chigi deben convivir dos fuerzas que amenazan con devorar a su contrario.
Salvini comenzó ganando. La formación del Ejecutivo se negoció casi entre iguales, pese a que el M5E obtuvo el 33% de los votos y la Liga el 17%. Fue el precio que tuvo que pagar Di Maio ante la imposibilidad de encontrar otros socios. De forma que ahora ve cómo su aliado se dispara en las encuestas, mientras él sigue desparecido en combate. Según el último sondeo publicado por la agencia SWG, de celebrarse ahora elecciones la Liga y el M5E obtendrían idéntico resultado, con un 29% de los sufragios.
Con la reforma migratoria entre los puntos centrales del próximo Consejo Europeo de finales de mes, todo parece girar alrededor de este tema. Pero en estas dos semanas que llevan en el Gobierno italiano estos dos partidos ha habido tiempo para sembrar incertidumbre con otros temas, como el debate sobre el euro y la retirada de las sanciones a Rusia.
Tregua con el euro
En cuanto al euro, Italia parece haber ofrecido una tregua. Nada más asumir el cargo, el ministro de Economía, Giovanni Tria, concedió una entrevista a Corriere della Sera en la que juró lealtad a la moneda única. Las bolsas y la prima de riesgo lo celebraron y desde entonces tampoco ha habido que lamentar más daños en forma de ataques especulativos.
También fue significativo que el anterior candidato a ocupar la cartera de Finanzas, el considerado euroescéptico Paolo Savona, eligiera la asociación de la prensa extranjera en Roma como lugar para presentar su último y polémico libro sobre el proyecto europeo. Como ya habían hecho el resto de miembros del Gobierno, Savona conjuró todo temor al insistir en que “nunca se ha planteado la salida del euro”.
Mientras, la UE aprobó este lunes prorrogar un año más las sanciones a Rusia tras su “anexión ilegal” de Crimea y Sebastopol. La medida expiraba en los próximos días y pese a que Italia se había manifestado en contra, el voto del Consejo fue unánime. También la OTAN le había advertido a Roma de que la política de la Alianza Atlántica debía ser común. En este caso, Conte fue obediente y no quiso abrir una nueva grieta.
La duda, por tanto, es si la estrategia de Salvini de ocupar el primer plano es calculada por el Gobierno para ejercer más presión en la UE en el debate de la política migratoria o se trata de una decisión unilateral. El resultado, en cualquier caso, es el ascenso de un vicepresidente que ejerce virtualmente como primer ministro. Entre las filas del M5E, sobre todo entre quienes representan la tendencia más progresista, es que Salvini está utilizando a su socio, para devorarlo y desprenderse de él en cuanto pueda.