Un informe de Transparencia Internacional revela que el 31% de los 751 diputados del Parlamento Europeo tiene ingresos paralelos a los de su cargo, una práctica que puede crear en ocasiones conflictos de interés. De hecho, hasta 24 parlamentarios han sido denunciados por incompatibilidades en los últimos cinco años, si bien no han sido sancionados.
El socialdemócrata italiano Renato Sotu encabeza esta lista de diputados que más se han beneficiado del pluriempleo en el hemiciclo europeo, con ganancias de casi 1.565 millones euros, desde que se inició la legislatura en 2014, gracias a sus actividades como director de la empresa de Internet Tiscali.
Las victorias en partidos de póker y proyectos de emprendimiento del conservador italiano Antanas Guiga le han aportado 1,34 millones de euros a sus cuentas personales, y lo han posicionado en el segundo lugar de esta lista.
El tercer lugar lo tiene el eurodiputado belga Guy Verhofstadt por los casi 100.000 euros que ha recibido por su rol como administrador de la sociedad de gestión Sofina. El siguiente diputado en la lista es la republicana Rachida Dati, con 768.000 euros acumulados en actividades fuera de la cámara comunitaria. Y en quinto lugar se sitúa el eurófobo Nigel Farage, que ha aprovechado la exposición pública de su cargo para cobrar cerca de 600.000 euros por sus apariciones en televisión.
El estudio, publicado este martes por Transparencia Internacional, revela que el 31% de los diputados del Parlamento Europeo tiene ingresos paralelos a los de su cargo, un práctica que puede crear conflictos de intereses. El texto, que analiza 2.000 declaraciones financieras de diputados, pone en riesgo su imagen, ya que puede ir contra el Código de Conducta del hemiciclo.
Los cálculos muestran que desde julio 2014 los europarlamentarios han ganado entre 18 y 41 millones de euros en sus otros empleos, y que entre 9 y 30 diputados han obtenido más ingresos de segundos trabajos que de sus compensaciones como legisladores.
Los euroescépticos, los que más dinero ganan fuera del Parlamento
Todos los grupos políticos están manchados por este fenómeno, pero los euroescépticos Europa de la Libertad y la Democracia Directa (EFDD), impulsados por Marine Le Pen y Matteo Salvini (Liga Norte), son los que más se han visto involucrados en la polémica, porque el 54% de sus miembros ha declarado tener actividades remuneradas fuera de la política. En cuanto a las nacionalidades, el país cuyos diputados más incurren en esta práctica es Francia, cuyos parlamentarios han ganado más del doble que el resto de sus compañeros (4,8 millones) desde el 2014.
El salario base de un miembro del Parlamento es de 8.484 euros, y si se suman las posibles indemnizaciones puede ascender a 12.000, según Daniel Freund, el autor del estudio. Para algunos, esto no parece ser suficiente, como Nigel Farage, miembro del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) o Jean-Luc Schaffhauser, del Frente Nacional, que registraron un aumento de 200.000 euros al año desde el inicio de su mandato, producto de actividades no parlamentarias. Los ingresos de Schauffhauser vienen de una consultora llamada "MWD Dubai" de la que no hay información, clientes, o campo de actividad en Internet.
Puede que algunos de los trabajos de los diputados no tengan una influencia negativa en la independencia de la cámara, pero Transparencia Internacional expone en su estudio el caso de tres diputados que reciben compensaciones de organizaciones que figuran en el registro europeo de lobby, como Viviane Reding, que es miembro del consejo de administración de la Fundación Bertelsmann, Agnes Jongerius, que está en el comité supervisor de PostNL, y Paul Rubig que tiene responsabilidades en la cámara de comercio austriaca.
Estos altos salarios preocupan más cuando la descripción de las actividades en la declaración de intereses se limitan a "consultor", "abogado" o "freelancer", porque la falta de detalle y la impresión hace imposible para los ciudadanos y periodistas darle seguimiento a las actividades de los políticos.
Las justificaciones más utilizadas por los eurodiputados para respaldar el pluriempleo es que este les permite tener un mayor vínculo con la realidad de los ciudadanos, les permite mantenerse conectados con sus carreras iniciales, y les da la oportunidad de encontrar trabajo con mayor facilidad una terminada la legislatura.
La historia se repite
En 2011 tres miembros del Parlamento fueron atrapados por periodistas encubiertos aceptando pagos a cambio de la introducción de enmiendas. La organización asegura que de estos ingresos han podido servirse personas interesadas en obtener información interna, influir en la agenda legislativa o disfrazar donaciones ilícitas a campañas electorales. Para prevenir estos escándalos en el futuro, la cámara creó un Código de Conducta, pero hasta el día de hoy ningún miembro que haya sido sancionado por esta práctica.
Pero no todo es negativo. La legislatura actual (2014-2019) es la primera en la que los miembros del Parlamento Europea han tenido que entregar declaraciones financieras desde el inicio, pero todavía no es requisito que sean publicadas en la web.
Un sistema de vigilancia débil
El informa señala que este sistema no es independiente, porque el presidente del Parlamento es el único responsable de ejecutar el código, y en estos últimos cinco años se han identificado 24 violaciones de las reglas éticas internas.
Estas violaciones incluyen el caso de seis políticos de Estrasburgo que omitieron en sus declaraciones un viaje de lujo a Azerbaiyán pagado por la familia del mandatario en el poder durante las elecciones del país. A estos políticos los bautizaron como 'los diplomáticos del caviar' en referencia a la propensión del régimen azerbaiyano a cuidar, mediante entregas de este lujoso plato, la benevolencia de los funcionarios occidentales. También, en 2013, el diputado belga Louis Michel propuso más de 200 enmiendas en el caso de la regulación de la protección de datos en Internet, provenientes directamente de grupos de interés.
Los dos presidentes del Paramento durante este periodo: Martin Schulz (2014-2017), y Antonio Tajani han rechazado las sanciones en reiteradas ocasiones, según Transparencia Internacional, y cuando las faltas se hicieron públicas, simplemente invitaron a los diputados a actualizar sus declaraciones financieras.
Para señalar la gravedad del fenómeno, la ONG compara las prácticas de los eurodiputados con los parlamentarios de Canadá, Estados Unidos y Francia. Los miembros del consejo estadounidense no pueden aceptar trabajos remunerados en ámbitos que presenten riesgos de que se produzcan conflictos de intereses como la abogacía y el sector financiero. Además, si la ganancia de cualquier actividad que no entra dentro de sus labores para los ciudadanos supera el 15% de su salario, esta es enviada al presupuesto federal de Estados Unidos.
El reporte de Transparencia Internacional concluye recomendando prohibir a los eurodiputados actividades de lobby, ajustar la cantidad de información requerida en la declaración de intereses, y establecer un órgano de vigilancia totalmente independiente de los diputados. Para la ONG es importante que la institución tome en cuenta las recomendaciones porque faltan solo diez meses para las elecciones europeas, en las que muchos temen una victoria de los populistas y eurófobos.