Benalla lamenta su actuación, pero no considera haber traicionado a Macron
- Fue imputado el pasado domingo por violencia en reunión, entre otros cargos, y se encuentra en libertad bajo control judicial.
- Macron asegura ser el "único responsable" de la gestión del 'caso Benalla'
Alexandre Benalla, antiguo jefe de seguridad de Emmanuel Macron, "lamenta" su polémica actuación violenta contra unos manifestantes por las crisis política que le ha generado al presidente francés, pero no cree que le haya traicionado.
Laurent-Franck Liénard, abogado de Benalla, dijo este miércoles en una entrevista a la emisora France Info que le parece "duro" que Macron hablara ayer de "traición" para calificar la intervención de su antiguo empleado contra unos manifestantes el 1 de mayo mientras estaba como simple observador de la policía.
El letrado reconoció que Benalla "lamenta haber actuado" así teniendo en cuenta las consecuencias que han venido después: "es un tsunami político y mediático que no tiene nada que ver con la realidad de los hechos", en primer lugar porque ninguno de los dos miembros de la pareja a los que agredió resultaron heridos.
Pero sobre todo, Liénard contó que si su cliente ese día "salió de su papel teórico de observador", eso tiene que ver con que es "un hombre de acción" y decidió actuar porque la escena de unos manifestantes que atacaban a los antidisturbios "superó lo admisible".
Por eso, afirmó que considera "legítima" esa intervención ya que "todo ciudadano tiene derecho a actuar ante un delito flagrante".
Benalla hablará públicamente en los próximos días, anticipó su abogado. Fue imputado el pasado domingo por violencia en reunión, entre otros cargos, y se encuentra en libertad bajo control judicial.
Los hechos del 1 de mayo de los que fue protagonista, que han desencadenado la mayor crisis política de los 14 meses del mandato de Macron, no se hicieron públicos hasta que Le Monde reveló en un vídeo que el autor de la agresión era un jefe de seguridad del jefe del Estado, el pasado día 18.
El Elíseo, que inicialmente sólo lo había suspendido durante quince días y lo había relegado a misiones administrativas, acabó despidiéndole el viernes pasado, una vez que había saltado el escándalo.