Después de ocho años de rescate financiero, Grecia ha abandonado definitivamente el plan de ajuste económico de la Unión Europea, un éxito para el país pero que está lejos de alejar a la austeridad de su día a día.
La oficina del primer ministro, Alexis Tsipras, describió la semana pasada la última parte del préstamo como “el último acto de un drama”. “Ahora podemos pasar página hacia el progreso, la justicia y el crecimiento. Grecia ha conseguido levantarse otra vez”, ha dicho su gabinete.
"Hay que aprovechar esta oportunidad para curar las heridas de la crisis y el trauma de la larga austeridad, para terminar con los males del pasado y poner en marcha una transformación que proteja a la sociedad de futuras crisis", dijo este lunes el viceprimer ministro griego, Yannis Dragasakis.
Pero dejar el fantasma de la austeridad atrás no se adivina una tarea fácil para un país que tiene que hacer frente a cifras tan difíciles como los casi 20% de paro.
"Gané mucho más dinero en mis treintas que ahora", afirmó a la agencia Reuters el camarero Costas Papaconstantinou, de 54 años, en un café en el centro de la ciudad. "Si no fuera por el turismo, estaríamos acabados".
La opinión dominante es que la salida del rescate es tan sólo una formalidad que no va a tener efectos prácticos en el día a día. "No hay salida de rescate, vamos a estar bajo un plan de rescate hasta el 2060, hasta que paguemos los préstamos", sentenció Papaconstantinou.
Crecimiento económico
Poco a poco el crecimiento económico está volviendo a Grecia. El turismo ha subido casi un 17% en Atenas este año pero el país sigue acumulando desafíos, incluyendo la debilidad de sus bancos, la carga de deuda más alta en la Unión Europea, en 180% del PBI, y la huida de cerca de medio millón de jóvenes griegos a los vecinos más ricos de Europa.
Los sucesivos rescates y la degradación de las condiciones de vida de sus ciudadanos dieron lugar a manifestaciones regulares y a veces violentas en Atenas, para protestar por las medidas presupuestarias del gobierno requeridas para cumplir con las metas europeas.
Los economistas defienden que la mayor parte de las medidas de austeridad probablemente tendrán que permanecer por muchos años para que el país se haga cargo de su deuda.
Muchos especialistas pidieron que se cancelara parte de los préstamos de Grecia para que el país pudiera controlar sus abultados pagos. Sin embargo, cualquier tipo de condonación de la deuda no parece fácil de conseguir en la UE.
Las medidas de austeridad incluyeron alzas impositivas masivas de hasta el 70% de los ingresos ganados y recortes de pensiones que empujaron a casi la mitad de la población anciana de Grecia por debajo del umbral de la pobreza.
En declaraciones a Reuters, el pensionista Yorgos Vagelakos, de 81 años, dijo que hace cinco años iba a su mercado local con 20 euros en el bolsillo, mientras que hoy tiene solo 2 euros para gastar.
"A menudo, como hoy, lucho, porque veo todos los productos que se exhiben en el mercado y quiero comprar cosas, pero cuando no tengo ni un centavo en el bolsillo, me da mucha pena", afirmó Vagelakos.
Sociedad empobrecida
La crisis hizo mella en la sociedad griega: una cuarta parte de los niños viven en la pobreza y muchas familias viven dependientes de los abuelos. Vagelakos ya no puede mantener a las familias de sus dos hijos y apenas puede cubrir las necesidades de él y de su esposa.
"Me levanto todos los días en una pesadilla", dijo. "¿Cómo administraré mis finanzas y mis responsabilidades?".
Sentado en la mesa de la cocina de su modesto hogar, revisa un cuaderno enumerando las deudas con la farmacia y otros: "36.8 (euros), 47.5 más 13 ... Si sumamos a esto el resto de la deuda que tenemos que pagar , ¿qué nos queda para vivir?”.
Después del rescate financiero, el alivio de la deuda acordado con los socios de la zona euro de Grecia en junio, que extiende los vencimientos de algunos préstamos y suaviza la carga de la tasa de interés en otros, ayudará a amortiguar el retorno del país a los mercados.
Pero el FMI dice que la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo incierta y que se necesita un replanteamiento "realista" de los supuestos para los objetivos de equilibrio primario y el crecimiento económico.
"No veo una razón para el júbilo con respecto a nuestra salida del rescate", reconoció Thanos Veremis, profesor emérito de historia en la Universidad de Atenas, en declaraciones a Reuters. "La mayoría de las personas ha sido severamente penalizada por los impuestos, la gente está completamente inmersa en pagarlos y le queda poco dinero para invertir en su negocio y, por lo tanto, mejorar y crecer".