A los dirigentes de la UE no sólo les preocupa que las negociaciones del brexit se rompan sin acuerdo de divorcio, una posibilidad que ha ganado enteros desde que los 27 rechazaron los planes de la primera ministra británica, Theresa May, en la cumbre de Salzburgo el jueves pasado. También les quita el sueño que el Parlamento británico acabe tumbando en el último minuto cualquier pacto que se alcance entre Bruselas y Londres. Otro escenario que se ha hecho más probable tras la conferencia del Partido Laborista de esta semana, en la que su líder, Jeremy Corbyn, ha dejado claro que votará contra cualquier compromiso que siga las líneas defendidas por May.
Corbyn ha viajado este jueves a Bruselas para pedirle al negociador de la UE, Michel Barnier, que haga todo lo posible para evitar un brexit caótico sin acuerdo: sería una "catástrofe nacional". También le he presentado su plan alternativo para la salida de Reino Unido de la Unión. Un plan que pasa por garantizar los derechos de los europeos que viven en territorio británico, impedir una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte y evitar problemas para la industria manufacturera y las cadenas de producción en ambos lados del Canal, según ha dicho al término de la reunión. Eso sí, sin detalles de cómo lograrlo.
El líder de los laboristas ha participado en la inauguración de una plaza en Bruselas en honor de Jo Cox, la diputada asesinada durante la campaña del brexit por un terrorista de extrema derecha. Y se ha visto además con el secretario general del Ejecutivo comunitario, el polémico Martin Selmayr. "Obviamente, no estamos negociando. No estamos en el Gobierno, sino en la oposición", ha resaltado Corbyn. No obstante, no ha querido descartar un aplazamiento en la fecha del brexit, fijada para el 29 de marzo de 2019, si los laboristas llegan al Gobierno. "Dependerá de cuándo sean las elecciones", ha respondido.
Barnier ha sido muy escueto en su valoración del encuentro con Corbyn. "Continuamos escuchando todos los puntos de vista sobre el brexit y explicando las posiciones de la UE, cuyo objetivo es la retirada ordenada de Reino Unido y construir una asociación futura ambiciosa juntos", se ha limitado a escribir en su cuenta de Twitter.
División tanto en los tories como en los laboristas
Lo cierto es que este caos en la política británica ha hecho que la UE acelere esta semana los preparativos para el 'no acuerdo', para una salida desordenada de Reino Unido. May no tiene apoyos suficientes en su propio partido para que se apruebe su plan de Chequers, rechazado por los torys eurófobos como Boris Johnson o David Davis y también por la UE). Ni tampoco para sacar adelante un pacto de libre comercio con la UE según el modelo canadiense, que no gusta a los más europeístas y obligaría a un estatus especial para Irlanda del Norte cuestionado en Londres.
Pero los laboristas también están divididos, con una dirección euroescéptica que desconfía de Bruselas, encabezada por el propio Corbyn, y una base más europeísta que apoya incluso un segundo referéndum sobre el brexit. De la conferencia del partido celebrada esta semana apenas ha salido un acuerdo de mínimos. Si el Parlamento británico tumba el acuerdo de divorcio que alcance May o simplemente no hay pacto entre Bruselas y Londres, los laboristas pedirán elecciones anticipadas. Si no las consiguen, "todas las opciones están abiertas", es decir, un guiño a la segunda consulta.
Ante esta indefinición, cuando sólo quedan seis meses para que se materialice el brexit, los embajadores de los 27 celebraron el miércoles por la tarde una reunión consagrada exclusivamente a acelerar en toda la UE los preparativos en toda la UE para un posible escenario catastrófico. "Persiste la incertidumbre sobre el resultado de las negociaciones y sobre la ratificación de un posible acuerdo", señala el documento de trabajo preparado para ese encuentro.
Historias de horror
Durante el debate, el secretario general de la Comisión informó a los embajadores de que se está preparando un plan de contingencia para hacer frente a un brexit desordenado que podría activarse en un plazo récord de cinco días, según ha publicado el Financial Times. También se discutió si los 27 deben activar, y cuándo, medidas para paliar el impacto de un divorcio caótico en sectores como las aduanas, el transporte o los servicios financieros, pero no se fijó ningún calendario, según informan a EL ESPAÑOL fuentes diplomáticas. La "hora de la verdad" es la próxima cumbre del 17 y 18 de octubre.
El portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, no ha querido confirmar estas informaciones. "Nuestro compromiso es trabajar para lograr un acuerdo. Ese es nuestro plan A y a él dedicamos nuestros recursos, sin descuidar la obligación de prepararnos. Hay que tomar distancia respecto a las historias de horror que circulan. Necesitamos un poco de serenidad, calma, desdramatizar", ha pedido Schinas.
También se ha reunido con Barnier este jueves la ministra de Industria, Reyes Maroto, que se encontraba en Bruselas para participar en la reunión de ministros de Competitividad de los 28. Maroto le ha trasladado al negociador de la UE que para España es prioritario que haya un acuerdo sobre el brexit porque "nuestros intereses comerciales y también turísticos con Reino Unido son muy intensos".
Al mismo tiempo, Maroto ha explicado que el ministerio de Industria está ayudando a las empresas -especialmente a pymes y micropymes, que son las que van más atrasadas- a prepararse para la posibilidad de un brexit caótico. "Lo importante es concienciar a las empresas de que puede haber un escenario de ruptura y nuestro papel ahora es trabajar con ellas, ayudarles a hacer planes de contingencia y en eso estamos trabajando", ha dicho la ministra.