La todopoderosa comisaria de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager, que se ha hecho un nombre por su ofensiva implacable contra los gigantes tecnológicos de Estados Unidos, encabeza la carrera para suceder a Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión, mientras que las posibilidades del candidato de la canciller Angela Merkel, el alemán Manfred Weber, se desinflan pese a que el Partido Popular Europeo ganó las elecciones del 26-M. Así queda la fotografía de situación de las negociaciones para renovar la cúpula de la Unión Europea tras la cumbre extraordinaria celebrada este martes en Bruselas, en la que se ha lanzado el debate.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han encargado al presidente del Consejo Europeo, el conservador polaco Donald Tusk, que inicie una ronda de contactos con los líderes europeos y con la Eurocámara para elaborar una lista con los favoritos. El objetivo es cerrar un acuerdo en la próxima cumbre del 20 y el 21 de junio sobre un paquete global. Aparte del sucesor de Juncker, están en juego otros cuatro puestos: la presidencia del Consejo Europeo, la de la Eurocámara, la del Banco Central Europeo y la jefatura de la diplomacia comunitaria.
El nombre de Vestager es el que hasta ahora genera más consenso como presidenta de la Comisión. Le apoyan los jefes de Estado y de Gobierno liberales, pero tampoco disgusta a los socialistas, como ha admitido el primer ministro portugués, António Costa. Además, también está bien vista entre los principales grupos políticos de la Eurocámara, desde los populares hasta los verdes, que deben ratificar la elección. Tusk ha asegurado que una de sus prioridades en el reparto de cargos será el equilibrio de género, lo que significa que al menos dos puestos deben ir para mujeres.
¿Reúne Vestager los requisitos necesarios para presidir la Comisión?, le han preguntado al presidente francés, Emmanuel Macron. "Forma parte de las personas, como Michel Barnier o Frans Timmermans, que tiene las cualidades necesarias", ha respondido él, dejando a Weber fuera de la lista. ¿Es un impedimento para Vestager que su país esté fuera del euro? "La clave para mi es que la gente que esté en los puestos más sensibles comparta el proyecto y sea lo más carismática, inventiva y competente posible. No tengo otras condiciones", ha agregado.
Desde las elecciones del pasado domingo, Macron ha multiplicado los esfuerzos para bloquear la candidatura de Weber. El lunes convocó en París una cena de trabajo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el fin de forjar una alianza contra Merkel. Este martes ha participado también en una minicumbre previa de liberales y socialistas con Sánchez y los primeros ministros de Portugal, Países Bajos y Bélgica. Además, se ha entrevistado con los líderes del grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia).
El principal argumento del presidente francés contra Weber es que carece de experiencia ejecutiva. Nunca ha estado en ningún Gobierno nacional, regional o local y la mayoría de su carrera la ha desarrollado en la Eurocámara. No tiene carisma y apenas es conocido ni en Alemania (sólo el 26% de sus conciudadanos saben quién es). Macron tampoco quiere que el Parlamento Europeo arrebate a los jefes de Estado y de Gobierno su potestad de proponer candidato a presidir la Comisión. Por eso rechaza el procedimiento de los Spitzenkandidaten, según el cual el partido ganador de las europeas debe situar a su cabeza de lista como líder del Ejecutivo comunitario.
Este sistema se ensayó por primera vez con éxito en las anteriores elecciones de 2014. Juncker era entonces el cabeza de lista del PPE, que también ganó aquellos comicios. Al día siguiente, populares y socialistas de la Eurocámara alcanzaron un acuerdo para designar al luxemburgués como su candidato común. La maniobra pilló con el pie cambiado a los jefes de Estado y de Gobierno, que acabaron aceptando a Juncker a regañadientes aunque no les gustaba.
La Eurocámara ha querido repetir la jugada este martes antes de que empezara la cumbre para imponerse de nuevo a los líderes europeos, pero ha fracasado en su intento de construir un frente unido. Aparte de los populares, nadie más ha apoyado la candidatura de Weber, que ahora mismo sólo tiene 178 escaños, muy lejos de los 376 de la mayoría absoluta que necesita. Además, la presidenta de los Verdes, Ska Keller, ha admitido que Vestager sería una aspirante aceptable para el Parlamento Europeo.
Para contentar a Macron, los liberales no designaron a un candidato oficial a presidir la Comisión, sino a un Equipo Europa, del que formaba parte Vestager, pero también Luis Garicano o Guy Verhofstadt. Sin embargo, la danesa participó en el debate central de la campaña y reconoció al final que sí era candidata, por ejemplo en esta entrevista con EL ESPAÑOL. Esta ambigüedad calculada le permite ahora tener el apoyo tanto del Parlamento como de Macron y otros líderes reticentes con el procedimiento de los Spitzenkandidaten.
"Como liberal, entenderá que yo prefiero a la señora Vestager. Creo que tiene todas las cualidades necesarias y un currículum impresionante (...) Mi corazón bate por Vestager", ha dicho el primer ministro luxemburgués, Xabier Bettel. Por su parte, el primer ministro portugués ha resaltado que su candidato es el socialista holandés Frans Timmermans, pero ha admitido que "Vestager indiscutiblemente también tiene una buena experiencia en el Gobierno de Dinamarca y también tiene experiencia en la Comisión, cumple claramente estos criterios".
La comisaria de Competencia ha logrado además por primera vez el respaldo expreso del primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, que hasta ahora se lo había denegado por no ser de su familia política. "Vestager es probablemente la candidata más fuerte y se ha labrado un gran nombre frente a otros candidatos de los países grandes", ha dicho Rasmussen. Dinamarca celebra elecciones el próximo 5 de junio, pero sea cual sea el Gobierno que resulte, difícilmente renunciará a la presidencia de la Comisión.
En contraste con los elogios de Costa, Sánchez ha eludido pronunciarse sobre Vestager y ha dicho que su candidato es Timmermans. "Cuenta con la cualificación y la experiencia" y además "también puede aunar consenso más allá de nuestra familia política, ya sea con los liberales, los verdes y, por qué no, también con el partido popular", ha dicho.
Desde su victoria el 28-A, el presidente del Gobierno se ha convertido en el referente de los socialdemócratas europeos. Una posición que consolida su buen resultado en las europeas: con sus 20 escaños, el PSOE se convierte en la primera fuerza dentro del grupo socialista en la Eurocámara. Todo ello le sitúa ante una oportunidad histórica para reforzar el poder de España en la UE. ¿A qué cargo aspira en el reparto? Sánchez ha eludido enseñar sus cartas y se ha limitado a señalar que trabajará por tener "la mejor representación dentro de la Comisión Europea".
Por su parte, la canciller Merkel ha dejado claro que mantiene su apoyo a Weber. "En tanto que miembro del PPE, respaldo por supuesto a Manfred Weber. No obstante, debemos discutir con cuidado entre nosotros y saber que al final debemos ser constructivos", ha explicado. Pero el candidato alemán apenas ha tenido más defensores, más allá de Irlanda o Austria.
"Creo profundamente en una Europa más democrática y eso significa que el resultado de las elecciones europeas debe reflejarse en a quién nombramos como presidente de la Comisión. El PPE es el que ha logrado más escaños en las elecciones europeas y nuestro candidato para ese puesto es Manfred Weber", ha dicho el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.
Junto con Macron, el principal detractor de Weber es el primer ministro griego, Alexis Tsipras. "Estoy a favor de una candidatura progresista para la presidencia de la Comisión y no estoy a favor del candidato del PPE. Manfred Weber no quiere unir a la UE y tras 15 años de presidentes del PPE en la Comisión es el momento de cambiar", ha alegado. También ha anunciado que votará contra Weber el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a pesar de pertenecer al PPE, por considerar que ha insultado a su país. Weber apoyó suspender a Fidesz de la familia popular por su deriva autoritaria.
El hecho de que Vestager encabece ahora la carrera para sustituir a Juncker no significa que vaya a ser la ganadora. Es más, este liderazgo temprano podría volverse en su contra. De aquí a junio puede perder fuelle y también es posible que surjan otros candidatos tapados. Pero de momento es la que tiene más apoyos tanto en el Consejo Europeo como en la Eurocámara, las dos instancias que deben decidir.