La derrota electoral en las europeas están suponiendo un momento convulso para el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi Di Maio, que este domingo obtuvo tan solo el 17% de los votos frente al 34% de la Liga de Matteo Salvini, el socio minoritario del Gobierno. Así pues, ha ocurrido exactamente lo contrario respecto a las últimas elecciones generales italianas del año pasado y la situación está completamente del revés: el nuevo equilibrio de fuerzas hace de Salvini, desde ya, el nuevo líder de la política italiana.
Teniendo en cuenta que ambas formaciones gobiernan juntas en una extraña y delicada coalición – sobre todo, desde un punto de vista ideológico–; Luigi Di Maio, jefe político del M5E, este jueves sometió a votación su liderazgo. El objetivo ha sido el de despejar dudas y asegurarse de que las bases de su partido seguían siendo favorables a su gestión como líder del partido y como socio mayoritario del Gobierno.
Y así ha sido. Este jueves se conocían los resultados: con el 80% de los 56.000 votantes, Di Maio se consolidó nuevamente como líder del Movimiento 5 Estrellas. Esta votación, según el vicepresidente del Gobierno italiano, "es solo el primer paso para encaminar una profunda reorganización del M5E, para hacerlo más cercano a los ciudadanos y para remarcar nuestra identidad".
Pero más allá de los resultados, lo más llamativo acerca de dichas votaciones tiene que ver con el sistema electrónico que las hace posibles, conocido como Rousseau, cuyo funcionamiento y propiedad ha sembrado muchas dudas también acerca de su legitimidad.
El sistema Rousseau –cuyo nombre se inspira en el célebre filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau–, oficialmente, es el instrumento del M5E para "redactar leyes" y "votar" a disposición de las bases del partido, que en diferentes ocasiones ha tenido problemas informáticos. El aspecto más polémico tiene que ver, sobre todo, con la propiedad y la gestión de la plataforma, perteneciente a la Asociación Rousseau, sin ánimo de lucro, creada por la empresa Casaleggio Associati, una compañía informática cuyo fundador, Gianroberto Casaleggio fue el cocreador, junto al cómico Beppe Grillo, del Movimiento 5 Estrellas primero y de la plataforma Rousseau después.
"Es justo que seáis vosotros quienes expreséis vuestra opinión, los únicos a quienes tengo que rendir cuentas", declaró Luigi Di Maio al convocar la consulta interna entre los afiliados al M5E. "El Movimiento no son los elegidos", decían estos días algunos directivos del partido.
Así pues, la polémica ha estado servida en las últimas 48 horas porque, en cierta manera, la democracia electrónica ha prevalecido sobre el diálogo entre los parlamentarios grillinos, representantes elegidos democráticamente por el pueblo italiano. Dado que, técnicamente, el Movimiento 5 Estrellas no sigue un esquema clásico de organización de partido; Rousseau se está convirtiendo en una herramienta que sustituye todo tipo debate interno en el seno de un partido destacado y protagonista del actual Ejecutivo italiano. Dicho de otro modo, el futuro del Gobierno italiano ha dependido de una plataforma electrónica privada de tan solo 100.000 inscritos, que en el pasado sufrió ataques informáticos.
Votación en diálogo
Luigi Di Maio, en aras de zanjar rápidamente la cuestión, ha preferido evitar un diálogo en el seno del partido para revalidar rápidamente su liderazgo a través de una plataforma que, hasta ahora, siempre ha respaldado la figura del actual líder del Movimiento 5 Estrellas. Ya en el mes de febrero, los seguidores del Movimiento 5 Estrellas registrados en Rousseau tuvieron que decidir si permitir o no la imputación de Matteo Salvini, socio de Gobierno de Di Maio, quien había sido investigado por la justicia italiana por haber dejado a la deriva 177 inmigrantes en el Mediterráneo.
La votación acabó con el 59% de las bases favorables a la no imputación, tal como quería Di Maio. En el año 2017, siempre a través de Rousseau, Di Maio fue elegido internamente como líder del partido para afrontar las elecciones generales de 2018.
Según prestigiosos analistas políticos como Massimo Franco, del célebre Corriere della Sera, "se necesitará un mes, aproximadamente, para entender si la legislatura italiana seguirá hacia adelante". Según se lee en estas horas en las páginas del diario milanés, "el primer ministro Giuseppe Conte le ha dicho al jefe del Estado, Sergio Mattarella, que intentará seguir en la jefatura del Ejecutivo italiano", siempre que sea posible. Lo cierto es que, tal como escribe el propio Franco, "en el último año, los programas políticos de los grillinos y de los leguistas se han sumado de forma contradictoria.
Esta negociación continua y cansina, simplemente ha permitido un intercambio de leyes que procedían de intereses en contraste, lo cual ha influido negativamente sobre el déficit y la deuda". Y añade: "Ahora, ese intercambio es aun menos verosímil. Los programas políticos no se suman, al contrario, se excluyen, porque el de Salvini ha pasado a ser dominante".
¿Nuevas elecciones?
Independientemente de los resultados en cuestión, Italia tendrá que resolver sus cuentas en relación tanto al déficit como a la deuda, y desde hace meses, la propaganda constante de ambos partidos en el Gobierno no será suficiente para aclarar la situación con Bruselas en materia de presupuestos. Así las cosas, si la anómala coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga se tambaleara en un futuro no muy lejano, muy probablemente habría que convocar nuevas elecciones en Italia.
Y en tal supuesto, los partidos minoritarios del bloque de derecha, como el moderado Forza Italia de Berlusconi, estarían deseando la creación de un nuevo Gobierno aunque sea con Salvini como primer ministro y con el ex Cavaliere en un segundo puesto. Por el otro lado, también se está viendo reforzado el Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti, actualmente con un 22% de los apoyos. Lo cierto es que si el Movimiento 5 Estrellas quisiera sobrevivir, antes o después tendrá que mirar hacia la izquierda.