El mismo día que recomienda cerrar el expediente por déficit excesivo contra España, la Comisión Europea ha activado el procedimiento para sancionar a Italia por incumplir su obligación de reducir su deuda pública, que se sitúa ya en el 132,2% del PIB. Es la segunda más alta de la UE, sólo superada por Grecia. Pero en lugar de reducirla, el Gobierno populista de La Liga y el Movimiento 5 Estrellas ha disparado el gasto público y prepara nuevas rebajas de impuestos.
Bruselas teme que las dudas sobre la sostenibilidad de las cuentas italianas disparen los costes de financiación y desencadene una nueva crisis de deuda, que podría contagiarse al resto de la eurozona. "Cuando examinamos la economía italiana, ya podemos ver el daño que recientes decisiones políticas están causando", ha lamentado el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
Unos perjuicios que según Bruselas se concretan en un aumento de 2.200 millones en el gasto para pagar los intereses de la deuda en 2018. Italia paga ahora en servicio de la deuda lo mismo que lo que cuesta todo su sistema educativo. La deuda italiana representa una carga media de 38.400 euros por habitante y el coste de pagarla asciende a 1.000 euros por habitante. Además, el crecimiento económico se ha detenido debido a la desconfianza y a la subida de los intereses, según la Comisión.
El nuevo pulso entre Bruselas y Roma, que ya ha puesto nerviosos a los mercados financieros, podría acabar en una multa de 3.500 millones de euros (el 0,2% del PIB italiano). Ahora los Gobiernos de la UE disponen de un plazo de 15 días para decidir si avalan el informe acusatorio del Ejecutivo comunitario. Sería la primera vez que se activan sanciones contra un país miembro por deuda excesiva.
"Mi puerta está abierta". El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha insistido en que está dispuesto a seguir dialogando con el Gobierno italiano para evitar las sanciones, como ya ocurrió con el pacto alcanzado a finales del año pasado. Pero ha dejado claro que corresponde a Roma poner sobre la mesa los ajustes necesarios si quiere paralizar el procedimiento.
A la Comisión Europea los números de Roma no le cuadran. El aumento de gasto que ya ha aprobado el Gobierno populista italiano -con medidas como la renta mínima o las facilidades para las prejubilaciones- harán que el déficit público vuelva a dispararse hasta el 2,3% este año y el 3,4% en 2020, según los cálculos de Bruselas. El nivel de deuda pública seguirá subiendo hasta el 133,7% en 2019 y el 135,2% en 2020, pese a las reglas de la UE que exigen que disminuya.
El conflicto se ha recrudecido tras las elecciones europeas del 26 de mayo. Envalentonado por los buenos resultados de La Liga (34,3% de los votos y 28 escaños, el doble que el M5E), Salvini ha reclamado un "shock fiscal"para estimular la economía italiana, que es la que menos crece de la eurozona. El Ejecutivo comunitario calcula un anémico avance de apenas el 0,1% este año y el 0,7% en 2020. El líder populista aboga por una rebaja masiva de impuestos cuya medida estrella es un tipo único del 15% en el IRPF.
¿Llegará la disputa entre Bruselas e Italia al escenario extremo de una multa? Una vez que el Ecofin avale el expediente, el Ejecutivo comunitario dispondrá de 20 días -hasta finales de julio- para proponer una multa del 0,2% del PIB (3.500 millones de euros) si considera que el incumplimiento es especialmente grave. La sanción sólo podría ser revertida por una mayoría cualificada de los Gobiernos en el Ecofin, pero Roma no tiene aliados ahora mismo en la UE.
Pero se trata de una posibilidad muy remota. Ningún Estado miembro ha sido multado hasta ahora por incumplir las reglas presupuestarias de la UE. Los que más cerca estuvieron fueron España y Portugal en 2016, pero la Comisión en el último minuto perdonó las sanciones a ambos países.
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