Los tres eurodiputados de Vox han rechazado sumarse al nuevo grupo de extrema derecha Identidad y Democracia que acaban de constituir en la Eurocámara la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y el jefe de La Liga, Matteo Salvini, según ha confirmado este jueves el presidente del grupo, Marco Zanni. El partido de Santiago Abascal ha coqueteado con Le Pen y Salvini en el pasado pero ahora marca distancias en un intento de suavizar su imagen.
A primera hora de la tarde, Vox ha confirmado en un comunicado que se integra en una familia política en teoría menos controvertida, los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), que organizaron la conferencia en la Eurocámara que dio en marzo su secretario general, Javier Ortega Smith. Este grupo fue fundado por los tories en la época de David Cameron, pero ahora los conservadores británicos han quedado relegados a una posición secundaria tras desplomarse el 26-M y a la espera del brexit.
Ahora, los líderes del ECR son los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia de Jaroslaw Kaczynski. El Gobierno euroescéptico de Ley y Justicia se encuentra sujeto a un expediente de la UE por tratar de socavar la independencia judicial y poner en riesgo el Estado de derecho en Polonia. En el grupo están también los nacionalistas flamencos de la N-VA, que han prestado cobertura logística y política al expresidente catalán, Carles Puigdemont, desde que se fugó a Bélgica en octubre de 2017. También participan el partido de extrema derecha Hermanos de Italia y la nueva fuerza ultra holandesa Foro por la Democracia de Thierry Baudet.
Vox asegura que ha obtenido del grupo ECR garantías de que "los partidos que lo integran, sin excepción, no interferirán en el orden constitucional, la integridad territorial y la soberanía de los Estados miembros", en una referencia que parece dirigida a la N-VA, aunque en ningún momento le cita. Además, el partido de Santiago Abascal dice que tendrá "autonomía de voto" en aquellas cuestiones "centrales de nuestra propuesta: España, la defensa de nuestro mundo rural y las tradiciones culturales o la promoción de la identidad cristiana de Europa".
Las prioridades de los Conservadores y Reformistas durante la legislatura que ahora empieza serán "frenar las aspiraciones federalistas de otros grupos de izquierda, incrementar la vida democrática y transparente de la UE y exigir el respeto y la promoción de las libertades individuales y familiares más elementales y que están amenazadas en Europa por el consenso socialdemócrata". Finalmente, Vox agradece el "interés" que han mostrado otros grupos en sumar al partido verde.
El grupo Identidad y Democracia de Salvini y Le Pen ha cortejado a la formación de Abascal hasta el último minuto, sin éxito. "Con Vox hemos mantenido un diálogo y creo que al final, aunque todavía no sea oficial y nuestra disposición a cooperar sigue abierta, van a optar por el grupo de los Conservadores", explicaba su presidente a primera hora de la mañana durante la rueda de prensa de presentación del nuevo grupo.
El fracaso de Salvini
Finalmente, Salvini no ha logrado su objetivo de configurar un supergrupo único de derecha radical en la Eurocámara capaz de bloquear el funcionamiento de la UE. Los populistas y ultras seguirán divididos esta legislatura en tres o cuatro familias diferentes: Conservadores y Reformistas, Identidad y Democracia, el grupo que intenta formar Nigel Farage y su partido del Brexit y el PPE, donde se mantiene el Fidesz de Viktor Orbán.
El grupo Identidad y Democracia está formado por 73 eurodiputados (que subirán a 76 tras el brexit) de 9 países diferentes (Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Finlandia, Austria, República Checa, Dinamarca y Estonia). Ocupa la quinta posición en la Eurocámara tras populares, socialistas, liberales y verdes.
Le Pen ha explicado que su propósito es tejer alianzas puntuales con otros partidos y grupos de derecha radical para configurar un "bloque soberanista de 200 votos" con el fin de lograr una "gran influencia" en la Eurocámara y mantener una "presión constante" sobre las fuerzas tradicionales proeuropeas.
Los ejes programáticos del grupo Identidad y Democracia son tres. En primer lugar, frenar el proceso de integración europea. "Queremos una Europa que no intente homologar a través de leyes las diferencias e identidades de los pueblos europeos, sino que proteja estas diferencias y la idea de los Estados nación como centro focal de la democracia y la cooperación europea", ha defendido Zanni.
Las otras dos prioridades para el grupo de Le Pen y Salvini serán la seguridad interior frente a la amenaza del terrorismo y el freno a la inmigración. "La política buenista de puertas abiertas que ha practicado la canciller Merkel ha traído inestabilidad a Europa", sostiene el presidente del grupo.
En materia de política económica, Identidad y Democracia defenderá "más flexibilidad" para que los Estados miembros tomen las medidas que estimen oportunas, aunque no habrá "transferencias internas, que un país pague por otro".
Además de la Agrupación Nacional y La Liga, forman parte del grupo Alternativa por Alemania, los belgas del Vlaams Belang, el FPÖ austríaco, el SPD checo, el Partido Popular danés, los Finlandeses y los estonios de Ekre.
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