La conservadora alemana Ursula von der Leyen hace historia al convertirse en la primera mujer que presidirá la Comisión Europea en sus 61 años de historia. La candidata designada por sorpresa el pasado 2 de julio por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE ha aprobado este martes por la mínima el examen de la Eurocámara, confirmando la indignación inicial que provocó entre los diputados su nombramiento: ha logrado 383 votos a favor, 327 en contra, 22 abstenciones y un voto nulo. El umbral de la mayoría absoluta estaba en 374 escaños.
Von der Leyen dimitirá este miércoles como ministra de Defensa de Alemania para preparar la transición. Si no hay accidentes por el camino, sustituirá a Jean-Claude Juncker el próximo 1 de noviembre.
"Me siento muy honrada y abrumada y les agradezco la confianza", ha dicho nada más conocer los resultados. "La confianza que han depositado en mi es confianza en Europa. Confianza en una Europa más fuerte y unida del Este al Oeste, del Sur al Norte. Confianza en una Europa dispuesta a luchar por el futuro, en lugar de enfrentarnos unos a otros. Confianza en una Europa que abordará unida los grandes retos de nuestro tiempo. Es una gran responsabilidad y mi trabajo empieza ahora", ha señalado en un breve discurso de agradecimiento.
En el pulso que mantenían la Eurocámara y los líderes de la UE sobre quién elige al sucesor de Juncker, se han acabado imponiendo los segundos. El Parlamento Europeo ha capitulado en su exigencia de que el presidente de la Comisión debía ser uno de los cabezas de lista (Spitzenkandidaten) que las diferentes familias políticas presentaron a las elecciones del 26-M: el conservador Manfred Weber, el socialista Frans Timmermans o la liberal Margrethe Vestager. Un intento de democratizar la elección y ganar poder a la vez. Al final, los eurodiputados han renunciado a su autonomía y se han plegado a la candidata impuesta por los jefes de Estado y de Gobierno. Pero el precio es una minicrisis institucional.
El malestar que ha provocado el diktat de los líderes de la UE es uno de los factores que explica que la elección de Von der Leyen haya sido tan ajustada: apenas 9 votos por encima de la mayoría absoluta y lejos de la zona de confort de 400 votos. En contraste, Juncker, que sí era el Spitzenkandidat del Partido Popular Europeo en 2014, logró un total de 422 votos. "En dos semanas hemos logrado formar una mayoría proeuropea. Creo que es una buena base para empezar", se ha justificado la presidenta electa de la Comisión.
Lo exiguo de la mayoría de Von der Leyen revela que ha habido fugas importantes no sólo entre los socialistas, que se han dividido, sino también entre populares y liberales. Entre los tres grupos sumaban en teoría 444 escaños. Al final, la candidata sólo ha tenido 383 votos y eso que ha contado también con el apoyo de los euroescépticos polacos de Ley y Justicia y del Movimiento 5 Estrellas. La identidad de la mayoría de los disidentes se desconoce porque el voto ha sido secreto en urna.
Una mayoría precaria
Lo cierto es que la candidata alemana ha tenido que construir una mayoría precaria entre las grandes fuerzas europeístas en un tiempo récord de dos semanas para apuntalar su nombramiento. Su familia política, el Partido Popular Europeo (182 escaños), fue la primera en garantizarle su apoyo pese a la pataleta inicial por el descarte de Manfred Weber. Pero Von der Leyen llegaba este martes a la investidura en zona de peligro, sin los votos necesarios para ser elegida y con el 'no' de los verdes y la izquierda radical.
Su discurso a primera hora de la mañana ante el pleno de la Eurocámara, muy bien acogido por la mayoría de fuerzas políticas, ha sido lo que ha decidido la votación. "Quien quiera reforzar y ayudar a Europa a crecer y florecer, encontrará en mi a una luchadora apasionada. Pero quien pretenda debilitarla, dividirla o destruir sus valores, encontrará en mi a una feroz oponente", ha proclamado Von der Leyen.
La candidata ha presentado un esbozo de programa cuyo propósito era atraerse a socialistas y liberales, con medidas como la neutralidad climática en 2050, la paridad entre hombres y mujeres en la Comisión, un salario mínimo en todos los Estados miembros o un seguro europeo de paro. También ha prometido dar a la Eurocámara el derecho a proponer nuevas leyes de la UE. O resucitar para la próxima legislatura el sistema de los Spitzenkandidaten, pese a que su elección como presidenta de la Comisión supone de facto enterrarlo.
La estrategia de Von der Leyen parecía haber surtido efecto. A media tarde del martes, se sumaban a su candidatura los liberales de Renovar Europa (108 escaños), el grupo de Ciudadanos y del presidente francés Emmanuel Macron, que ha logrado colocar a todos sus peones en el reparto de altos cargos de la UE. "Estamos deseando trabajar intensamente con ella para hacer avanzar Europa. Tenemos mucho trabajo por hacer. Renovemos Europa juntos!", ha dicho el líder de la formación, Dacian Ciolos.
Los últimos en decantarse han sido los socialistas europeos (154 escaños), los más decepcionados por no haber aupado a su candidato Frans Timmermans debido al veto de Italia y los países del Este. Ni siquiera la presión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del primer ministro portugués, António Costa, que negociaron en nombre de la familia socialista el reparto de altos cargos, ha servido para recuperar la unidad del grupo, que se ha dividido en la votación.
Los socialistas se dividen
La línea oficial del partido, decidida tras una intensa reunión que ha concluido minutos antes del voto, era apoyar a regañadientes a la conservadora alemana. "Eramos muy escépticos cuando la candidata vino a nuestro grupo la semana pasada, pero en los últimos días tenemos que admitir que ha aceptado las peticiones nucleares de nuestro grupo, con propuestas concretas de legislación", ha dicho su presidenta, Iratxe García. La consigna era evitar una crisis institucional de consecuencias impredecibles.
Sin embargo, varias delegaciones nacionales se han desmarcado de las instrucciones de la española. Alemanes, franceses, holandeses, belgas, austriacos, griegos, eslovenos y búlgaros han votado en contra. "Votar contra Ursula von der Leyen es en primer lugar defender la democracia, porque su designación supone una marcha atrás sin precedentes en la democratización de la UE, sometiendo al Parlamento Europeo a las instrucciones del Consejo", han denunciado los socialistas franceses en un comunicado para justificar su oposición.
La candidata ha compensado las fugas en la coalición europeísta con el respaldo de los euroescépticos polacos de Ley y Justicia. Sus 26 escaños han sido decisivos. Era lo previsto, dado que el Gobierno polaco apoyó a Von der Leyen frente a Timmermans, que había liderado el expediente contra Varsovia por poner en riesgo el Estado de derecho. También ha anunciado que votaría a favor de la alemana el Movimiento 5 Estrellas. En contraste, se ha opuesto La Liga de Matteo Salvini. El Gobierno euroescéptico de Roma también sostuvo a Von der Leyen en la cumbre del 2 de julio.
El resultado le va bien a la presidenta electa de la Comisión, que podrá presumir de no haber recibido ningún voto de la ultraderecha más radical del grupo Identidad y Democracia, donde también está Marine Le Pen o Alternativa por Alemania. "Me alivia saber que no me votará, porque todo lo que ha dicho va contra mis valores", le ha espetado Von der Leyen al portavoz de Alternativa, Jörg Meuthen, durante el debate en la Eurocámara.
A partir de ahora, los Estados miembros que todavía no lo han hecho deben designar a sus respectivos comisarios. El español será Josep Borrell, que ha sido nombrado Alto Representante para la Política Exterior, uno de los altos cargos repartidos en la cumbre del 2 de julio. Von der Leyen ha anunciado que su objetivo es garantizar la paridad total entre hombres y mujeres, así como un equilibrio adecuado entre el Este y el Oeste.
A la presidenta electa del Ejecutivo comunitario le corresponde decidir el reparto de carteras, aunque algunos puestos ya han sido asignados por los líderes europeos: tanto Timmermans como Vestager serán vicepresidentes con poderes equivalentes. Los comisarios deberán pasar en septiembre sus respectivos exámenes ante la Eurocámara, que votará al colegio en su conjunto a finales de ese mes. El nuevo equipo dirigido por la alemana empezará a trabajar el 1 de noviembre.