Desde Bruselas, los dirigentes comunitarios siguen el caos político en Londres, casi minuto a minuto, con una mezcla de asombro y preocupación. Pese a las maniobras del Parlamento británico para bloquear el brexit salvaje que persigue el primer ministro Boris Johnson, la hipótesis de trabajo de los Veintisiete sigue siendo que Reino Unido saldrá de la UE el próximo 31 de octubre. Y existe una posibilidad "muy clara" de que lo haga sin acuerdo. De hecho, la Comisión acaba de desbloquear 780 millones de euros de ayuda urgente para los países y sectores más afectados.
Los líderes europeos creen que el nuevo impulso negociador con Bruselas del que presume Johnson es en realidad una mera escenificación cuyo único objetivo es dejar correr el reloj hacia un brexit caótico el 31 de octubre. El primer ministro británico se comprometió durante el G-7 celebrado a finales de agosto en Biarritz a presentar alternativas a la salvaguarda irlandesa, la póliza de seguros que garantiza que no volverá a erigirse una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte en ningún escenario.
Dos semanas después, Londres sigue sin enviar ninguna propuesta pese a que ha calificado la salvaguarda irlandesa de antidemocrática y ha exigido que se elimine del acuerdo de divorcio. Eso sí, el nuevo negociador británico, David Frost, viaja dos veces por semana a Bruselas para reunirse con los técnicos del Ejecutivo comunitario. Estuvo el miércoles y vuelve este viernes. "Si no presentan propuestas, nuestra paciencia se acabará. ¿Qué sentido tiene reunirse si no hay nada de que hablar?", explican fuentes europeas.
"Para que las negociaciones puedan avanzar es crucial que la UE reciba propuestas concretas sobre todos los cambios que Reino Unido querría introducir", ha dicho este jueves la portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva. "Estamos disponibles para seguir trabajando constructivamente con el primer ministro y examinar cualquier propuesta, siempre que sea compatible con el Acuerdo de Retirada", resalta la portavoz.
Un motivo de peso para justificar otro aplazamiento
¿Qué pasará si, como parece seguro, el Parlamento británico aprueba la norma en trámite (la denominada ley Benn) que obligaría a Johnson a pedir un nuevo aplazamiento del brexit hasta el 31 de enero de 2020? ¿Estaría la UE dispuesta a ofrecer a Reino Unido una tercera prórroga? "Cualquier prórroga es en estos momentos un escenario hipotético. Si llega una petición de Londres, los 27 Estados miembros la tendrán que aprobar por unanimidad. Y una solicitud de este tipo debe hacerse por un motivo de peso", responde Andreeva.
¿Qué ocurriría si Johnson se niega a acatar las exigencias del Parlamento? ¿Es suficiente con que Westminster apruebe la ley Benn para que la UE conceda la prórroga? La respuesta es que no. "Obviamente respetamos el proceso democrático en Reino Unido y notablemente lo que dicen los miembros del Parlamento directamente elegidos. Pero nuestro interlocutor oficial es el Gobierno de Reino Unido, es decir, el primer ministro Johnson. Y no hemos visto ninguna petición oficial suya", sostiene la portavoz.
Por ahora, no parece que Johnson esté dispuesto a seguir las instrucciones del Parlamento. El primer ministro británico señaló, en un discurso este jueves, que "preferiría estar muerto en una cuneta" antes que pedir una prórroga del brexit.
Fuera de micro, los funcionarios europeos admiten que si finalmente llega de Londres una petición de prórroga, a la UE no le quedará otro remedio que aprobarla. Pese al hartazgo del brexit que se respira en todas las capitales europeas, ningún líder europeo quiere aparecer como el responsable de haber empujado a Reino Unido al precipicio. Se resignan a otro aplazamiento.
"Creo que concederemos la prórroga. La UE no quiere que se le culpe de un brexit sin acuerdo. Pero lo importante será la duración. No podemos seguir así indefinidamente. Tenemos el problema de qué pasa con el presupuesto plurianual, con el comisario británico o con el resto de prioridades europeas", señalan las fuentes consultadas.
Johnson ya ha anunciado que no nombrará ningún comisario en el equipo de Ursula von der Leyen, que se presenta el próximo martes. Algo que no plantearía ningún problema si Reino Unido se marcha efectivamente el 31 de octubre, ya que el nuevo Ejecutivo comunitario toma posesión el 1 de noviembre. Pero con otra prórroga la situación se complica, ya que en teoría, mientras siga en la UE, Londres goza de los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro Estado miembro. Aunque sea en tiempo de descuento.
Francia y Alemania, divididos sobre la prórroga
"Lo que siempre se ha asumido en los círculos de Bruselas es que sólo se concederá otra prórroga, que sería ya la tercera, si hay un cambio en la situación de Reino Unido. Un cambio en la posición negociadora o bien un cambio electoral. Las elecciones serían una justificación muy importante para conceder esa prórroga", relata a EL ESPAÑOL Camino Mortera, investigadora del Centre for European Reform (CER).
Johnson quiere convocar elecciones anticipadas para el próximo 15 de octubre y la oposición ha dicho que está dispuesta a apoyarlas una vez que se haya aprobado de forma definitiva la ley para bloquear el brexit salvaje, probablemente el lunes de la semana que viene.
"Aunque algunos Estados miembros rechazan dar más prórrogas a Reino Unido y consideran que una salida sin acuerdo ahora mismo es mejor que continuar con la incertidumbre, la UE no quiere ser vista como la causante de un no acuerdo. Este va a ser el factor decisivo para que la UE acepte esa prórroga", apunta la investigadora del CER.
Francia, Bélgica o España se encuentran entre los países más reticentes a conceder otra prórroga porque consideran que la UE ya está preparada para hacer frente a un brexit sin acuerdo y quieren acabar de una vez con la incertidumbre. En el extremo contrario, "Alemania siempre ha estado a favor de ser lo más constructivos posible por una razón geopolítica: intentar que el brexit no dañe la imagen y el poder de la UE a nivel global", señala Mortera. Tiene como aliados a Holanda, los bálticos y los nórdicos.
¿Si al final hay otra prórroga, será corta o larga? "Dependerá mucho de lo que Reino Unido proponga y cómo lo haga. La petición podría llegar incluso desde un Gobierno de unidad nacional liderado por un independiente o por el líder laborista, Jeremy Corbyn. Si es así, la UE podría conceder una prórroga más larga con el argumento de que se necesitará más tiempo y que tiene a un interlocutor en el que puede confiar para negociar".
"Pero si la petición de prórroga llega de un Boris Johnson reticente y obligado por el Parlamento, iríamos a una prórroga muy corta que diera tiempo exclusivamente a celebrar las elecciones y tener claridad sobre quién va a ser el interlocutor", explica la investigadora del CER.
"Si al final se presenta una solicitud de prórroga, los líderes europeos efectivamente acabarán aceptándola de nuevo si es la única cosa que se interpone entre ellos y un brexit sin acuerdo", reconoce otro diplomático europeo. La respuesta, en la cumbre de líderes europeos que se celebrará en Bruselas el 17 y 18 de octubre, menos de quince días antes de la fecha decisiva.