Bruselas

"Ya hay un muerto y probablemente veamos otro más hoy", anunciaba un eurodiputado a media mañana en los pasillos del Parlamento Europeo. En una medida sin precedentes, la comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara ha rechazado este jueves a los comisarios designados por Rumanía y Hungría tras haber detectado en ambos casos conflictos de interés irresolubles que les incapacitan para el cargo.

Es la primera vez que se producen bajas en la fase previa a los exámenes orales a los que los 26 candidatos, entre los que está Josep Borrell, deberán someterse en la Eurocámara a partir de la semana que viene. La pelota está ahora en el tejado de la presidenta electa de la Comisión, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, que tendrá que decidir si pide a los Gobiernos de Bucarest y Budapest que le presenten nuevos candidatos o se enroca y da la batalla contra el Parlamento.

A Von der Leyen se le acumulan los problemas. No sólo ha perdido a dos miembros de su equipo sino que sigue sin resolver la polémica provocada por haber designado a un vicepresidente para la Protección de Nuestro Estilo de Vida Europeo con competencias en materia de inmigración. Socialistas y liberales le han exigido que cambie el nombre para "evitar asociaciones desafortunadas".

Ella aceptó a estos dos candidatos que la Eurocámara ahora rechaza cuando se los propusieron los Gobiernos de los dos países. Se trata de la socialista rumana Rovana Plumb, a la que asignó la cartera de Transportes; y del popular húngaro László Trócsányi, que iba a ser el comisario de Ampliación.

¿Cuáles son los conflictos de interés que la Eurocámara les achaca? No está muy claro porque los exámenes se han realizado a puerta cerrada y a los parlamentarios no se les permite hablar con la prensa. La rumana Plumb "ha estado presuntamente implicada en algunos casos de corrupción en Rumanía que debido a su inmunidad parlamentaria no han podido ser investigados por la justicia", según denunció el eurodiputado de Ciudadanos José Ramón Bauzá.

Por lo que se refiere al húngaro Trócsányi, el conflicto de interés se deriva de que el despacho de abogados que él mismo fundó (Nagy y Trócsányi) siguió trabajando para el Gobierno húngaro cuando él fue nombrado ministro de Justicia por Viktor Orbán. Los dos candidatos figuraban en todas las quinielas para caer en la fase de los exámenes orales. Pero nadie podía imaginar que no sobrevivirían siquiera a la etapa previa.

La sorpresa ha saltado debido a un cambio del reglamento interno del Parlamento sobre las audiencias a los comisarios designados que se aprobó en 2017. Ahora, el visto bueno de la comisión de Asuntos Jurídicos -que se encarga de analizar las declaraciones de patrimonio de los candidatos en busca de posibles conflictos de interés- es un requisito previo imprescindible para pasar a la siguiente etapa del examen oral.

¿Qué hará la próxima presidenta de la Comisión?

"Lo que hemos dicho hoy es que hay un conflicto de interés manifiesto. Estos dos candidatos no están en posición de cumplir las responsabilidades que se les han atribuido en el marco de las carteras que les han confiado", ha explicado la eurodiputada de Francia Insumisa Manon Aubry, casi la única que ha aceptado hablar con la prensa.

¿Podría resolverse simplemente con un cambio de cartera? "No, hemos tenido este debate. Pensamos que hay un conflicto de interés en cualquier caso. La posibilidad de cambiar de cartera no se ha aceptado", responde Aubry.

¿Significa eso que Rumanía y Hungría están obligados a retirar estos candidatos y presentar otros diferentes? "Lo que estamos diciendo en esta fase es que ellos no pueden ser comisarios europeos porque hay un conflicto de interés. En la práctica muy probablemente tendremos que examinar a nuevos comisarios. Pero no lo sé y creo que nadie es capaz de predecir qué va a pasar a continuación", ha señalado la eurodiputada francesa.

Aubry se ha quedado además de la opacidad del procedimiento y de la diferente vara de medir que se ha aplicado a cada candidato, según ella por consideraciones políticas. Por ejemplo, a algunos comisarios designados, como al austríaco Johannes Hahn, se les ha obligado a vender sus acciones. A otros, como a Borrell, se les permite conservarlas. 

En estos momentos, nadie está seguro de cuál será el siguiente paso. Los portavoces de la Eurocámara se remiten al reglamento interno: "En los casos más graves, si no se encuentra solución al conflicto de intereses, la comisión de Asuntos Jurídicos podrá concluir que el comisario no está capacitado para ejercer sus funciones (...) En tal caso, el presidente del Parlamento solicitará al presidente de la Comisión información sobre las medidas que ésta tenga intención de adoptar".

¿Prescindirá Von der Leyen de los comisarios rechazados por la Eurocámara y pedirá nuevos candidatos a Rumanía y Hungría antes del inicio de las audiencias? ¿O buscará algún atajo para tratar de salvarlos? El calendario es muy ajustado. La votación de investidura en Estrasburgo está programada para el 23 de octubre. Cualquier retraso en los exámenes orales podría impedir que la nueva Comisión empiece a funcionar el 1 de noviembre como está previsto.

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