Cuando en Italia se debate, últimamente, acerca del ex jefe del Gobierno Matteo Renzi, se habla de él como de un auténtico estratega. A veces en la sombra, otras bajo los focos. Muchos transalpinos, analistas y gente en la calle, tienen el prejuicio de que el ex premier dispone siempre de una ficha lista para mover. Es ya un lugar común. Lo cierto es que, en los últimos días, medios de comunicación italianos sospechan de que la creación de su nuevo partido, Italia Viva, esconda detrás una segunda maniobra, latente, al servicio de su causa. Que apunta a conquistar el centro político en Italia.
Matteo Renzi, así pues, habría dejado "espías" fieles a él dentro del socialista Partido Democrático (PD) del que quiso separarse hace un mes. Esto es, por lo menos, lo que sugiere una buena parte de la prensa italiana, que considera este escenario muy verosímil conociendo las habilidades del toscano entre bambalinas. Hay elementos, de hecho, que invitan a pensar que no es casual que muchos renzianos hayan permanecido en el PD. ¿Cómo puede ser, si no, que tantos políticos públicamente afines a Renzi no hayan querido marcharse con él? Hay que tener presente que, hace tan sólo un año y medio, fueron elegidos en las últimas urnas gracias a sus listas electorales.
Lorenzo Guerini, el actual ministro de Defensa, es uno de los claros ejemplos de "no tránsfugas". Guerini ha sido, durante muchos años, un hombre de gran confianza para Matteo Renzi. Dentro del PD es considerado un hábil mediador y creador de compromisos y antes de ocupar la cartera de Defensa ha sido presidente de la comisión de la Seguridad Nacional. Tuvo roles importantes en la secretaría general del PD bajo Renzi y fue una de las piezas clave de la formación del Gobierno Renzi en 2014. Hoy, sin embargo, es ministro del segundo Ejecutivo de Giuseppe Conte, ante un PD en seria dificultad para imponerse como primer partido de Italia y mientras Renzi, a todos los efectos, está siendo la aguja de la balanza de la política italiana.
Otro de los nombres sorprendentes de aquellos que no han seguido a Renzi en Italia Viva es el de Luca Lotti, ex ministro de Deportes pero sobre todo el brazo derecho en la sombra de Renzi, ya cuando éste era alcalde de Florencia, hace más de una década. Ha sido su brazo operativo silecioso y fiable, gran gestor de los escenarios políticos más complicados del toscano en su carrera local y nacional. Así pues, el lado oculto y hacedor del mediático ex presidente del Gobierno italiano Matteo Renzi. Lotti, sin embargo, se queda en el PD. Al igual que la ex ministra de Defensa de Renzi, Roberta Pinotti, quien sí ofrece al diario italiano La Repubblica ofrece una explicación convincente por no haberse marchado a Italia Viva: "No entiendo las razones políticas de esta escisión. El PD es un proyecto en el que creo desde que nació, con una clara vocación mayoritaria".
Un Macron a la italiana
El actual titular de Economía de la Comisión Europea, el ex premier Gentiloni, y el actual ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini –artífice principal de la nueva coalición con los grillinos del M5E– ; consideran que lo de Renzi "ha sido un error". Pero sus puestos, sin embargo, han tenido lugar precisamente tras la maniobra "anti Salvini" de este verano ejecutada por Renzi a la hora de dar vida al segundo Gobierno de Giuseppe Conte. Lo mismo vale para la renziana Alessia Morani, hoy subsecretaría de Desarrollo Económico, quien recientemente tuvo que defenderse ante los periodistas que le preguntaban acerca de si, efectivamente, estaba "informando" a Renzi en la sombra.
Según la última media de sondeos publicada estos días, si hoy mismo hubiera elecciones generales en el país con forma de bota, la formación de Matteo Renzi, Italia Viva, sería el sexto partido del país y lograría entre un 4% y un 5%. El ex premier, igualmente, aspira a "alcanzar pronto las dos cifras", tal como comentó hace unos días en una entrevista a la cadena privada La 7. La Liga del soberanista Matteo Salvini, por otra parte, sigue confirmándose como el primer partido del país, con el 32%. Por primera vez desde las últimas elecciones europeas de mayo, el partido leguista, sin embargo, vuelve a bajar hasta ese porcentaje tras el exitoso 36% alcalzado este verano, cuando Matteo Salvini estaba en su ápice propagandístico haciendo mítines por las playas de todo el país.
El Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti, ya escindido, se consolida igualmente como segunda formación del país, con el 20% de las preferencias. Muy de cerca el accionista principal del actual Gobierno de Giuseppe Conte, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi Di Maio, quien hoy obtendría el 19% de los votos. El otro partido soberanista italiano, Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, obtendría el 8% y es actualmente la formación que más crece. El partido del ex premier Silvio Berlusconi, Forza Italia, confirma su progresiva decadencia con el 6% de las preferencias según los últimos sondeos.
El ex presidente del Gobierno italiano Matteo Renzi, desde hace varias semanas, lleva siendo el gran protagonista del nacimiento del nuevo Ejecutivo de Giuseppe Conte. Cuando su tocayo Salvini decidió "desenchufar" –como dicen los periodistas italianos– la extraña coalición entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, arrancó la operación del centro izquierda para impedir que el Capitano, en la cresta de la ola según los sondeos, se hiciera con el poder con unas nuevas elecciones. Ahí, en ese instante, Renzi empezó a mover sus fichas. Siendo todavía un "rebelde" del PD, decidió abrir al M5E para que Zingaretti no tuviera que pasar el mal trago. Una vez logrado el segundo Gobierno de Giuseppe Conte, Renzi anunció hace un mes la creación de Italia Viva para poder moverse a su antojo por los pasillos de la política italiana, sin darle explicaciones a nadie en el PD. Convirtiéndose así no tanto en la cuarta pata de la mesa, que también, sino sobre todo en el principal chantajista de su propio Gobierno.
El objetivo principal y último de Matteo Renzi es superar, en todo los sentidos, la idea de izquierda en Italia, conquistando un gran centro político. Así pues, convertirse en un aliado de Emmanuel Macron en Europa. Para ello, es necesario tanto fagocitar los restos de Berlusconi –"no hace falta convencerlos", dice Maria Elena Boschi, su histórica número dos–; como desgastar una buena parte del PD. Para ello, Renzi tendría ya lista su red de fieles listos para interceptar, desde dentro, las debilidades de la izquierda italiana incapaz de seducir. La última vez que lo hizo, logrando el 40% hace 5 años, fue precisamente con Matteo Renzi.