La parálisis política no es un problema que afecte únicamente a España. Las instituciones comunitarias funcionan al ralentí desde hace meses debido a la renovación de la cúpula de la UE, que se ha topado con más contratiempos de los previstos. La nueva Comisión presidida por la alemana Ursula von der Leyen (61 años), con Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea, está en el limbo. Debía tomar posesión este viernes 1 de noviembre, pero su llegada al poder se ha atascado sin fecha. Todavía le faltan los comisarios de Francia, Reino Unido, Hungría y Rumanía.
El presidente saliente, Jean-Claude Juncker (64 años), deberá continuar indefinidamente en funciones pese a sus crecientes problemas de salud. El próximo 11 de noviembre se someterá a una intervención quirúrgica para tratar un aneurisma en el abdomen, según ha confirmado este jueves su portavoz, Mina Andreeva. Durante su ausencia, le sustituirá su vicepresidente primero, Frans Timmermans. La fecha de regreso dependerá de su recuperación, apunta la portavoz. El luxemburgués ya fue operado de urgencia en agosto para la extracción de la vesícula.
"La Comisión Juncker continuará en funciones hasta que la Comisión Von der Leyen sea investida", ha explicado la portavoz. Eso limita considerablemente su margen de maniobra política: no puede plantear nuevas propuestas sino que debe ceñirse a gestionar los "asuntos corrientes". Es decir, los expedientes en marcha que no requieran nuevas iniciativas o decisiones políticas sensibles, los procedimientos de infracción contra los países que incumplen las normas de la UE, los asuntos urgentes o la representación exterior del Ejecutivo comunitario.
El retraso en su toma de posesión ha dejado al descubierto la extrema debilidad política de Von der Leyen, que fue elegida por sorpresa por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el pasado 2 de julio a espaldas de la Eurocámara. De hecho, su nombramiento dinamitó el sistema de los Spitzenkandidaten, ideado por el Parlamento Europeo para aumentar su influencia en la elección del sucesor de Juncker: el nuevo presidente de la Comisión debía ser el candidato de la familia política más votada en las elecciones del 26-M. Sin embargo, Von der Leyen no era candidata y tampoco hizo campaña.
Los eurodiputados todavía no le han perdonado. Aunque en teoría cuenta con el apoyo de una gran coalición formada por populares, socialistas y liberales, la alemana obtuvo un aprobado raspado en el examen del Parlamento el pasado julio: apenas 9 votos de margen. Desde entonces, la Eurocámara ha tumbado a tres de los comisarios designados para el equipo Von der Leyen, a los que ella misma había dado su visto bueno. Los candidatos de Hungría y Rumanía fueron descartados por conflictos de interés irresolubles. La comisaria designada por el presidente francés, Emmanuel Macron, cayó por las dudas sobre su integridad personal.
¿Toma de posesión el 1 de diciembre?
Pese a todos estos reveses, la presidenta electa se ha fijado como objetivo que su equipo pueda tomar posesión el 1 de diciembre, un mes más tarde de lo previsto. Pero el calendario no está en su mano. De momento, Von der Leyen ha dado su visto bueno a los candidatos alternativos presentados por Francia y por Hungría. Macron ha enviado a Bruselas a Thierry Breton (64 años), que fue ministro francés de Economía entre 2005 y 2007, durante la presidencia del conservador Jacques Chirac. En la actualidad dirigía el grupo de servicios informáticos Atos.
La Eurocámara, que culpa personalmente a Macron de haberse cargado a los Spitzenkandidaten, le espera con un cuchillo entre los dientes. "Emmanuel Macron parece no haber aprendido de sus errores con la elección de Thierry Breton. Con este patrón de una empresa que tiene contratos y subvenciones de más de 100 millones de euros con la UE, el riesgo de conflicto de interés es flagrante", ha dicho la copresidenta del grupo de Izquierda Unitaria, Manon Aubry, miembro de la comisión de Asuntos Jurídicos que deberá revisar la declaración de intereses económicos del candidato.
Breton ha hecho saber a través de la prensa francesa que si la Eurocámara le confirma venderá todas sus acciones para evitar cualquier conflicto de interés, como ya hizo cuando fue ministro de Economía. Von der Leyen mantiene para él la cartera que ambicionaba Macron: Mercado Interior e Industria Militar y Espacial. La presidenta electa también ha confirmado al nuevo candidato húngaro, Oliver Varhelyi, que hasta ahora era el embajador de su país ante la UE. Pero no ha aclarado si conservará la cartera de Ampliación que tenía adjudicada Hungría. Tanto Breton como Varhelyi deben todavía ser aprobados por el Parlamento Europeo.
Pero el problema más grave para Von der Leyen está ahora mismo en Rumanía, donde el Gobierno socialista de Viorica Dancila cayó el pasado 10 de octubre víctima de una moción de censura. Pese a estar en funciones, la primera ministra ha intentado esta semana nombrar a un nuevo comisario, pero el presidente del país, el liberal Klaus Iohannis, le ha parado los pies. El resultado de esta guerra política es que Rumanía todavía no tiene candidato para la Comisión a la espera de que se forme un nuevo Gobierno, algo que se espera para la semana que viene.
Por si todo esto fuera poco, la presidenta electa de la Comisión se enfrenta a una dificultad añadida por la prórroga del brexit que la UE acaba de conceder a Boris Johnson hasta el 31 de enero de 2020. Durante estos tres meses extra, Reino Unido seguirá siendo miembro de la Unión de pleno derecho y por tanto está obligado a nombrar a un comisario en el equipo de Von der Leyen. El primer ministro británico siempre ha dicho que nunca lo haría. "Es necesario que Reino Unido cumpla sus obligaciones", reclama Andreeva. Sin embargo, no está claro ni el calendario ni el procedimiento.
Con toda esta incertidumbre, es evidente que la votación de investidura del colegio de Von der Leyen tampoco podrá celebrarse durante el minipleno de la Eurocámara del 11 y 12 de noviembre en Bruselas. La alemana se ha entrevistado este jueves con el presidente del Parlamento Europeo, el socialista italiano David Sassoli, para desbrozar el camino a seguir.
Todavía queda una última oportunidad en el pleno que empieza en Estrasburgo el 25 de noviembre. ¿Podrán completarse todos los trámites a tiempo para el 1 de diciembre? ¿Nombrará Boris a un comisario? ¿Aceptará la Eurocámara a los nuevos candidatos de Francia, Hungría o Rumanía? ¿O volverá a retrasarse la toma de posesión de Von der Leyen hasta el año nuevo?