Bruselas

Mientras en España continúa la incertidumbre sobre la viabilidad de un Gobierno de coalición entre Pedro Sánchez y Podemos, en Bruselas Ursula von der Leyen despeja por fin la vía a su investidura la semana que viene en la Eurocámara. Ha tenido que superar una larga y dolorosa carrera de obstáculos. Designada con nocturnidad por los líderes europeos el 2 de julio, la Eurocámara le dio un aprobado raspado -apenas nueve votos de margen- y luego tumbó a tres comisarios de su equipo en protesta por haber sido marginada en su nombramiento. El primer gran revés de su mandato es que no pudo tomar posesión de su cargo en la fecha prevista del 1 de noviembre: el equipo de Jean-Claude Juncker continúa en funciones.

Con casi un mes de retraso, la presidenta electa de la Comisión parece haber sorteado la mayor parte de los escollos en su camino. Tras muchas dudas, el Parlamento Europeo ha dado el visto bueno a los candidatos alternativos propuestos por Francia, Hungría y Rumanía. El voto final de investidura del colegio (en el que está Josep Borrell como vicepresidente y jefe de la diplomacia de la UE) se ha fijado para el próximo miércoles 27 de noviembre, según ha confirmado este jueves el presidente de la Eurocámara, el socialista italiano David Sassoli.

"Durante los dos últimos meses, el Parlamento Europeo ha desempeñado su papel democrático, examinando en profundidad a los candidatos. Las audiencias han sido detalladas -y a veces difíciles- pero son un mecanismo único y transparente que permite a los diputados comprobar si los comisarios propuestos están preparados para el trabajo que tienen por delante. Hoy hemos completado la evaluación final y estamos listos para votar sobre el colegio de comisarios en pleno la semana próxima", ha dicho Sassoli.

En la votación del miércoles no se esperan sorpresas. A diferencia de la elección de la propia Von der Leyen, que requería una mayoría cualificada, la investidura de su equipo se hace por mayoría simple: la mitad más uno de los votos emitidos. Y en teoría la conservadora alemana dispone del apoyo de una gran coalición entre populares, socialistas y liberales. Por mucho que haya desertores en algunas delegaciones nacionales, es muy improbable que la Eurocámara tumbe a su equipo. Salvo nuevo tropiezo inesperado, la nueva Comisión empezará a trabajar el 1 de diciembre.

Sin embargo, todavía hay un problema no resuelto que provoca dudas sobre la Comisión Von der Leyen: el Gobierno de Boris Johnson no ha enviado ningún comisario británico, pese a que Reino Unido seguirá siendo un Estado miembro de pleno derecho al menos hasta el 31 de enero de 2020. Una de las condiciones que los Veintisiete impusieron a Londres a cambio de la tercera prórroga del brexit es que nombrara a un representante en el nuevo Ejecutivo comunitario.

Pero Johnson la ha incumplido alegando que la normativa británica le impide designar altos cargos internacionales en periodo electoral. El verdadero motivo es que enviar un comisario a Bruselas socavaría su campaña, cuyo principal mensaje es el compromiso de sacar a Reino Unido de la UE ya. Nombrar un representante británico en el equipo de Von der Leyen sería una contradicción insoportable con la materialización del brexit lo antes posible.

Ni Von der Leyen ni los Estados miembros ni la Eurocámara están dispuestos a esperar a las elecciones anticipadas del 12 de diciembre en Reino Unido, ni mucho menos a un brexit el 31 de enero. Por eso se han conjurado para seguir adelante con la investidura pese a las enormes incógnitas legales que suscita: el artículo 17 del Tratado de la UE, en su cuarto apartado, deja claro que la Comisión "estará compuesta por un nacional de cada Estado miembro". Un Ejecutivo comunitario mal formado abre la puerta a todo tipo de impugnaciones, por ejemplo de sus decisiones en materia de competencia.

Una casilla vacía para el comisario británico

¿No hubiera sido mejor esperar?, le han preguntado a Sassoli. "¿Cree usted que somos imprudentes? Yo soy presidente del Parlamento Europeo y me fío de los servicios jurídicos y de sus dictámenes. Y los servicios jurídicos nos han propuesto la buena vía a seguir. Los peligros que usted menciona se han tenido en cuenta pero no tendrán un impacto sobre este procedimiento", sostiene el político socialista italiano.

La solución ideada por los expertos consiste en enviar a la Eurocámara para su aprobación un listado con los representantes de los 28 Estados miembros. Sin embargo, la casilla del comisario británico aparecerá vacía, explican a EL ESPAÑOL fuentes diplomáticas. En el preámbulo de la decisión se resalta que Londres ha incumplido su obligación de enviar un representante al equipo Von der Leyen y que el Ejecutivo comunitario le ha expedientado por esta infracción. Es la vía escogida por Bruselas para cubrirse las espaldas ante cualquier demanda.

"Nadie está al 100% seguro de que vaya a funcionar porque la situación no tiene precedentes", confiesan las fuentes consultadas. Pero los juristas de las tres instituciones le han dado su visto bueno a este atajo legal.

Ocurra lo que ocurra con Reino Unido, el retraso en su toma de posesión ha dejado al descubierto la extrema debilidad política de Von der Leyen. Muchos eurodiputados de su propia familia política desconfían de ella por considerar que ha hecho demasiadas concesiones a la izquierda para tratar de ganarse su apoyo. La última, el cambio de nombre de una de las vicepresidencias, que ya no será PROTEGER el estilo de vida europeo (que se había interpretado como un rechazo a la inmigración) sino PROMOVER el estilo de vida europeo.

Al mismo tiempo, los socialistas todavía se lamen las heridas por haber salido perdiendo en el reparto de altos cargos de la UE y están muy divididos sobre la figura de Von der Leyen. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, referente de los liberales europeos, no le perdona que dejara caer a su candidata inicial a comisaria, Sylvie Goulard, tumbada por la Eurocámara por dudas sobre su integridad personal

Estas fisuras en la gran coalición ponen de relieve que la presidenta designada de la Comisión va a tener grandes dificultades para sacar adelante en la Eurocámara sus iniciativas políticas, empezando por la más inminente: un Pacto Verde Europeo que  ha prometido presentar en sus 100 primeros días en el cargo. A Ursula von der Leyen le espera un mandato muy movido.

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