"Lo siento. Os echaremos de menos. Gracias por vuestra valentía. Gracias por haber estado a nuestro lado". Con estas palabras de despedida se ha dirigido este miércoles Ursula von der Leyen durante el pleno en Estrasburgo a los eurodiputados británicos que eran partidarios de quedarse en la Unión Europea y que a partir de febrero ya no volverán debido al adiós de Reino Unido. Unas declaraciones aplaudidas por el resto de la Eurocámara, salvo por los los partidarios del brexit, que las han recibido con gritos. "Nunca echaremos de menos a los que gritan", ha dicho la presidenta de la Comisión.
Tras la aplastante victoria de los conservadores británicos de Boris Johnson en las elecciones de la semana pasada, la hipótesis de trabajo de Bruselas es que la Cámara de los Comunes ratificará el acuerdo de divorcio en los próximos días y que Reino Unido se marchará de forma ordenada el 31 de enero de 2020. Pero Von der Leyen avisa de que todavía hay una nueva fecha de riesgo del brexit: el 31 de diciembre de 2020.
Ese día concluirá el periodo de transición pactado entre Bruselas y Londres para preparar un aterrizaje suave y negociar el acuerdo comercial que regirá las relaciones futuras entre las dos partes. El Acuerdo de Retirada prevé la posibilidad de ampliar la transición hasta dos años más por mutuo acuerdo. Pero Boris Johnson quiere cortar todas las amarras con la UE lo antes posible y ha anunciado que prohibirá por ley cualquier nueva prórroga más allá de diciembre de 2020.
"El calendario que tenemos por delante es extremadamente desafiante. Acabará en diciembre de 2020. Nos deja muy poco tiempo. Si no podemos concluir un acuerdo para finales de 2020, nos encontraremos de nuevo en una situación al borde del precipicio", ha dicho Von der Leyen a los eurodiputados. Los últimos acuerdos comerciales concluidos por la UE han tardado 5 años en el caso de Japón, 7 en el de Canadá o 20 en el del pacto con Mercosur.
Sin pacto comercial, las relaciones entre la UE y Reino Unido revertirían en 2021 a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, mucho más restrictivas y que implicarían la imposición de aranceles. "Y esto dañará claramente nuestros intereses, pero tendrá un impacto mayor en Reino Unido que en nosotros, ya que la UE seguirá beneficiándose de su mercado interior, de su unión aduanera y de los700 acuerdos comerciales que hemos firmado con nuestros socios", sostiene la nueva presidenta de la Comisión.
En cualquier caso, Von der Leyen ha asegurado que este escenario tampoco interesa a la UE. "Organizaremos las negociaciones para aprovechar al máximo el escaso tiempo. El 1 de febrero estaremos preparados para proponer un mandato negociador", ha anunciado. El negociador europeo seguirá siendo el conservador francés Michel Barnier.
"Reino Unido se convertirá en un país tercero pero al final espero, por el bien de ciudadanos europeos y británicos, que tengamos una asociación sin precedentes. Esto no es el final de algo, es el principio de nuevas relaciones entre vecinos. Espero que nos convirtamos en buenos vecinos de nuestros amigos británicos", ha dicho la presidenta de la Comisión.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que ha comparecido por primera vez en la Eurocámara, sostiene que la UE afronta la siguiente fase de las negociaciones "con serenidad y calma". La prioridad será mantener la "unidad" entre los Veintisiete que contra todo pronóstico se ha construido en los últimos tres años. Michel ha insistido en que la cooperación con Reino Unido no puede limitarse al ámbito comercial sino que debe abarcar también seguridad y defensa.