Un ambiente de funeral ha sobrevolado este miércoles el Parlamento Europeo. Lágrimas, banderas europeas, caras largas, mucha tristeza y nostalgia anticipada en la despedida que han organizado por la mañana los grupos socialista y liberal a sus colegas británicos, que pierden el trabajo el próximo viernes a medianoche, cuando Reino Unido abandone definitivamente la UE.
"No es un adiós, es un hasta la vista", rezaba el lema de los socialistas. "Con el tiempo, cuando las promesas de la campaña del brexit no se materialicen, cuando se vea que el brexit no funciona, quizá haya una oportunidad de que volvamos", soñó en voz alta el eurodiputado laborista Richard Corbett, justo antes de que empezara a sonar el Himno de la Alegría.
Por la tarde, más despedidas durante el debate en el pleno sobre el Acuerdo de Retirada, que fija los términos del divorcio. "Quiero rendir tributo a nuestros colegas británicos, al menos a la gran mayoría. Han traído ingenio, carisma, inteligencia, a veces también cabezonería a esta Casa. Creo que puedo decir en nombre de todos los grupos: os echaremos de menos en el futuro", ha dicho el ponente del divorcio, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt.
"Seamos claros desde el principio. El voto de hoy no es una votación a favor o en contra del brexit, sino a favor de un brexit ordenado frente a un brexit salvaje. Si pudiéramos frenar el brexit votando hoy que no, sería el primero en recomendarlo, pero eso no es posible. Es triste ver a una gran nación marcharse", ha lamentado Verhofstadt.
"Sólo en la agonía de la despedida nos fijamos en las profundidades del amor. Siempre os querremos y nunca estaremos lejos. Larga vida a Europa", ha dicho Ursula von der Leyen, citando a la escritora británica George Eliot. La presidenta de la Comisión ha apostado por "unir fuerzas" y "forjar una asociación cercana" con Londres tras el brexit.
Farage se alegra
Al mismo tiempo, Von der Leyen ha avisado al Gobierno de Boris Johnson de que el futuro acuerdo de libre comercio dependerá de que no rebaje los estándares sociales y medioambientales. "No expondremos a nuestras empresas a una competencia injusta", ha resaltado.
La nota discordante la ha puesto por última vez el líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, que se ha felicitado porque a su juicio el 31 de enero "es el punto de no retorno: una vez que nos vayamos nunca vamos a volver". "Ya no habrá contribuciones financieras, ni Tribunal de Justicia de la UE, ni política pesquera común, ni nos van a despreciar o a intimidar", ha gritado.
Farage espera que el adiós de Reino Unido sea "el principio del fin" de la Unión Europea. "Es un mal proyecto, es antidemocrático", ha sostenido. Tras su intervención, los eurodiputados del Partido del Brexit se han levantado de sus escaños y han agitado banderitas británicas. Cuando la presidencia de la Eurocámara les ha llamado la atención, se han levantado y han salido del hemiciclo sin esperar al fin del debate.
El momento más emotivo del debate lo protagonizaba la eurodiputada verde británica Molly Scott Cato. "No es el momento de hacer campaña para volver, pero debemos mantener el sueño vivo. Especialmente para los jóvenes, que son abrumadoramente proeuropeos. Tengo en mi corazón la certeza de que un día estaré de vuelta en esta Cámara celebrando nuestro retorno al corazón de Europa", ha dicho sin poder contener las lágrimas. Sus compañeros de grupo, muchos también llorando, se han acercado a abrazarla y le han ovacionado.
También la jefa de los laboristas en la Eurocámara, Theresa Griffin, ha tenido muchos problemas para acabar su discurso. "Continuo creyendo que Reino Unido estaría mejor como miembro de la Unión Europea. Por nuestros jóvenes y por las generaciones futuras, mantengamos la fe en que un día podamos volver", ha pedido con la voz entrecortada.
"Sinceramente, quiero desearle a Reino Unido lo mejor", ha concluido el negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier. Al final del debate, el Acuerdo de Retirada firmado entre la UE y el Gobierno de Boris Johnson ha sido ratificado por la Eurocámara por 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones. La votación histórica se ha producido a las 18:35 del miércoles 29 de enero. Justo después, los eurodiputados han cantado juntos el himno escocés Auld Lang Syne: La hora del adiós.
Cuenta atrás al 31 de enero
Tras el visto bueno de la Eurocámara, el último paso que queda es la aprobación final por parte de los Estados miembros, lo que sucederá probablemente este jueves por procedimiento escrito. El divorcio entre la Unión Europea y Reino Unido se consumará finalmente este viernes a medianoche (23:00 horas en Londres).
El Acuerdo de Retirada garantiza el derecho a quedarse de por vida a los ciudadanos europeos que residen en Reino Unido; impone a Londres una factura de salida de 45.000 millones de euros; y prevé un estatus especial para Irlanda del Norte con el fin de evitar una frontera dura en la isla de Irlanda. Además, incluye un protocolo sobre Gibraltar cuyo objetivo es impulsar la cooperación entre Reino Unido y España.
El pacto de divorcio prevé también una transición de 11 meses. Un periodo que comenzará el sábado 1 de febrero cuyo objetivo es facilitar el aterrizaje suave de ciudadanos y empresas y permitir la negociación del nuevo acuerdo comercial entre Bruselas y Londres.
Durante la transición, nada cambia: Reino Unido sigue en el mercado interior y la unión aduanera. La única diferencia es que ya no tendrá representantes ni en la Eurocámara ni en los Consejos de ministros, por lo que no participará en la toma de decisiones.
La transición concluirá el próximo 31 de diciembre y Johnson ha prometido que no habrá más prórrogas. Si para entonces no se ha cerrado ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido, el riesgo vuelve a ser una salida caótica con fuerte impacto económico en 2021.