El Kremlin de Vladimir Putin está explotando la pandemia del coronavirus para ganar posiciones en su guerra informativa contra las democracias occidentales. Eso es lo que denuncia la Unión Europea, que acusa a Rusia de difundir bulos sobre el covid-19 en redes sociales con el objetivo de sembrar el pánico entre los ciudadanos comunitarios y la desconfianza en las autoridades públicas.
Por un lado, los medios pro-Kremlin presentan al coronavirus como un instrumento del imperialismo occidental, un arma biológica estadounidense contra China. Al mismo tiempo, las falsas noticias procedentes de Moscú sostienen que los Gobiernos europeos están exagerando la amenaza de la pandemia.
Otras teorías de la conspiración alentadas desde Rusia aseguran que el papa Francisco sufre coronavirus o que Ucrania ya ha desarrollado su propia vacuna, según ha alertado el equipo de la UE contra la desinformación, que depende del jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
"Con el inicio de la expansión del coronavirus, hemos detectado un aumento de la circulación de noticias engañosas, desinformación, mentiras e informaciones erróneas que tienen su origen fuera de la Unión Europea, en particular en Rusia o en fuentes basadas en Rusia o ligadas a medios pro-Kremlin", ha dicho el portavoz de Borrel, Peter Stano.
Bruselas acusa a los responsables de esta proliferación de fake news de "sembrar pánico y desconfianza" y "jugar con la vida de las personas". La UE está trabajando con el resto de socios del G-7 y con la OTAN para desmontar y contrarrestar las mentiras del Kremlin y "evitar que la actual situación sea aprovechada por actores con muy malas intenciones", ha resaltado el portavoz.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo comunitario presiona a las plataformas digitales para que intensifiquen la lucha contra la desinformación. En concreto, les pide que degraden o borren estos contenidos que buscan manipular o crear confusión y que den más prominencia a la información procedente de fuentes fiables como la Organización Mundial de la Salud o los Gobiernos nacionales.
La vicepresidenta de la Comisión, Vera Jourova, se reunió hace dos semanas con representantes de Facebook, Twitter o Google y ya abordó con ellos el auge de información falsa sobre el coronavirus, que considera "muy preocupante". Y volverá a ponerse en contacto con ellos "muy pronto" para seguir insistiendo.
Subvertir las sociedades europeas desde dentro
El Gobierno ruso, como no podía ser de otra manera, niega las acusaciones. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dice que la denuncia de Bruselas "no tiene fundamento" y va "más allá del sentido común".
"No han presentado ni una prueba, ni un ejemplo de lo que hablan. Dadas las actuales circunstancias, cabría esperar que las obsesiones rusófobas de Occidente disminuyeran, pero claramente eso no está ocurriendo", ha dicho Peskov este miércoles.
Según un informe confidencial de los servicios de Borrell publicado por el Financial Times, los bulos de Rusia dirigidos a Italia tienen como objetivo aumentar el miedo sobre la capacidad de las autoridades nacionales e internacionales para gestionar la pandemia. Por su parte, los mensajes en español "fomentan las historias apocalípticas, culpan a los capitalistas de intentar beneficiarse del virus y enfatizan lo bien que Rusia y Putin están afrontando el brote".
"El objetivo general de la desinformación del Kremlin es agravar la crisis de salud pública en los países occidentales, en particular socavando la confianza pública en los sistemas sanitarios nacionales e impidiendo así una respuesta eficaz al brote", señala el informe.
"La campaña está diseñada para exacerbar la confusión, el pánico y el miedo y evitar que la gente acceda a información fiable sobre el virus y las normas de seguridad pública", sostiene el departamento que dirige Borrell. "Estos esfuerzos están en línea con la estrategia más amplia del Kremlin de intentar subvertir las sociedades europeas desde dentro explotando sus vulnerabilidades y divisiones", concluye el estudio.