El Vaticano se está teniendo que adaptar, a la fuerza, a una nueva vida marcada por el coronavirus. Al igual que muchísimos países del mundo, el Estado más pequeño del planeta y su líder, el Papa Francisco, están tomando medidas para impedir que el Covid-19 tenga consecuencias dentro la muralla leonina: audiencias generales, Ángelus y misas por streaming; y teletrabajo para la gran mayoría de sus funcionarios.
A la vista de un nuevo caso positivo cercano al pontífice, la Santa Sede ha empezado a hacer tests por doquier y a desinfectar, sobre todo, la residencia del Papa Francisco.
La Ciudad del Vaticano cuenta ya con su quinto contagiado por coronavirus. Pero según se ha podido aprender de los principales medios de comunicación italianos, un alto cargo de la Secretaría de Estado del Vaticano –equivalente al Ministerio de Exteriores de la Santa Sede– está ingresado en Roma por Covid-19.
La cuestión es que el prelado en cuestión vive habitualmente en Santa Marta, en la misma residencia en la que reside el Papa. Se están realizando tests y desinfecciones por doquier dentro y fuera de la residencia de Santa Marta. El pontífice, al igual que su más fieles colaboradores, también se sometió al test; aunque por el momento habrá que esperar a las próximas horas para disponer de los resultados. Otros funcionarios de la Santa Sede ya están en aislamiento.
El Papa come solo
En aras de estar lo más protegido posible, Jorge Mario Bergoglio transcurre sus días lo más aislado posible dentro de la residencia de Santa Marta. Tal como apunta, por ejemplo, el conocido diario italiano La Repubblica, "el Santo Padre come solo, ha anulado todos las citas públicas y ve, con las debidas precauciones, sólo algunos colaboradores".
Algunos encuentros ineludibles se están realizando en el Palacio Apostólico, ya que hay más espacio y donde, por tanto, es más fácil garantizar las medidas necesarias tanto para la seguridad del obispo de Roma como para los demás. Igualmente, según apunta Corriere della Sera, el Papa Francisco no quiere renunciar a estrechar algunas manos, por ello "sus secretarios disponen siempre de geles desinfectantes".
Queda anulado su próximo viaje a Malta en junio y no hay ninguno otro programado para el resto del año 2020.
"Misericordia para la humanidad"
"En este momento queremos implorar la misericordia para la humanidad, duramente afectada por la pandemia del coronavirus", dijo estos días el Papa Francisco en la Audencia General que celebra todas las semanas, pero esta vez desde la biblioteca del Palacio Apostólico.
Teniendo en cuenta la repercusión y el interés que despiertan siempre las palabras del pontífice por todo el mundo, y especialmente en Roma; una de las prioridades de la Santa Sede ha sido, desde el comienzo de la alerta sanitaria, evitar las aglomeraciones en la Plaza de San Pedro. Por eso el Papa Francisco, desde hace semanas, está celebrando las Audiencias Generales de los miércoles y los Ángelus de los domingos a través de conexiones en streaming que se pueden seguir públicamente a través de internet.
Desde hace unos días, también es posible asistir telemáticamente a la misa que todas las mañanas el Santo Padre celebra precisamente desde Santa Marta. Cambio de planes también para la inminente Semana Santa, ya que Jorge Mario Bergoglio no celebrará ninguna procesión.
La gran mayoría de las oficinas vaticanas están ya teletrabajando. Hace tres semanas la Santa Sede tomó las primeras medidas de seguridad a raíz del Covid-19, cuando las autoridades vaticanas tuvieron noticia del primer positivo en su territorio, echando así el cierre a todos los ambulatorios y dejando en funcionamiento sólo el sistema de urgencias.
Muchos historiadores también tuvieron que marcharse debido al cierre de los Archivos de la Secretaría de Estado, precisamente a los pocos días de abrir, por primera vez, los documentos clasificados del pontificado de Pío XII.
Hoy viernes, al igual que en las últimas ocasiones, el Papa Francisco protagonizará a las 18:00 horas un momento de oración ante una Plaza de San Pedro completamente vacía donde los fieles estarán invitados a rezar en estos momentos difíciles. Hace 10 días, Jorge Mario Bergoglio pidió "el fin de la pandemia", desde la iglesia de San Marcelo en la conocida avenida romana de Via Del Corso, donde solicitó ayuda para los enfermos, sus familias, sus amigos y el personal médico.
La visita al templo de San Marcelo en Corso tuvo mucho de simbólico, ya que en él se encuentra el Cristo que en 1522 fue llevado en procesión por las calles de Roma para acabar con la gran peste durante el siglo XVI. Ese mismo crucifijo, hoy, estará en la Plaza de San Pedro.
Por primera vez en siglo y medio, el Osservatore Romano, el diario oficial de la Santa Sede, ayer jueves se ha dejado de imprimir en papel y estará disponible sólo en su versión digital. La tipografía encargada de la conocida publicación vaticana imprimirá sólo una decena de copias, que estarán destinadas al pontífice y a los archivos del Vaticano. "Se trata de una decisión muy sufrida pero necesaria", explica Andrea Monda, director del Osservatore Romano. La última vez que ocurrió algo así fue en 1870, cuando Roma estaba a punto de caer como territorio papal, justo antes de convertirse en la capital de Italia.