Tras la ola de indignación general que han provocado sus declaraciones en las que culpaba a España o Italia de no haber aprovechado los años de bonanza económica para poner en orden sus cuentas públicas y poder afrontar ahora con garantías la crisis del coronavirus, el ministro de Finanzas holandés, el democristiano Wopke Hoekstra, entona un amago de mea culpa.
Admite que se ha equivocado en las formas, que ha sido insensible con la situación de emergencia que se vive en Madrid o Milán. Pero no anuncia ningún cambio de posición de fondo: Países Bajos se seguirá oponiendo a los 'coronabonos' que reclaman Pedro Sánchez y Giuseppe Conte para afrontar de forma conjunta en la UE los costes de la pandemia.
"No he mostrado suficiente empatía", ha confesado Hoekstra este martes en una entrevista con la cadena de televisión holandesa RTL. "Si provocas una tormenta tan grande como esta, entonces es que aparentemente no lo has hecho bien. Se ha entendido muy bien lo que no queremos, pero no lo que queremos. Lo tendría que haber hecho mejor", asegura el ministro de Finanzas holandés.
"Nuestra posición sobre los 'coronabonos' ha quedado clara, pero nuestra posición sobre la solidaridad no. No he mostrado suficiente empatía en mi mensaje. Pero nosotros somos partidarios de la solidaridad, de forma razonable y sensible", insiste Hoekstra.
¿Qué tipo de ayuda ofrece entonces Países Bajos a España o Italia? El ministro de Finanzas ha eludido responder claramente a esta cuestión. "Esta es en primer lugar una crisis sanitaria. Estoy hablando constantemente con mis colegas. A nosotros nos interesa también una Unión Europea fuerte", se ha limitado a apuntar.
Fractura entre el Norte y el Sur de Europa
La posición inflexible de Hoekstra y de su primer ministro, Mark Rutte, ha recibido críticas incluso de algunos de los socios del Gobierno de coalición holandés. El partido Unión Cristiana, de tendencia progresista, ha pedido un Plan Marshall para el Sur de Europa.
Por su parte, los liberales del D66 acusan al ministro de Finanzas de provocar un "gran desastre diplomático" con sus declaraciones. Incluso el gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, tradicionalmente de línea dura, pide ahora flexibilidad para ayudar a Italia y España.
Descartada la opción de los 'coronabonos' por el veto de Países Bajos y Alemania, el Eurogrupo trabaja ahora en la posible activación del fondo de rescate de la UE (MEDE) para ayudar a España e Italia con líneas de crédito. Pero también aquí, Hoekstra mantiene la posición más dura: el MEDE debe ser un último recurso y los países que lo soliciten deben someterse a un plan de ajuste con supervisión de la troika, algo que rechazan tanto Madrid como Roma. El presidente del Eurogrupo ha convocado una nueva reunión el 7 de abril para tratar de acercar posturas.
La emergencia del coronavirus ha reabierto las viejas heridas entre los países del Norte y del Sur que ya se manifestaron con crudeza durante la crisis del euro entre 2010 y 2012 y que de nuevo amenazan con hacer estallar la moneda única. El primer ministro portugués, António Costa, fue el primero en tachar de "repugnantes" las declaraciones de Hoekstra sobre España e Italia.
"Ese discurso es repugnante en el marco de la Unión Europea. Y la expresión adecuada es esta: repugnante", dijo Costa durante la rueda de prensa posterior a la videocumbre celebrada la semana pasada. "Es el momento de que todo el mundo comprenda que no ha sido España la que creó el virus, ni ha sido España la que importó el virus. El virus, desgraciadamente, nos golpea a todos por igual", resaltó.
Hemos chocado contra un iceberg
A su juicio, este discurso de Países Bajos que culpa a España, Italia y los países del sur de no estar preparados para hacer frente al coronavirus "es de una absoluta inconsciencia y una mezquindad recurrente que mina el espíritu de la UE y es una amenaza al futuro de la Unión". "Si la UE quiere sobrevivir, es inaceptable que un responsable político, sea del país que sea, dé respuestas de este tipo ante una pandemia como la que estamos sufriendo", insiste Costa.
También la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, interpeló directamente a Hoekstra a través de Twitter. "Estamos juntos en el mismo barco europeo. Hemos chocado contra un iceberg. Ahora todos corremos los mismos riesgos. No hay tiempo para discusiones sobre supuestos pasajeros de primera o segunda clase. No es momento de defraudar a nuestros ciudadanos", le escribió el pasado viernes.
"Estamos en el 2020, no en 2008. La pandemia nos afecta a TODOS. Para todas nuestras economías. No es el fallo de un sector o de una área geográfica. Lo urgente ahora es luchar contra el Covid-19, mientras mantenemos vivo TODO el empleo y la capacidad productiva. Requerirá gasto público masivo por parte de TODOS los Estados Miembros. Así es que, por favor, vamos a usar todos nuestros dedos para preparar un plan europeo responsable para enfrentar esta crisis sin precedentes", alegaba la ministra de Exteriores.
El ministro holandés de Finanzas nunca respondió a este hilo.
Su homólogo francés, Bruno Le Maire, ha vuelto a repetir este martes que la UE se encuentra "en un momento crítico" debido a la falta de solidaridad que se ha visto hasta ahora en la respuesta a la crisis del coronavirus. "O bien Europa vuelve a encontrar su sentido político y sale reforzada. O bien olvida su vocación y desaparecerá", ha avisado.