Con una semana de retraso en los plazos previstos por la presión de las capitales, Bruselas ha presentado su estrategia de desconfinamiento de la UE. Una hoja de ruta cuyo objetivo es guiar el levantamiento progresivo de las medidas adoptadas por todos los Estados miembros para frenar la expansión del coronavirus. Se trata de evitar que se repita el caos, la descoordinación y la falta de solidaridad vividos durante la fase inicial de la pandemia, que han puesto a prueba las costuras de la Unión.
Sin embargo, el plan elaborado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, llega tarde. Austria, Dinamarca y República Checa han iniciado por su cuenta la fase de desescalada, sin esperar a las instrucciones de Bruselas y con medidas diferentes e incluso contradictorias: mientras el Gobierno danés empieza por guarderías y escuelas, Viena deja esta etapa para el final. Al fin y al cabo, el Ejecutivo comunitario no tiene competencias en materia sanitaria. Su hoja de ruta es una simple recomendación, sin valor vinculante.
Pese a ello, Von der Leyen ha insistido en que los Estados miembros, en particular los vecinos, deben compartir información y coordinarse. "Una falta de coordinación a la hora de levantar las medidas restrictivas podría tener efectos negativos para todos los Estados miembros y crearía fricciones políticas", sostiene la Comisión.
Entre los riesgos de una estrategia de salida caótica, Bruselas teme en particular posibles rebrotes en territorios donde el virus esté ya controlado o un cierre definitivo de fronteras en el espacio Schengen. Por eso, el Ejecutivo comunitario pide a los Gobiernos que a partir de ahora notifiquen al resto de socios las medidas antes de anunciarlas y tengan en cuenta las opiniones de los vecinos.
Para la jefa de los socialistas europeos en la Eurocámara, Iratxe García, la hoja de ruta que plantea Von der Leyen es insuficiente: le falta un calendario concreto para las diferente fases de desescalada y un protocolo común y claro. También echa de menos una estrategia detallada para levantar los controles fronterizos y reiniciar de forma coordinada la actividad económica. Y pide estar alerta ante el uso de aplicaciones de seguimiento en los móviles. "Esto no es China y la crisis no debe socavar nuestros derechos fundamentales", ha avisado.
La presidenta de la Comisión resalta que la publicación de esta hoja de ruta no debe interpretarse como una señal de que las medidas de confinamiento pueden levantarse ya en todos los Estados miembros. No existe una estrategia de talla única que sirva para todos, sino que se necesita un enfoque a medida de la situación epidemiológica en cada país.
¿Cuándo iniciar la desescalada?
La decisión más delicada es determinar en cada país cuál es el momento de iniciar la desescalada del confinamiento. Bruselas recomienda tener en cuenta tres criterios básicos.
1) Criterios epidemiológicos. El fin de las medidas de aislamiento sólo debe iniciarse cuando la propagación del virus haya disminuido considerablemente y se haya estabilizado durante un largo periodo de tiempo. Esto puede medirse, por ejemplo, con una reducción sostenida del número de nuevas infecciones, hospitalizaciones y pacientes en cuidados intensivos.
2) Capacidad suficiente del sistema sanitario. Este criterio es esencial para garantizar que los diferentes sistemas sanitarios nacionales serán capaces de hacer frente a un incremento de casos de Covid-19 tras el levantamiento de las medidas, pero también podrán atender a otros pacientes como los crónicos o los muy graves. Se mide en tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos, número de camas hospitalarias, acceso a fármacos necesarios en las UCI o disponibilidad de personal.
3) Capacidad adecuada de seguimiento, incluida la capacidad de realizar pruebas a gran escala -fuera de los hospitales- para detectar y aislar rápidamente a las personas infectadas y controlar en tiempo real cualquier rebrote. En este sentido, Bruselas aconseja un sistema sólido de información y trazabilidad de los contactos, con el uso de aplicaciones de seguimiento móvil "que respeten plenamente la privacidad de los datos".
Los 8 consejos de la Comisión
1) El desconfinamiento debe ser gradual. Las medidas restrictivas deben levantarse por fases y debe dejarse pasar suficiente tiempo entre una etapa y la siguiente (por ejemplo, un mes) para poder medir los efectos.
2) Sustituir las medidas generales por otras más selectivas.
A) Los grupos más vulnerables, en particular personas mayores y enfermos crónicos, deben ser protegidos durante más tiempo: tendrán que mantenerse medidas específicas para ellos al tiempo que se levantan las restricciones para otros grupos.
B) Las personas diagnosticadas o con síntomas leves tendrá que permanecer en cuarentena, como se hizo al inicio de la pandemia: así se rompen las cadenas de transmisión y se limita la expansión del virus.
C) Las prohibiciones generales deben reemplazarse por el refuerzo de las medidas de seguridad con el fin de facilitar el retorno gradual de la actividad económica: por ejemplo desinfecciones frecuentes de transportes y lugares de trabajo y más protección para los trabajadores.
D) Los estados de alarma declarados por muchos países deben dejar paso a intervenciones más selectivas por parte de los Gobiernos, un mensaje dirigido en particular a la Hungría de Viktor Orbán.
3) Levantar primero las medidas con impacto local, las que afectan de forma más directa a la vida cotidiana de las personas, por ejemplo permitir salir a hacer deporte o a pasear a los niños. Esto permite ajustar las medidas a las condiciones locales y reimponer cordones sanitarios restringidos si se registra un gran número de casos nuevos.
4) Una reapertura gradual de las fronteras (pero no a corto plazo). Las restricciones de viaje y los controles fronterizos "deben flexibilizarse en primer lugar entre áreas con una circulación del virus similarmente baja". Es decir, Bruselas avala en la práctica que el cierre continúe hasta que se dé una convergencia epidemiológica entre los Estados miembros. Cuando la situación sanitaria lo permita, la Comisión presentará un plan más detallado sobre cómo restablecer los servicios de transportes, la conectividad y el libre movimiento de cara a las vacaciones de verano. La reapertura de las fronteras exteriores de la UE se produciría en una segunda fase, teniendo en cuenta la extensión del virus en países terceros.
5) El reinicio de la actividad económica debe ser gradual. Para preservar la seguridad, no toda la gente debe volver a su puesto de trabajo al mismo tiempo. En una primera etapa, debe darse prioridad a los grupos que corren menos peligro y a los sectores esenciales como el transporte. Pero deben seguir fomentándose modelos como el teletrabajo o más turnos de trabajo con menos trabajadores cada uno.
6) Las reuniones de personas deben permitirse progresivamente, aunque con muchos más controles y atendiendo a las especificidades de las distintas categorías de actividades. A) Escuelas y universidades, con medidas específicas como diferentes horas de almuerzo, más limpieza, clases más pequeñas y más peso del aprendizaje a distancia. B) Comercios, con un número máximo de personas autorizadas. C) Restaurantes y cafeterías, también con número máximo de clientes y horarios restringidos. D) Concentraciones masivas, como festivales o conciertos, que irían en último lugar.
7) Deben mantenerse los esfuerzos para prevenir la expansión del virus, con campañas de sensibilización para animar a la población a mantener las prácticas de higiene y el distanciamiento social. En este contexto, la Comisión admite que el uso de mascarillas puede considerarse en particular para visitar espacios cerrados y concurridos, como tiendas, centros comerciales y el transporte público.
8) Los Gobiernos deben estar preparados para reintroducir el confinamiento, si se registra un aumento excesivo en las tasas de infección. La decisión sobre si es necesario volver a las medidas restrictivas y cuándo debe basarse en un plan formal, utilizando criterios explícitos.