Josep Borrell, trabajando este miércoles en su despacho en la sede de la Comisión en Bruselas

Josep Borrell, trabajando este miércoles en su despacho en la sede de la Comisión en Bruselas Lukasz Kobus/CE

Europa

El nuevo orden mundial según Borrell: así lo cambia todo la crisis del coronavirus

El jefe de la diplomacia comunitaria cree que la UE podría aprovechar el vacío de poder que deja Trump si consigue resolver sus problemas internos.

8 mayo, 2020 03:10
Bruselas

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"Las consecuencias del coronavirus han acabado de desequilibrar un mundo que reposaba básicamente sobre el liderazgo americano, después de la desaparición del duopolio americano-soviético. A un orden bipolar le ha sucedido un desorden multipolar", relata el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell (Pobla de Segur, 73 años), en un encuentro virtual con los corresponsales españoles en Bruselas.

La Unión Europea podría ocupar el vacío de poder que han dejado los Estados Unidos de Donald Trump en medio de la "tormenta perfecta", pero para ello debe resolver antes sus problemas internos que amenazan con reeditar la crisis del euro, avisa Borrell. Pese a las restricciones del Covid-19, el exministro de Exteriores va a trabajar cada día a su despacho en la sede del Ejecutivo comunitario en Bruselas y está deseando reiniciar los viajes y la diplomacia "cuerpo a cuerpo" tras dos meses de parón.

El choque entre Trump y China

"El factor dominante dentro de este escenario entrópico es la creciente rivalidad entre EEUU y China, que la epidemia no ha disminuido sino que ha exacerbado. En otros momentos, frente a otras epidemias, había habido una colaboración entre EEUU y China por encima de sus antagonismos latentes, pero ahora está claro que no va a seguir así: no ha habido colaboración".

"También estamos asistiendo a un juego de culpas, de invectivas mutuas sobre quién es el responsable, una serie de acusaciones recíprocas sobre el origen del virus. Ambas potencias están desplegando la batalla de las narrativas, que está alcanzando en estos momentos una intensidad muy fuerte; y también una diplomacia de la generosidad basada en las actuaciones que cada país hace sobre el coronavirus, en la ayuda a los demás y en su propia capacidad interna para hacerle frente".

"Por supuesto que habría que conocer al máximo el origen de esta epidemia. Ayudaría a prevenir episodios como este y todo el mundo tiene interés en saberlo. La UE está preparando una resolución para la asamblea general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del próximo día 18. Algunos Gobiernos ya se han pronunciado a favor de abrir una investigación, como los de Suecia o Alemania. Pero lo que la UE no debería hacer es participar en el juego de culpas y reproches mutuos entre China y EEUU".

La renuncia de EEUU al liderazgo mundial

"Los Estados Unidos no han ejercido el rol que había sido el suyo desde finales del siglo pasado. Ese liderazgo mundial, que ya era cada vez más reticente, se ha debilitado en esta crisis por voluntad propia. Es evidente que su participación en las reuniones internacionales ha sido escasa y en Naciones Unidas el Consejo de Seguridad está paralizado. El Consejo de Seguridad no ha sido capaz de tomar ninguna resolución sobre el coronavirus".

La oportunidad de la UE

"En Europa tenemos la segunda gran crisis del euro. Lo que está pasando ahora tiene mucho de lo que vivimos en la primera. Estamos discutiendo de nuevo cómo organizar la solidaridad entre los Estados miembros. Otra vez han vuelto las fronteras y los dos pilares de la Unión, que son Schengen y el euro, vuelven a estar enfrentados a dificultades prácticas".

"Y sin embargo, para Europa hay una oportunidad. Porque en ese nuevo orden mundial que habrá que construir, por encima de un cierto desorden, Europa puede tener un  papel. ¿Cuál será? Dependerá primero de su unidad interna. No se puede ser fuerte fuera si no eres fuerte dentro".

"Es un momento en el que la UE debería extraer lecciones. Esas lecciones, en mi opinión, pasan por una mayor integración. Hay que hacer frente a las tendencias centrífugas. Ya las había: el brexit fue su máxima expresión. Hay que reconocer que la primera respuesta a la crisis fue nacional. Es lógico y explicable que sea así porque las competencias en materia de salud son de los Estados miembros. Los Estados miembros reaccionaron cada uno de acuerdo con su situación e intereses. La propia presidenta de la Comisión ha pedido disculpas en el Parlamento Europeo por la falta de colaboración inicial de algunos países con Italia".

"Eso se ha superado: ahora estamos en una fase de mayor convergencia y coordinación. Pero la crisis demuestra que la salud debería tener también una dimensión europea, debiera haber competencias más centralizadas. A partir de ahora, la salud debe ser algo en lo que Europa debe tener competencias para actuar. Se ha convertido en un problema de seguridad, un riesgo nuevo que es el riesgo de una pandemia. La UE tiene que ir algo más lejos que la creación de stocks de seguridad de material crítico".

El fallo de Alemania contra el BCE

"La decisión del Tribunal Constitucional de Alemania que cuestiona la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE) es una sentencia cuya gravedad no se puede ocultar. Cuestiona el principio hasta ahora aceptado de que en el ordenamiento jurídico europeo existe una cadena de mando, una serie de instancias de decisión, que culminan en el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Si un Tribunal Constitucional dice claramente que las sentencias del TJUE no son aplicables en Alemania, otros países podrían hacer lo mismo. Estamos en un momento de desestructuración del orden jurídico europeo".

"La sentencia tiene implicaciones importantes sobre la capacidad de actuación del BCE. El concepto de proporcionalidad (que esgrime el Constitucional alemán) de alguna manera se contradice con el Whatever it takes (la promesa del expresidente del BCE, Mario Draghi, de hacer todo lo que sea necesario). Esa frase mágica salvó al euro en determinado momento y los mercados tienen que saber si el BCE es una instancia independiente que actúa dentro de su mandato sin límites o estamos ante un escenario diferente".

El impacto en el populismo y el nacionalismo

"¿Va a haber un auge de los nacionalismos y los populismos? Pues depende. Yo de entrada creo que el populismo y la agenda populista van a ser uno de los perdedores de esta crisis. Va a haber un resurgir de la confianza en los científicos, mientras que el populismo se basa un poco en el rechazo de los expertos. Ahora más vale tener expertos, porque si no los tienes ya me dirás cómo haces frente a un problema de esta naturaleza".

"Los populismos de todos los pelajes han tratado de minimizar el peligro del virus y han enviado mensajes contradictorios. Si hubiésemos seguido a los populistas en vez de a los científicos, tendríamos muchos más muertos en todas partes. Y por eso espero que la sociedad también tome en cuenta la complejidad, y que esa complejidad no se resuelve con proclamas fáciles, sino que necesita de una acción que no siempre tiene resultados inmediatos ni es tan fácil como los populismos lo presentan. Los nacionalismos también pueden revivir o no. Al final de la crisis, los europeos juzgarán a Europa en base al sentimiento que tengan de si Europa les ha protegido".