"China es para la UE un socio negociador, un competidor económico y un rival sistémico. Estas tres dimensiones muestran que la relación no es fácil, pero estamos trabajando en ello", ha confesado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa al término de la cumbre virtual celebrada este lunes con el presidente chino, Xi Jinping, y con su primer ministro, Li Keqiang. Una reunión en la que han participado también el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
La crisis del Covid-19 ha empeorado las ya de por sí complicadas relaciones entre la UE y China, hasta el punto de que Bruselas ha acusado públicamente a Pekín de impulsar campañas de desinformación en territorio comunitario en un intento de diluir su responsabilidad en el origen del coronavirus. A los líderes europeos les preocupa además la creciente represión en Hong Kong, con la imposición de una nueva ley de Seguridad.
Al mismo tiempo, la UE descarta cualquier medida que pueda llevar a la ruptura total con Pekín (como las sanciones) y se desmarca de la política de tierra quemada y guerras comerciales de Donald Trump. "Es imposible configurar el mundo de mañana sin una fuerte alianza entre la UE y China", explica Von der Leyen para justificar esta esquizofrenia.
El gran cambio tras la cumbre de este lunes ha sido por tanto meramente retórico. Los dirigentes de la UE han optado por enfatizar sus diferencias con China, en lugar de poner el foco como hasta ahora en los puntos de convergencia, como el apoyo conjunto al acuerdo de París de lucha contra el cambio climático o al pacto nuclear con Irán. En contraste, Li Keqiang ha sostenido que la cooperación entre China y la UE supera a la rivalidad y que hay más consensos que diferencias entre ambos, según han informado los medios públicos chinos.
Al término de la reunión, no ha habido rueda de prensa virtual conjunta, ni siquiera comunicado pactado. Von der Leyen y Michel sí han publicado su propia declaración donde se evidencia este endurecimiento del tono de la UE hacia China. "Dialogar y cooperar con China es a la vez una oportunidad y una necesidad. Pero debemos reconocer que no compartimos los mismos valores, sistemas políticos o visión del multilateralismo", sostiene el presidente del Consejo Europeo.
Una relación desequilibrada
La UE reprocha a Pekín que haya incumplido su compromiso de eliminar las trabas a las empresas e inversores comunitarios que quieren operar en China. "Continuamos teniendo una relación comercial y de inversión desequilibrada", ha denunciado la presidenta de la Comisión. Von der Leyen reclama un nuevo impulso para poder cerrar este año el acuerdo de inversión que Bruselas y Pekín llevan negociando desde 2013, sin resultados concretos.
"Para ello, necesitaríamos compromisos importantes por parte de China sobre el comportamiento de las empresas de propiedad estatal, transparencia en los subsidios y transparencia sobre el tema de la transferencia forzada de tecnología", ha insistido. El Ejecutivo comunitario reclama además acometer el problema del exceso de capacidad china en sectores como el acero y el metal y también en alta tecnología.
Para la UE, China es el segundo mayor socio comercial por detrás de Estados Unidos. Para China, la UE ocupa la primera posición. Los dos bloques intercambian una media de más de 1.000 millones de euros al día.
Sobre la nueva ley de seguridad para Hong Kong, la UE denuncia que vulnera los compromisos internacionales asumidos por China de garantizar la autonomía de la ex colonia británica. "El 50% de las inversiones europeas en China transitan por Hong Kong, donde hay 1.600 empresas comunitarias activas. No aceptamos las presiones para poner en cuestión la neutralidad política de esas empresas europeas ancladas en Hong Kong", ha dicho Michel.
"Para la UE, los derechos humanos y las libertades fundamentales no son negociables", asegura Von der Leyen. También ha avisado de que Bruselas no puede tolerar "ciberataques a hospitales y centros informáticos" ni tampoco "el aumento de la desinformación en internet".
Incluso en un tema de aparente coincidencia como la lucha contra el cambio climático, se abre una brecha entre la UE y Pekín. Von der Leyen ha pedido a China que cumpla la reducción de emisiones anunciada en el acuerdo de París y que se comprometa a la neutralidad climática "lo antes posible después de 2050", la fecha que los europeos se han autoimpuesto a ellos mismos.
"Ha sido una reunión muy intensa, muy franca y muy abierta", ha dicho la presidenta de la Comisión. De momento, Alemania, que asume la presidencia de turno de la UE el 1 de julio, ha cancelado la cumbre prevista para septiembre en Leipzig con Jinping y los jefes de Estado y de Gobierno de los 27. El motivo oficial es el Covid-19. Pero en Bruselas se interpreta como una medida de presión a Pekín para que al menos tenga en cuenta las preocupaciones europeas.