En el ecuador de la mejor temporada del año el turismo portugués lucha por aliviar el golpe de la Covid-19, sin hacerse grandes ilusiones: el balance será el peor que se recuerda, sobre todo en Lisboa y el Algarve, donde muestran mucha cautela con una eventual remontada en agosto y se centran en resistir.

El turismo, una de las principales locomotoras que permitió la recuperación de la economía portuguesa en los últimos años, es también uno de los sectores que más acusa el golpe de la pandemia.

Los datos más recientes, hasta primavera, dan un avance del impacto: entre enero y mayo Portugal tuvo unos ingresos turísticos de hasta 3.000 millones de euros, su peor dato desde 2013, y que, comparado con el mismo periodo de 2019, representa un desplome del 47%.

Veto británico

La esperanza estaba depositada en el verano, con la reapertura general de fronteras, pero el hecho de que el Reino Unido, el principal mercado de Portugal, situara a los destinos lusos en la lista de lugares que obligaban a hacer cuarentena a los británicos sumió a regiones como el Algarve en la ansiedad.

En esta zona, fuertemente apoyada en el turismo, los desempleados inscritos han aumentado un 231,8% en junio, comienzo de la época grande, según datos del Instituto del Empleo y Formación Profesional (IEFP) luso, y también sufre especialmente Lisboa.

La capital, que este mes acoge la fase final de la Liga de Campeones de fútbol, se vio muy afectada en su imagen cuando, al inicio de julio, se decretó el "deber general de recogimiento" en casa en 19 parroquias -órgano un escalón por debajo de los Ayuntamientos- de la región debido al incremento de los brotes.

Solo una de las parroquias pertenecía a la ciudad de Lisboa, pero la percepción fue diferente. Aunque los turistas regresan tímidamente, el escenario, dicen fuentes del sector a Efe, es extremadamente volátil en un país que en 2019 seguía en ascenso al recibir 24 millones de turistas.

Incertidumbre

"Es incierto, porque todos los días llegan muchas reservas, pero también todos los días llegan muchas cancelaciones. Existe hoy una volatilidad en las reservas que no existía hace meses, y no nos permite anticipar con mucha certeza la tasa de ocupación", explica a Efe la secretaria de Estado de Turismo de Portugal, Rita Marques.

Marques admite que la previsión para el conjunto del año es "una contracción de los ingresos turísticos del orden del 50%", un duro golpe tras haber tenido en 2019 ingresos "superiores a 18.000 millones de euros".

Tras ver los datos hasta mayo, concluye que "si la situación evoluciona como esperamos, no vamos a recuperar esta contracción del 47%", dando de lleno al PIB, que, apunta Marques, puede tener una caída de "cerca del 9%" al cierre de este año.

El conjunto de ingresos de naturaleza turística equivalen al 14 % del PIB portugués, por lo que la preocupación se disparó con la decisión del Reino Unido, país que representa tradicionalmente el 19 % de las pernoctaciones en Portugal.

El Algarve

"¿Cómo va el verano en el Algarve? No va", dice tajante a Efe el presidente de la Asociación de Hoteles y Emprendimentos Turísticos del Algarve (Aheta), Elidérico Viegas.

Viegas apunta que las caídas dentro de la asociación fueron "del 50% en marzo, 100% en abril y mayo, y 90% en junio". Ya para julio estima que, en términos generales, habrá un descenso de "entre el 60 y 70%"; en agosto, "del 50-60 %", y en septiembre "del 60 al 70%".

"Nuestra temporada veraniega este año viene peor que la temporada baja que acabó en marzo, y enseguida enfrentaremos otra temporada baja", resume el responsable de Aheta, desde donde esperan "con alguna ansiedad" un plan específico del Gobierno para el turismo del Algarve.

Por el momento, resisten con el mercado interno, siempre numeroso en agosto, aunque también han caído las reservas de portugueses y, en cualquier caso, éstos tienen unas preferencias de turismo -muchos de ellos con segundas residencias- que no necesariamente ayudarán al conjunto de la hotelería.

Y aun así, de nuevo incertidumbre: un estudio de la asociación de consumidores Deco realizado con 1.000 personas reveló que los encuestados han cancelado vacaciones este año.

La Champions

En Lisboa, la previsión es que la caída sea de cerca del 70 % este verano, pese a la Liga de Campeones, apunta a Efe el director general de Turismo de Lisboa, Vítor Costa.

"Todo el mundo que trabaja en turismo sabe que 2020 es un año pésimo, es el peor año que hemos conocido", comenta, subrayando que sería "ilusorio" pensar en una recuperación.

"La cuestión ahora es cómo se consigue sobrevivir para más tarde, sobre todo a partir del momento en que haya vacuna, o tratamiento eficaz para el coronavirus, siempre viviremos en una situación de incertidumbre", sostiene Costa, que ve el impacto de la Champions, estimado en 50 millones de euros, apenas como "un balón de oxígeno".

"El principal impacto de este evento es la oportunidad que tenemos de mostrar internacionalmente Lisboa", dice, lo que "es un punto de quiebre en ese sentido, en retomar en términos de reconocimiento internacional, de reputación" de la ciudad.

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