Bruselas

Las negociaciones del brexit han entrado en una nueva fase de caos después de que Boris Johnson haya confirmado que incumplirá el acuerdo de divorcio que él mismo firmó con la Unión Europea hace menos de un año y fue ratificado por la Cámara de los Comunes. 

El Gobierno británico ha publicado este miércoles un proyecto de ley en el que se arroga el derecho a reescribir unilateralmente las disposiciones del Tratado de Retirada referidas a Irlanda del Norte, tanto en lo que se refiere a los controles aduaneros como a las ayudas públicas.

Se trata de uno de los capítulos que resultaron más difíciles en las negociaciones entre Bruselas y Londres. Su objetivo es evitar una frontera terrestre en la isla de Irlanda y salvaguardar así el acuerdo de paz del Viernes Santo en el Ulster. Para lograrlo, prevé un estatus especial para Irlanda del Norte, que ahora Johnson pone en cuestión.

El propio Gobierno británico reconoce que el proyecto de ley vulnera el derecho internacional, aunque alega que lo hace de forma "específica y limitada". Johnson ha dicho este miércoles en la Cámara de los Comunes que la norma es una "red de seguridad legal para proteger a nuestro país contra interpretaciones extremas o irracionales" del protocolo sobre Irlanda del Norte.

El vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, durante la rueda de prensa de este miércoles CE

La primera reacción de la Unión Europea ha sido reclamar la convocatoria inmediata del comité conjunto Bruselas-Londres encargado de dirimir las disputas sobre la aplicación del acuerdo de divorcio. Además, ha avisado de que el incumplimiento tendrá consecuencias en las negociaciones sobre el futuro acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido que se están llevando a cabo en este momento.

El vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, máximo representante europeo en el comité, telefoneó este martes a su homólogo Michael Gove, para comunicarle su "máxima preocupación" y pedirle "garantías de que Reino Unido cumplirá plenamente y en los plazos previstos el Acuerdo de Retirada y el protocolo sobre Irlanda del Norte". Unas garantías que claramente no ha obtenido.

¿Levantarse de la mesa?

"Una aplicación correcta del Tratado de Retirada es una obligación y por supuesto tiene consecuencias en las negociaciones sobre nuestra relación futura", ha explicado Sefcovic. Sin embargo, no ha aclarado si la UE se levantará de la mesa de diálogo en caso de que se confirme este incumplimiento anunciado.

Nada más publicarse el proyecto de ley, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha publicado un tuit que lamenta la actitud de Boris Johnson, pero que tampoco aclara cuáles serán los próximos pasos de la UE.

"Muy preocupada por el anuncio del Gobierno británico de su intención de incumplir el Acuerdo de Retirada. Esto vulneraría el derecho internacional y socava la confianzaPacta sunt servanda (los acuerdos deben cumplirse) y constituyen la base de relaciones futuras prósperas", asegura Von der Leyen.

"El Acuerdo de Retirada fue firmado y ratificado por ambas partes y debe aplicarse plenamente. Vulnerar el derecho internacional no es aceptable y no crea la confianza que necesitamos para construir nuestra relación futura", ha avisado por su parte el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

El negociador de la UE, Michel Barnier, y su equipo, este miércoles camino de una reunión en Westminster Henry Nicholls/Reuters

El viceprimer ministro irlandés, Leo Varadkar, sostiene que el anuncio del Gobierno de Boris Johnson de saltarse el acuerdo de divorcio es un movimiento "kamikaze" que acabará volviéndose en su contra.

El choque por el Acuerdo de Retirada se produce justo durante la octava ronda de negociaciones entre la UE y Reino Unido para un acuerdo de libre comercio que se desarrollan esta semana en Londres. La pesca y las ayudas públicas se mantienen como los principales escollos y ninguna de las dos partes espera avances significativos.

Johnson ha lanzado un nuevo ultimátum a sus exsocios europeos: si para el 15 de octubre no se ha encontrado una solución, más vale dejarlo. El primer ministro británico sigue sosteniendo que un brexit económico sin acuerdo el próximo 31 de diciembre sería un buen resultado para Reino Unido. La UE replica que la introducción de aranceles creará muchas perturbaciones que agravarán la crisis del Covid-19.

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