Un chantaje in extremis. Todo empezó hace 15 días, cuando dos barcos procedentes de Mazara del Vallo, pueblo siciliano con una gran tradición de pesca; fueron secuestrados a unas 30 millas al norte de la ciudad de Bengasi, en Libia. Por la noche, un grupo de militares libios, pertenecientes a la facción del general Khalifa Haftar, terminaron confiscando ambas embarcaciones y secuestrando a 18 pescadores sicilianos.
Los secuestradores libios, ahora, han hecho su "oferta" a las autoridades italianas. En un clima en el que los pescadores sicilianos son tratados, de facto, como rehenes por haber violado el mar territorial libio -cuya línea de frontera se encuentra a 12 millas de la costa-; los militares norteafricanos piden, desde este momento, intercambiar los marineros sículos por cuatro "jóvenes futbolistas" retenidos en el país con forma de bota desde hace cinco años: Joma Tarek Laamami, Abdel-Monsef, Mohannad Jarkess y Abd Arahman Abd Al Monsiff. Todos, de unos 23-25 años de edad en la actualidad.
Tal como recogen cabeceras transalpinas como el histórico Corriere della Sera, la "grotesca" tesis de los libios es que los cuatro norteafricanos presentes en Italia son unos "delanteros y defensas" que habría tenido que llegar a Alemania para ser contratados como "profesionales" del balompié germano. En definitiva: "Son futbolistas en busca de fortuna, migrantes como los que viajaban con ellos. No son traficantes".
Pues de "futbolistas" nada. Los cuatro libios detenidos en 2015 fueron acusados en Italia por haber cometido delitos como "traficantes de seres humanos y asesinos", tal como recuerda estos días la prensa italiana.
Hace cinco años, fueron responsables de matar a 49 migrantes, dentro de la bodega de un barco, con el objetivo de que no salieran a la cubierta del mismo: "Los dejaron morir de una forma despiadada. Uno de los episodios más brutales jamás registrados", explica el fiscal de la ciudad siciliana de Catania, Carmelo Zuccaro. Los cuatro "jóvenes futbolistas", de hecho, ya han sido juzgados a varios niveles, hasta el mismísimo Tribunal Supremo italiano. Los acusados, actualmente, tienen que descontar todavía 25 años de cárcel.
"Italia no aceptará ningún chantaje", asegura el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio. "Como Gobierno, estamos trabajando para ponernos en contacto con los actores internacionales que tienen influencias sobre el general Haftar y esa zona de Libia", comenta el responsable de Exteriores itálico mencionando la involucración de los Emiratos Árabes y de Rusia en las conversaciones para lograr la "liberación" de los marineros itálicos. Por lo pronto, Di Maio confirma que "los pescadores no están en la cárcel", ya que técnicamente están "retenidos" por las fuerzas militares libias. El titular de Exteriores transalpino, además, asegura que el Gobierno está al tanto "de su estado de salud".
Aguas peligrosas
Las palabras de Luigi Di Maio se han visto en parte desmentidas este jueves, cuando las cámaras del magacín matinal L’Aria Che Tira, de la cadena privada La 7, recogieron en directo la conversación que los familiares de los pescadores mantuvieron con éstos, a través del altavoz, en la que los marineros explicaron su actual situación: "Estamos todos bien, en la cárcel. No podemos seguir así, haced lo imposible", decía uno de los pescadores en conexión telefónica desde la ciudad libia de Bengasi. "Nos tratan bien, no nos están haciendo daño". Una última hora de este jueves, recogida por la prensa italiana citando al responsable de Exteriores de Haftar, asegura que los pescadores sicilianos "tendrán que comparecer ante un tribunal" libio para responder acerca"“del delito que han cometido".
"La zona más rica para pescar en aquella zona del Mediterráneo, desgraciadamente, es precisamente la más peligrosa", explica Andrea Purgatori, conocido periodista italiano, quien añade: "Hace algunos años, los pesqueros italianos iban acompañados y protegidos por la Armada transalpina. Hoy, donde esa protección no me consta, quien pesca lo hace asumiendo su propio riesgo. Sobre todo, cuando el momento actual es muy delicado", explica Purgatori refiriéndose a la actual fragmentación territorial y política de Libia.
En términos de relaciones internacionales, hay expertos que aseguran que la multinacional energética italiana ENI podría ser un actor importante en la liberación de los pescadores. Pero, al contrario de como ocurría en el pasado, "ENI ya no tiene el peso que tenía en la política exterior italiana", asegura Francesco Borgonovo, periodista del diario La Verità, como consecuencia de su paulatina privatización en las últimas décadas. El resultado, explica Borgonovo, es que "Italia ya no tiene una política exterior seria y a largo plazo". Más allá de cuestiones de influencias internacionales, lo difícil de la liberación de los pescadores sicilianos detenidos en Libia, hoy por hoy, es que las fuerzas armadas norteafricanas de Haftar no piden dinero, sino un intercambio que implicaría una violación del derecho jurídico italiano.
El colectivo que peor está viviendo el secuestro de los marineros italianos en Libia son, lógicamente, sus familias. Desde la localidad siciliana de Mazara del Vallo, piden al Gobierno italiano que actúe rápidamente: "Ayudadnos lo más rápidamente posible. Quiero a mi hijo ya en casa", explica al diario transalpino Il Fatto Quotidiano Rosetta Ingargiola, madre de uno de los pescadores retenidos.
Atendiendo a las declaraciones de los familiares a los diferentes medios de comunicación italianos, la Unidad de Crisis del Ministerio de Exteriores del país -departamento dedicado a la resolución de eventos extraordinarios de naturaleza internacional con transalpinos en peligro- está en permanente contacto con los allegados de los pescadores en Sicilia para ofrecerles todo tipo de novedades acerca de la evolución de los hechos. Igualmente, las familias de los 18 marineros están cada vez más preocupadas y aseguran que este lunes irán a Roma para protestar contra el Gobierno y exigiendo un desbloqueo de la situación: "Ellos dicen que están bien, pero nosotros sabemos que no es así. Los queremos en casa ya".