La Unión Europea ha dado un primer paso para tratar de poner orden en el caos provocado por la segunda ola de la Covid-19 en las fronteras internas del espacio Schengen. Los Gobiernos de los 27 han alcanzado este viernes un acuerdo para elaborar un mapa de zonas de riesgo que se basará en criterios comunes.
Sin embargo, no ha sido posible encontrar un terreno de entendimiento sobre las restricciones de viaje que cabría aplicar en cada caso. Han ganado los países que quieren mantener una flexibilidad total a la hora de decidir qué medidas aplicar a los viajeros frente a los que apostaban por una mayor coordinación en la UE.
Ahora mismo, cada Estado miembro impone diferentes restricciones a sus socios europeos (cuarentenas, tests o incluso la prohibición de viaje), basándose en criterios totalmente diferentes. El caso más extremo es el de Hungría, que ha cerrado sus fronteras al resto de ciudadanos comunitarios. El resultado es la confusión total para los ciudadanos que intentan moverse por la Unión Europea.
El acuerdo al que han llegado los embajadores de los 27 establece dos criterios básicos para determinar las zonas de riesgo en la UE e introducir restricciones de viaje. En primer lugar, el número de nuevos casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Y después la tasa de tests positivos en los últimos 7 días.
Basándose en estos criterios, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) elaborará semanalmente un mapa de riesgo detallado a nivel regional con tres colores: verde, naranja y rojo.
Las zonas verdes, a cuyos ciudadanos no cabe imponer ninguna restricción, serán las que tengan menos de 25 nuevos casos por cada 100.000 habitantes y menos de un 4% de resultados positivos en todos los tipos de pruebas de Covid-19. Según el último mapa del ECDC, apenas quedarían zonas verdes en la UE ahora mismo.
Se designarán como zonas naranjas de riesgo intermedio aquellas en la que la tasa de contagios esté entre 25 y 150 por cada 100.000 habitantes, con una tasa de positivos inferior al 4%. El criterio alternativo que plantea Bruselas es una tasa de menos de 50 casos si el porcentaje de positivos supera el 4%.
Finalmente, las zonas rojas son las que superan los 150 casos nuevos por cada 100.000 habitantes. O alternativamente, las que superen los 50 casos pero con un porcentaje de tests positivos superior al 4%.
La solución de compromiso propuesta por la presidencia alemana alude a las cuarentenas y los tests, pero no define en concreto qué medidas se deben adoptar en cada caso. Sólo se dice que las restricciones deberían ser "proporcionales", pero deja flexibilidad total a los Estados miembros para decidir.
Berlín se aleja así de la propuesta original de la Comisión Europea, que reclamaba evitar siempre nuevos cierres totales de fronteras en esta segunda ola de la Covid-19 y optar siempre por los tests como solución preferente en lugar de las cuarentenas obligatorias. Todas estas recomendaciones han desaparecido del texto final, que se aprobará formalmente en la reunión de ministros de Asuntos Europeos del próximo martes.
El motivo es que sigue habiendo una gran distancia entre los países que apuestan por las restriccione de viaje muy estrictas, hasta llegar al punto de la prohibición, y aquellos que como España no han introducido ninguna limitación y no quieren verse empujados a hacerlo por culpa de las normas de la UE. De hecho, una decena de países son todavía escépticos sobre el acuerdo alcanzado este viernes, aunque no tienen mayoría para bloquearlo.