España, Italia, Grecia y Malta -los Estados miembros en primera línea de la frontera exterior de la UE en los que se concentra toda la presión migratoria- hacen frente común contra el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo que promueve la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Los cuatro países se quejan de que el plan de Von der Leyen les impone nuevas obligaciones y no prevé medidas de solidaridad eficaces, ya que renuncia a las cuotas obligatorias para repartir a los migrantes por toda la UE.
"Los desequilibrios que vemos en los elementos propuestos de solidariad y responsabilidad deben corregirse para dejar muy claro que un reparto equitativo de la carga es un factor esencial para una auténtica política europea de migración y asilo", señalan los cuatro países en una carta remitida a Von der Leyen y también al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y a la canciller Angela Merkel, que ocupa la presidencia de turno de la UE. La misiva está firmada por Pedro Sánchez, Giuseppe Conte, Kyriakos Mitsotakis y Robert Abela.
La carta conjunta se ha escrito en plena crisis migratoria en las islas Canarias -la comisaria de Interior, Ylva Johansson, tiene previsto viajar a Marruecos la semana que viene para pedirle al Gobierno de Rabat que impulse la readmisión de migrantes- y con la situación en la isla griega de Lesbos aún sin resolverse. España, Italia, Grecia y Malta mantienen reuniones de coordinación casi semanales ante lo que perciben como ayuda insuficiente del resto de Estados miembros para afrontar el problema.
El club del Sur se queja en primer lugar de que el plan de Von der Leyen entierra definitivamente las cuotas obligatorias de migrantes y permite una solidaridad a la carta. Los países que se niegan a acoger migrantes y demandantes de asilo, como Hungría o Polonia, podrán ofrecer formas de ayuda alternativas, en particular "patrocinar" la repatriación de inmigrantes económicos. Una solución que para España y sus socios es "compleja y vaga".
"Las reglas de solidaridad y el compromiso con ellas de todos los Estados miembros deben estar claramente definidos. Los Estados miembros de primera línea no pueden hacer frente en solitario a la presión migratoria sobre el conjunto de la UE", se quejan Sánchez y Conte. A su juicio, "la reubicación obligatoria debería ser la principal herramienta de solidaridad".
Centros cerrados de migrantes
En segundo lugar, España, Italia, Grecia y Malta critican que el Pacto migratorio les impone obligaciones adicionales que agravarán la carga que ya sufren por la presión migratoria. En particular, se oponen al nuevo procedimiento de control en la frontera exterior, que les forzaría a llevar a cabo en un periodo máximo de cinco días todos los trámites de identificación, controles sanitarios y de seguridad, toma de huellas y registro en la base de datos de Eurodac de los migrantes.
La aplicación de este procedimiento en frontera "debe seguir siendo una prerrogativa de los Estados miembros, que son los mejor situados para decidir si es factible teniendo en cuenta sus circunstancias específicas". El plan de Bruselas podría conducir a la creación de "grandes centros cerrados" para migrantes en las fronteras de España, Italia, Grecia o Malta, algo que estos países consideran que "no es aceptable", señala la carta.
Finalmente, los países del Sur lamentan que Von der Leyen no preste suficiente atención al refuerzo de la colaboración con los países de origen y tránsito de los migrantes. "Debe aclararse el enfoque a las relaciones con países terceros, así como los instrumentos financieros destinados a respaldar este esfuerzo". La Comisión tampoco aborda la creación de "canales legales" para la migración y el asilo, que "permitirían reducir los flujos irregulares y contribuir a una gestión ordenada".
Pese a las duras críticas contra el plan de Von der Leyen, los cuatro líderes se muestran dispuestos a negociar "de forma constructiva, apoyándonos en los elementos positivos del Pacto". "Asimismo, pedimos a los otros Estados miembros que actuén con ambición y compromiso para alcanzar un acuerdo final al nivel político más alto que beneficie a la UE en su conjunto", concluye la carta de Sánchez y sus socios.
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